Aún está por ver si 'Veronica Mars' (Rob Thomas, 2014) va a ser una película que realmente suponga una revolución en el mundo del cine –son tantas las veces que se habla en esos términos y tan pocas las que realmente van más allá de lo anecdótico...--, pero lo que sí está claro es que va a llevar a varios estudios a revaluar la importancia de los fans de producciones más minoritarias que normalmente están condenadas a ser únicamente celebradas en convenciones en la que sus seguidores pueden celebrar su amor hacia determinadas obras de ficción audiovisual con la presencia de algunos de los implicados en la misma.
Por mi parte, he de señalar que soy un gran amante de la serie de televisión homónima que se emitió entre 2004 y 2007 y que estaba deseando ver una película cuya existencia aún me resulta milagrosa, pero también tenía claro que existía un gran peligro de que fuese un título que confiase demasiado en los guiños a los fans y olvidase por completo al resto del público. Al final me encontré con un título repleto de referencias para disfrute de los fans, pero también con una película suficientemente solvente para que los ajenos al mundo de 'Veronica Mars' puedan disfrutar con ella.
'Veronica Mars' para fans de la serie
Esta película jamás hubiese existido sin las aportaciones económicas de los fans de la serie original a través de la campaña realizada para tal fin en Kickstarter --hasta hay un gag sobre ese tema en la película--. Casi 6 millones se recaudaron cuando el objetivo eran apenas 2, desatándose así una fiebre por el crowdfunding que aún no ha conseguido encontrar otro caso realmente comparable al de 'Veronica Mars'. Era lógico entonces que el pasado de los personajes fuese un factor lo más esencial posible en la película y que los guiños sean una constante, aunque en ningún caso sean algo que entorpezca la evolución natural de la historia.
No son muchos los que empezarían a ver una serie cuando ya se han emitido varios temporadas, sobre todo en aquellas que cuenten con tramas continuadas en el tiempo en las que el bagaje de los personajes sea algo esencial para poder disfrutar incluso con su mera presencia. Esa es una carta que 'Veronica Mars' juega sin rubor, ya que algunas apariciones no aportan gran cosa más allá de la alegría que proporciona al fan reencontrarse con ciertos personajes que amó en su momento y que algunos estaban deseando saber qué había sido de ellos. Una concesión y una necesidad al mismo tiempo.
Hay actores que brillan tanto en un determinado papel que luego su carrera siempre es una constante decepción al no volver a alcanzar nunca el nivel exhibido allí. Veronica Mars es el personaje que definirá siempre la carrera de Kristen Bell y eso es algo que ella misma sabe, ya directamente se convierte en ella y separarlas es una misión imposible. Resulta curioso entonces que en la película no se limiten a exprimir eso, pues estamos ante un relato que nos cuenta cómo Veronica se reencuentra consigo misma.
Enumerar los numerosos guiños y referencias sería una tarea tan divertida como improductiva --y además seguro que habrá quienes hayan encontrado algunos que a mí se me han pasado por alto--, pero lo que se agradece es que Rob Thomas y Diane Ruggiero las dosifiquen con gran acierto. Además, se mantienen las constantes visuales --en ese apartado bien podríamos hablar de un capítulo de duración extralarga, lo cual no es para nada algo malo-- y estilísticas --el excelente uso de la voz en off es sin duda el más llamativo, pero no el único-- de la serie.
Lo que también hay que comprender es que ciertas subtramas estén condenadas a ser tremendamente previsibles, algo que incluso el espectador primerizo detectará a las primeras de cambio. Lo que no termino de tener claro es hasta qué punto es eso algo negativo o no, porque es una evolución natural de los personajes y algo que no podía dejarse de lado sin más, pero sí que hubiese agradecido una mayor presencia de ese humor tan característico de la serie que brilla con luz propia cuando se utiliza, pero el drama tiene una mayor preponderancia, siendo eso lo único que llegó a molestarme un poco.
