En Universal se las prometían muy felices con ‘La momia’ (‘The Mummy’), el punto de inicio de un ambicioso universo basado en las míticas películas de terror realizadas por esa misma compañía durante los años 30 del siglo pasado. Con Tom Cruise como gran estrella de la función, seguro que esperaban un enorme éxito que rivalizase con los superhéroes de Marvel, pero pronto llegaron las malas críticas y luego una taquilla por debajo de lo esperado.
¿A qué se debe? Por un lado podríamos dejarlo en que no es una buena película, ni siquiera un pasatiempo satisfactorio, pero vamos a desviarnos un poco de una crítica tradicional para verlo desde otro punto de vista. Lo que ahora nos interesa es ver en qué ha fallado ‘La Momia’ a la hora de sentar los cimientos del Dark Universe y cómo ha demostrado que hacer lo mismo que Marvel no es para nada sencillo.
Priorizar el universo por encima de la película
Las prisas son malas consejeras y no puedes empezar queriendo abarcar más de la cuenta. Aquí me gustaría recordar que en Marvel hicieron todo lo posible para que la gente llegase a pensar que Samuel L. Jackson no iba a aparecer en ‘Iron Man’. No tuvieron problemas hasta en mentir, pues ya se sabía que había participado en el rodaje, pero quisieron que la sorpresa fuera máxima cuando llegase la escena post-créditos, el único punto real de conexión con lo que vendría después.
‘Iron Man’ se había preocupado hasta entonces por ser la mejor película posible. No está exenta de ciertos problemas -sobre todo en su tramo final-, pero sí que funciona. En cambio, ‘La momia’ quiere introducir mucha mitología del Dark Universe, desequilibrando así la película aún más. No tengo nada en contra de que usen a Jekyll como su Nick Furia, pero aquí ya empieza a hacer aguas desde el innecesario uso de la voz en off cuando nos cuentan el origen de Ahmanet.
Tantas prisas quisieron darse que hasta anunciaron precipitadamente un ambicioso plan de futuro para el que ya cuentan con actores como Johnny Depp o Javier Bardem. Seguro que en este caso no optarán por ignorarla como hicieron en su momento con ‘Drácula, la leyenda jamás contada’ (‘Dracula Untold’), de la que hoy casi nadie se acuerda ya de que ese iba a ser el inicio de este universo compartido. Eso sí, las bases no son nada sólidas.
Otro detalle que demuestra lo precipitado que ha sido todo es que Universal no tiene previsto estrenar la siguiente entrega de su Dark Universe hasta 2019 -y eso está aún por ver, que carecen de actriz para dar vida a la novia de Frankenstein-. ¿Qué sucedió en el caso de Marvel? Pues que ‘El increíble Hulk’ (‘The Incredible Hulk’) llegó a los cines apenas un par de meses después de ‘Iron Man’. Luego la siguiente tardó lo suyo en llegar, pero ya estaban sentadas las bases, y bastante bien además.
Tom Cruise es un grave fallo de casting
Llega un momento en el que todo actor debe asumir que hay ciertos papeles que no son para él, pero Tom Cruise no supo ver que su Nick Morton era un papel para un treintañero. Vale que él físicamente sigue dando la talla con su envidiable implicación en escenas de acción imposibles, pero verle discutiendo con Annabelle Wallis sobre su duración como amante o que Russell Crowe le llame joven cuando en realidad es dos años mayor que el protagonista de 'Gladiator', no cuadra.
No obstante, el auténtico problema derivado de todo esto es que encima tiene un protagonismo excesivo, relegando así a la momia de Sofia Boutella a un segundo plano que le impide sacar provecho a su notable presencia. Algunos medios han comentado que eso se debe a que el actor tuvo demasiado poder de decisión en la película, ya que el guion original daba a un protagonismo equivalente a ambos personajes que finalmente no se ha dado.
Alex Kurtzman, un director pelele
De hecho, él mismo dio la aprobación a la presencia tras las cámaras de Alex Kurtzman, otro de los errores de la película, pues es incapaz de imprimir emoción alguna a la película. Ya deberían haber tomado nota de ello con ‘Así somos’ (‘People Like Us’), pero Universal ya estaba barajando su nombre y a Cruise parece que le bastó el haber trabajado con él en ‘Misión Imposible 3’, donde fue uno de los tres guionistas.
