Remember, remember, the Fifth of November
Allá por el 2007, a inicios, cada editor de Blogdecine —esos seres de los que cada uno estáis enamorados a vuestra manera— eligió el mejor cine del 2006. Un servidor puso a la cabeza de toda la lista ‘V de Vendetta’ (‘V For Vendetta’, James McTeigue, 2005), la adaptación cinematográfica del famoso cómic —novela gráfica si se prefiere— escrito por Alan Moore, escritor que ha maldecido una y otra vez las adaptaciones al cine de sus obras. Incluso cuando llegó la hora de que tú, ávido lector del blog de cine más leído de este país en crisis, eligierais lo mejor de aquel año —subrayando el hecho de que la votación fue mal planteada por nuestra parte—, el film producido por los hermanos Wachowski fue considerado el mejor del año. Muchos pusieron el grito en el cielo, incluso mi compañero Juan Luis Caviaro mantuvo conmigo largas conversaciones a cerca de lo sobrevalorado de dicha película.
Bien, para algo están los segundos y terceros visionados, que casi siempre son más importantes que el primero, y ahora ocurrirá algo de los que muchos pensáis que no soy capaz —hasta Adrián Massanet es capaz—, y es rectificar lo sentenciado entonces. Sí, siéntate lector, toma aire, que Alberto Abuín va a retractarse, abre la ventana, que entre más aire, avisa a tus amigos, haz un grupo en el facebook, celebra una fiesta, envíame un mail, regocíjate en este acontecimiento pues sólo se da cada dos mil años. ‘V de Vendetta’ no es la grandiosa película que me pareció entonces. Y ahora pongámonos serios.
No voy a entrar en la evidentes diferencias, aunque menos de las que parece, que hay entre la obra original de Moore y la película. Siempre he considerado que debe haberlas por una sencilla razón, son dos artes muy diferentes con dos formas de narración distintas, a pesar de las coincidencias que pueden tener en el uso de la imagen. Yo no soy de esos que usan la típica frase “es mejor el libro” minusvalorando al Cine cuando éste posee unos códigos de comunicación con su receptor totalmente diferentes. Es más, al igual que en los remakes, creo que una adaptación al cine de un libro o un cómic debe aportar algo más aunque para ello tenga que prescindir de elementos de la obra original por el hecho de que en cine no quedaría bien, como por ejemplo eliminar o cambiar tanto personajes secundarios como acontecimientos. Porque para una reproducción literal de lo ya visto, ya tengo al original. Zack Snyder lo demostró en su regular ‘Watchmen’.
‘V de Vendetta’ tiene un guión propio, y los fallos que le encuentro nada tiene que ver con su fidelidad al trabajo de Moore. La historia me sigue pareciendo apasionante, aunque ésta no deja de ser una especie de remedo actualizado de lo propuesto por Stanley Kubrick en su mítica ‘Espartaco’ (‘Spartacus’, 1960), la mejor de todas las películas de índole política. La historia de un hombre que inicia una revolución contra la tiranía establecida es ya de por sí emocionante, y aunque Moore en su obra hacía apología del anarquismo —ya estoy entrando en las diferencias, si es que no tengo remedio— en el film se habla sobre la libertad. Y lo hace de una forma que ha levantado ampollas en muchos sectores que la tachan de utilizar la violencia como único medio de conseguir algo. A esa gente no le vendría mal un repaso a la historia del hombre, pero sobre todo no le vendría mal discernir entre obra de ficción y realidad. Seguro que piensan que los Wachowski, autores del guión, y hasta Alan Moore, son capaces de ir poniendo bombas en los edificios gubernamentales para hacerse escuchar.
‘V de Vendetta’ es una película llena de momentos emocionantes, grandiosos, que un señor llamado James McTeigue no ha sabido elevar a lo máximo debido a una correcta puesta en escena. Seamos sinceros, la escena de V en la cadena de televisión tiene un montaje caótico, carece de ritmo. Me emociono porque veo hacer a V algo que deseo haga, pero las imágenes carecen de la fuerza que lo narrado tiene de por sí. Lo mismo ocurre en otras secuencias como la del combate final entre V y los malvados de turno, que beben demasiado de la trilogía ‘Matrix’, dicha escena debería haber sido un gran clímax y se queda en una pelea mal filmada con un uso del ralenti que avergonzaría a Peckinpah. McTeigue es un claro caso de quiero y no puedo, echa a perder secuencias como la del final con la gente disfrazada de V, algo que por otro lado resulta forzado. Pero aún así, ‘V de Vendetta’ posee momentos sublimes, difíciles de olvidar.
Emoción. Eso tan difícil de conseguir en el mal llamado cine comercial. ‘V de Vendetta’ lo consigue en secuencias como la de la muerte/ajusticiamiento/asesinato del personaje al que da vida Sinéad Cusak. V aparece de entre las sombras para darle una rosa, su firma, mientras escucha el arrepentimiento de su víctima por lo que hizo en el pasado, algo horroroso ante lo que prefirió callar. El perdón que pide antes de morir es algo que le hiela la sangre a uno. Una secuencia sencilla, bien montada y sobre todo contenida. También lo consigue en todo el calvario que sufre Evey (Natalie Portman) a manos del propio V para que ésta descubra lo verdaderamente importante y en la que se narra a través de una carta la emotiva historia de una mujer que por ser “diferente” (lesbiana) murió a manos de la tiranía.
Hugo Weaving y Natalie Portman están fantásticos en sus papeles y consiguen una buena química, y lo que es más importante, logran que veamos a un personaje y no al actor. En ese aspecto, el trabajo de Weaving es encomiable pues logra dar carisma a alguien a quien no se le ve la cara nunca. Es capaz de hacer que veamos al hombre detrás de la máscara. Sólo John Hurt me desentona en una reparto equilibrado, le encuentro histriónico y su personaje tiene menos presencia de la esperada, un malo malísimo apenas sin tratamiento. Su destino final está resuelto de forma tan precipitada que nos preguntamos si no estaremosrealmente ante la parodia que de él se hace en un programa de televisión comandado por el personaje de Stephen Fry.
Volveré a ver más veces ‘V de Vendetta’ —para eso forma parte de mi colección personal— para seguir comprobando que esta película posee fuertes cargas de emoción aisladas, aunque afortunadamente lo suficientemente poderosas por sí mismas como para hacer de la película algo muy disfrutable. Con esto no me estoy contradiciendo con respecto a lo que decía al principio del post. Simplemente digo que ‘V de Vendetta’ es una buena película, sin más. De ahí a la grandiosidad que creí ver en el momento de su estreno hay todo un abismo.