Esta mayor presencia de lo dramático --en la serie había un cóctel de géneros tan amplio y variado que aún hoy es asombroso que rara vez fallase-- también afecta parcialmente a la frescura de los diálogos, de una calidad equiparable a la de la serie durante muchos tramos de metraje --hay varios one-liners memorables--, pero que en ocasiones se normaliza y bien podrían haber salido de un drama convencional. Soy consciente de que era algo que hacía falta y que ahí no procede mucho el ser ingenioso, pero no se consigue el mismo magnífico equilibrio del original televisivo.
Bien podría decirse que 'Veronica Mars' está a un nivel medio-bajo si la comparamos con el global de la serie o si la consideramos como un cierre que deja espacio para nuevos casos, pero la cuestión es que con ello ya le da más que de sobra para hacer feliz a todo aquel que ame la serie, siendo de visionado imprescindible en ese caso. ¿Fallos? Los hay y ya los he comentado, pero estoy convencido de que serán muy pocas las películas con las que disfrute más a lo largo del año.
Sus valores como película individual
Ya he apuntado varios detalles que seguramente limiten la capacidad de disfrute de 'Veronica Mars' para aquellos que cometan la locura de verla sin tener ningún tipo de conexión emocional con sus protagonistas, ya que todo lo que concede en ese apartado es un estupendo prólogo de poco más de dos minutos en el que se nos resumen sus constantes vitales. A partir de ahí hay que aceptar dinámica ya establecida --aunque con ciertos y necesarios pequeños cambios al haber crecido todos los personajes--, pero hay suficientes atractivos para dejarse llevar con algo que ya funcionaba.
Uno de los temas que se abordaban a menudo en la serie de la televisión era el hecho de que la ley oficial tenía tantos fallos que era necesario que surgiera una fuerza nueva dispuesta a resolverlo todo sin convertirse en un justiciero de la ciudad equiparable a Charles Bronson y sus clones posteriores. Eso era algo que en todo momento podría venirse abajo --una reacción demasiado emocional, un inoportuno y grave error, etc--, pero que siempre encontraba su equilibrio. La película replica bien esa delicada realidad y también la querencia a utilizar el humor --el momento Clint Eastwood-- para restarle importancia.
También el conflicto entre poderosos y los menos favorecidos de Neptune fue siempre uno de los ejes motores de Veronica para ser quizá la detective privada más carismática de todos los tiempos y eso reaparece aquí, pero lo hace sin depender totalmente de la protagonista y plantando semillas interesantes --aunque pueden ser un pelin confusas sin haber visto la serie-- para una secuela y que no solamente los fans preexistentes tengan ganas de ello, ya que si algo no le falta a 'Veronica Mars' es confianza en que vaya a ir más allá de esto.
Habrá quien piense que el recurso del cameo es una forma fácil de ganarse la simpatía del público, en especial cuando directamente haya algún actor que opte por la autoparodia dándose vida a sí mismo, pero al final lo importante siempre es hacerlo bien y no abusar de ello. En 'Veronica Mars' se exponen a ello y salen airosos, tanto cuando toca que sean meros peones dramáticos como cuando tienen que conseguir que nos partamos ante la ocurrencia de los guionistas y la implicación del actor que aparece en pantalla durante esos momentos.
Sin embargo, lo realmente importante es que hay un difícil caso de asesinato que hay que esclarecer y al mismo tiempo ver cómo va afectando eso a las interrelaciones entre los protagonistas. En el segundo punto sí que hay cierto fan service que el espectador novato podría entender como algo demasiado previsible para interesarle lo suficiente, pero el caso es sólido, tiene la suficiente complejidad, está bien desarrollado y todos los giros esquivan la sorpresa vacía en favor del respeto a nuestra inteligencia. Eso sí, hay que reconocer que no es algo brillante ni especialmente fascinante sin el añadido de nuestra posible vinculación con los personajes, pero sí es respetuoso dentro del tono elegido.
En definitiva, 'Veronica Mars' no es mejor que la serie de televisión original, pero sí es una muy satisfactoria continuación que debería dejar satisfecho a todos sus fans y con ganas de que haya más entregas lo antes posible. Además, funciona con solvencia como película y creo que cualquiera podría disfrutar de ella, aunque de una forma mucho más moderada. Ojalá hubiese sido el milagro definitivo que pudiera unir a todo el mundo en un amor común, pero lo que hay ya es suficientemente satisfactorio.
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