Sin hacer demasiado ruido hacen una de las mejores sagas del momento
En la última década Steven Soderbergh ha amagado muchas veces con la retirada de la actividad cinematográfica, tan sólo para desdecirse rápidamente y acabar rodando otros dos o tres proyectos en tiempo récord. Hay que tener en consideración que supo cazar el momento de la necesidad de contenido de las plataformas de streaming para poder producir varios proyectos consecutivos que poder hacer libremente.
Pero, realmente, toda esa obsesión por la retirada que luego termina truncada habla de alguien que no puede dejar de seguir ejercicio el oficio, que está demasiado conectado con el cine como arte para dejarlo de lado. Es algo que flota en el ambiente con una inesperada pero exitosa saga que ha montado de la mano de Channing Tatum y que alcanza un nuevo episodio de éxtasis con 'El último baile de Magic Mike'.
Bailando por el mundo
Perdida en un extraño limbo que la iba a hacer originalmente exclusiva para HBO Max, como las tres películas anteriores de Soderbergh ('Déjales hablar', 'Sin movimientos bruscos' y 'Kimi'), la película tuvo finalmente estreno en salas de cine en Estados Unidos pero aquí en España ha quedado relegada casi de tapadillo a las plataformas de alquiler como Apple TV, Amazon o Rakuten TV. Un extraño destino para una de las sagas más deslumbrantes de la última década, pero lo importante es que ha llegado y el nivel sigue altísimo.
Mike, el personaje de Tatum, se encuentra en una situación económica delicada tras su última retirada del mundo del striptease. La recesión económica por la pandemia le lleva a buscar trabajos de camarero para compensar su negocio fallido de carpintería. En uno de estos eventos conoce al personaje de Salma Hayek, una rica filántropa que reside en Londres pero monta un sarao benéfico en Florida y que le pide un baile especial en cuanto conoce su pasado.
La apasionante noche la lleva a proponerle una tentadora oferta: dirigirse a Londres con ella y aceptar el trabajo de revitalizar por completo una anticuada obra de época, amoríos y vestidos que se está representando en un teatro de su propiedad. Comienza así una ardua producción marcada por los cuerpos masculinos en movimiento con el objetivo de explorar el placer femenino en toda su extensión.
La interrelación entre la danza y la pasión es un tema que vertebra toda la saga de 'Magic Mike', al igual que el complejo papel de lo artístico en medio de una industria que mueve mucho dinero. Los pequeños detalles sobre la compleja situación económica de Mike como trabajador del espectáculo y la disparidad entre la situación de su empleadora y la suya marcan cuestiones que el cine medio de Hollywood suele pasar por alto, pero que Soderbergh nunca ha dejado de tener en consideración (uno de los pocos grandes dentro del sistema que parece tenerlo en mente).
Pero 'El último baile de Magic Mike' cuenta con unas diferencias principales con respecto a sus predecesoras. Más que nunca, esta tercera entrega es una película sobre el proceso, en este caso sobre cómo se levanta una producción casi desde cero para intentar despertar sensaciones en el espectador. De nuevo, Soderbergh sabe crear un subtexto metacinematográfico sin que entorpezca la historia, mostrando momentos de proceso creativo, de conflictos logísticos y económicos, que vienen inspirados del espectáculo en vivo de 'Magic Mike' que realizó el propio Tatum, aunque parecen estar hablando de cómo se ha realizado esta película.
'El último baile de Magic Mike': del Hollywood clásico al striptease
El director sabe emplear las mejores armas cinematográficas para tenernos enganchados. Volviendo a ejercer como director de fotografía y operario como en las otras dos películas, rueda las secuencias de baile con un brío y una claridad increíbles (montadas también por él mismo de una manera espléndida). Entre medias logra tener también un segmento que parece de cine de atracos marca de la casa que es completamente irresistible.
Lo más sorprendente, y lo que distingue en realidad a 'El último baile de Magic Mike' de las anteriores películas, son las inspiraciones del cine romántico clásico que exhibe. Desde las comedias románticas de Ernst Lubitsch hasta vivos musicales de la MGM como 'Un americano en París' (que también muestra una poderosa relación entre un artista y una mujer adinerada a través del baile y la música) vemos cómo una textura diferente y especial teje a la película.
De una manera muy elegante, Tatum y Soderbergh rescatan y pervierten esa clase de historias románticas de los dramas teatrales antiguos, donde se crean conflictos entre la pasión y el dinero, hay círculos sociales imponiendo miradas represivas y hay un mayordomo metomentodo. Logran triunfar de nuevo montando un show vibrante, con historia emocionante y detalles inteligentes de cine adulto que están ahí para que recojas. Sin lanzar demasiados cohetes han acabado creando una de las mejores sagas cinematográficas actuales.
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