A partir de ahí es fácil localizar donde fue metiendo mano el actor, desde el guion, donde se añadieron cosas como la maldición para darle una mayor entidad dramática al personaje –sobre el papel no suena a mala idea, pero la ejecución resulta de lo más lamentable- hasta el montaje, pasando por los rumores que fue casi más él quien tomó las decisiones de puesta en escena. ‘La momia’ se convirtió así en una película de Tom Cruise.
La apuesta por el cine de acción genérico
El terror queda de lado en beneficio de un cine de acción genérico que podría provocar que una parte importante del público pierda el interés en el Dark Universe.
El hecho de ser el inicio del Dark Universe daba a entender que la película iba a optar por potenciar el cine de terror, algo que caracterizó a la franquicia cuando fue creada en los años 30, en lugar del cine de aventuras, lo cual sucedió en la estupenda actualización de la saga protagonizada por Brendan Fraser. Hay alguna escena aquí y allá en esta nueva ‘La momia’ que da a entender que no se han olvidado de eso, pero lo cierto es que es ante todo una película de acción sin personalidad.
Ya he comentado antes lo dado que es Cruise a participar él mismo en este tipo de secuencias para transmitir una mayor sensación de realismo, pero eso aquí se pierde por completo. ‘La momia’ es un correcalles más preocupado por su lucimiento que por cualquier otra cosa. Además, el montaje fracasa por completo a la hora de vender las amenazas a las que se enfrenta, quedándose todo en una sucesión de escenas carentes de intensidad.
Aquí Universal se enfrentaba a la necesidad de definir muy bien el tipo de universo que quiere construir y lo que nos da es una propuesta genérica repleta de agujeros de guion, dirigida por alguien incapaz de mantenernos en tensión y que derrocha millones sin terminar de saber muy bien lo que busca más allá de que Tom Cruise luzca lo mejor posible. Los hay que llegaron a decir que era la peor película protagonizada por el actor y me cuesta discutírselo.
Personajes sin personalidad
La interpretación de Tom Cruise parece un mal cruce entre el Brendan Fraser de la anterior versión y un Nicolas Cage en sus horas más bajas.
Esto afecta incluso al propio Nick Morton, al que, como he comentado antes, intenta darle un mayor fondo dramático con la maldición, pero lo cierto es que más allá de intentar ser un cabrón simpático, no hay nada que rascar. Además, su interpretación a mitad de camino entre el Brendan Fraser de la anterior versión de la saga y un Nicolas Cage en sus horas más bajas tampoco ayuda demasiado, pero el problema es aún más grave con el resto de integrantes del reparto.
Por un lado, Wallis es la chica mona que está por ahí para no hacer mucho más que eso -se intenta buscar la química con Cruise y el fracaso es monumental en ese apartado-, mientras que Jake Johnson empieza siendo relativamente simpático para que luego la película no sepa que hacer con su personaje y desaparezca de escena durante tanto tiempo que cuando vuelva la única reacción posible es de incredulidad por el sinsentido narrativo de esa decisión.
Más allá de eso, Crowe bastante tiene con defender un personaje que debería haber sido el punto de gancho para sucesivas aventuras pero que a la hora de la verdad está al borde del ridículo en todo momento, mientras que Boutella es la que mejor luce de todos ellos. El problema es que han vaciado de protagonismo tanto a su Ahmanet que nunca llega a sacar partido de lo bien que luce en pantalla.
El guion es un absoluto desastre
Antes comentaba que Cruise trajo a varias personas -Christopher McQuarrie y Dylan Kussman- para revisar el guion de David Koepp con el objetivo de que Morton se hiciera con el protagonismo absoluto. Ojalá ese fuera el único gran error de ‘La Momia’, pero es que la película también resulta sobreexplicativa sin necesidad -los hay que se quejan del cine de Christopher Nolan en ese punto, pero él está años luz por debajo del caso que nos ocupa-.
Además, el libreto también tiene la culpa de que los personajes estén vacíos de todo interés y no hacen nada por evitar que la película se convierta en un ir y venir en el que casi cualquier cosa parece valer. Me cuesta pensar en una sola decisión del guion que le siente bien a la película, empezando por la heroica evolución de su protagonista y acabando por la forma de solucionarlo todo.
Ver 15 comentarios