'Una pareja de tres' es el título que ha recibido por estos lares 'Marley & Me', el cual hace referencia a la relación que el personaje central tiene a lo largo de los años con el perro que le regala a su mujer. Aquí, como la película está protagonizada por Owen Wilson y Jennifer Aniston, dos rostros asociados generalmente a la comedia, han tenido que hacer la gracieta con el juego de palabras. El matrimonio en realidad está formado por tres elementos: el hombre, la mujer y un perro.
Lo cierto es que semejante título puede llevar a engaño. La película puede dar la impresión, también por su pareja de actores centrales, de pertenecer a ese grupo de comedias que tienen a un animal como protagonista. Sí, 'Una pareja de tres' puede engrosarse ahí; y no. Sí porque el film no tiene más pretensiones que las de entretener, aunque la mayor parte de las veces sea con chistes que no hacen ninguna gracia. Y no, porque en cierto modo, 'Una pareja de tres' se aparta, sólo un poco, de ese tipo de films.
No leer si no se ha visto la película.
'Una pareja de tres' narra la historia de John y Jenny Crogan, un matrimonio, que cambiando de aires para intentar mejorar su vida, adoptan un perro sin pensar que dicho animal les cambiará, sin que lo sepan en un principio, toda su existencia. Bautizado Marley en honor al famoso cantante, descubrirán que no se trata de un perro normal y corriente, protagonizando momentos verdaderamente delirantes, que en más de una ocasión les traerá quebraderos de cabeza al joven matrimonio.
'Una pareja de tres' tiene una estructura realmente extraña. Empieza como cualquier comedia al uso, en la que se ve a una joven pareja llena de ilusión por formar un futuro estable. Sigue coma otra comedia en la que hace acto de presencia el susodicho animal, que dicho sea de paso, es una completa monada. Continúa como un drama, al estilo de 'Revolutionary Road' (salvando las distancias, por supuesto), en la que vemos los problemas (en esto caso plasmados con mucha trivialidad) del matrimonio ya asentado. Y termina siendo todo un homenaje a ese animal doméstico, compañero inseparable del hombre, amigo fiel como pocos hay, parte en la que si te pillan desprevenido, puedes descubrirte llorando. En mi caso particular debo reconocer que me pasé toda esa parte pensando en mi propio perro, y en que si debo pasar por lo que Owen Wilson pasa al final del film, no podré soportarlo.
Y ése es el acierto de 'Una pareja de tres'. Es una película destinada principalmente a todos aquellos que aman a los perros, y tiene uno alegrándoles la vida en casa. La presencia del animal en la película no se limita a ser el típico elemento humorístico para que el espectador se ría a mandíbula abierta. Evidentemente, en el film, el perro, al que han dado vida nada más y nada menos que 22 perros distintos, ofrece instantes de comedia, algunos inspirados (el entrenamiento) y otros más bien insípidos (el del coche), pero su presencia parece siempre relegada a un segundo plano, como si no tuviese demasiada importancia, centrándose la película en la historia a lo largo de los años del matrimonio que poco a poco irán formando una familia. Es por ello, y esto lo veo un total acierto de guión, que cuando el perro es el principal protagonista en los instantes finales de la película, éstos resultan tan enternecedores y emotivos, pues descubrimos la vital importancia de algo que hasta entonces parecía totalmente secundario.
Owen Wilson y Jennifer Aniston ofrecen dos interpretaciones correctas, y es que no necesitamos más. Aniston está muy acostumbrada a este tipo de personajes, que lo cierto es que no difieren mucho del que la hizo famosa, la Rachel de 'Friends, serie tan horrible como divertida. Quien sí me ha sorprendido es Wilson, actor la mayor parte de las veces bastante insoportable, pero aquí deja de lado su sosería habitual, y resulta hasta convincente. Lo mejor, sin duda, sus instantes con el perro. A quien sí hay que elogiar sobremanera es a don Alan Arkin, que da vida a uno de los jefes del personaje de Wilson, en una relación con tintes paternofiliales. Por cierto, decir que los padres de Owen Wilson dan vida a sus padres en el film, y que la madre tuvo que hacer verdaderos esfuerzos para no llamar a su hijo por su nombre real. Para el libro de las anécdotas queda esa especie de cameo de Kathleen Turner (Dios, cómo ha cambiado esta mujer), en el que se presta a parodiar su pasado de mujer deseable.
'Una pareja de tres' no pasará a la historia del cine. Sus valores se encuentran dentro de los corazones de todos aquellos que han tenido o tienen un perro. Es inútil resistirse a los instantes finales del film, que poniéndonos melodramáticos podríamos bautizar como 'Million Dollar Dog'. No niego que hacerle un homenaje al mejor amigo del hombre podría haberse realizado con mayor inspiración, pero tratándose de un producto que entra de lleno en el mainstream, la intención es más que loable.
Cuanto más conozco a la gente, más quiero a mi perro es un topicazo como una casa, y también una gran verdad.