'Por tus muertos' podría ser un Spinal Tap a la española, pero José Mota y Jorge Sanz no logran levantar este elogio al patetismo rockero

Un abecedario sin letras donde no hay tregua al espectador, un tango suicida que sienta como el pan duro y en el que se echan de menos otras maneras de vivir

Los primeros minutos de 'Por tus muertos' prometen un festival de referencias al mundo del rock con la presencia de algunas de las caras más conocidas del panorama nacional más clásico hablando sobre el desaparecido grupo Metralla. Y ahí, justo ahí, en ese momento de falso documental en el que parecía que íbamos a tener nuestra respuesta hispana a 'This is Spinal Tap', reconozco que me ilusioné. Quizá las ideas preconcebidas me habían jugado una mala pasada. Tal vez estábamos ante la parodia acertada y descarnada del mundo del rock en la actualidad que nos merecíamos. Tristemente, el espejismo se desvanece muy, muy pronto.

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Extremoblando

Se nota que tras 'Por tus muertos' hay ilusión por parte de un equipo que ha conseguido sacar adelante una película con sudor y lágrimas, algo que no es sencillo (y menos aún en nuestro país). Pero, honestamente, creo que esta no es la cinta que querían haber hecho. Y es que es exactamente lo que te esperas de una historia sobre un grupo de rock protagonizada por José Mota haciendo suyo el aspecto de Fito Cabrales. No hay ni un solo chiste que tome riesgos, el melodrama se come el humor y, al final, queda una amalgama de amabilidad con actitud tan rockera como una lección de salsa en el hogar del jubilado de tu pueblo.

Hacerse mayor y seguir tratando de triunfar con la música que debiste dejar de lado hace tiempo, y que la sociedad se empeña en que deberías dejar de una ez es un gran argumento para una película. No solo se ha rodado antes, sino que, de hecho, puede funcionar perfectamente si se hace con honestidad. Es lo que consigue David Galán Galindo en la próxima (y notable) 'Matusalén', lo que trataba de subvertir el primer episodio -y, ojo, solo ese- de la olvidada 'Gominolas' y lo que el polémico David Suárez perfeccionó en el hilarante y salvaje falso documental 'Tu madre es puta: detrás del éxito'.

No hay nada nuevo en el argumento de "juntar a la banda", así que, si vuelves a utilizarlo, lo suyo es que, al menos, tenga un atisbo de originalidad. Sin embargo, en 'Por tus muertos' asistimos atónitos a una colección de clichés aguados con personajes unidimensionales que en el guion confunde su tono continuamente en una dramedia poco constante y en la dirección no se aleja tanto de un sketch de 'La hora de José Mota'. Podría ser peor, sí, pero, definitivamente, debería ser mejor.

Hay poco rock'n'roll

No deja de ser sorprendente que su director, Sayago Ayuso, co-presente uno de los programas de radio más veteranos sobre el género en España ('El pirata y su banda'), porque la película no hace ningún tipo de referencia a otros grupos de la escena ni parodia momentos específicos: es casi como si se hubiera "Josemotizado", si me permitís la palabra. Todo lo que podría haber sido divertido y extravagante (una noche loca, un fascista que lee entre líneas, un personaje muerto, los hijos de uno de los protagonistas), al final, se vuelve excesivamente amable, como no queriendo molestar a nadie ni dar un paso en falso.

Y al final, la combinación de trama y tono es decididamente extraña. Mientras el guion trata de hablarnos de los distintos problemas de cada uno de los miembros de la banda, el director decide tomar siempre una postura plana que autoboicotea cualquier intento por pasar de la sencilla medianía para todos los públicos. Y al final, como dice el famoso chiste, estamos a setas o estamos a Rolex. Ni siquiera los actores que acompañan a Mota saben muy bien lo que están haciendo, con la excepción de un Jorge Sanz que entiende perfectamente lo caradura que debería ser esta cinta (y que, tristemente, no es).

Ni tan siquiera los momentos emotivos consiguen dar en el clavo, entre otras cosas, porque se pueden intuir telegrafiados desde el primer momento. 'Por tus muertos' planta varias semillas, pero, a la hora de recogerlas, no intenta sorprender al espectador, llevándole por un camino marcado que se niega a ofrecer ningún tipo de sorpresa en un road trip falto de estímulos, acción, corazón y, sí, música. La película se dispara a sí misma en la línea de flotación pretendiendo ser algo que no debería ser, y termina sin ser homenaje, parodia o carta de amor. Ni tan siquiera es el retrato de cuatro personas perdidas que se acaban encontrando. Es un agujero negro de ideas y conceptos válidos que nunca terminan de despegar.

La cartelera del cine, más aburrida que nunca

Solo hay algo que peor que una mala película: una que te deje absolutamente indiferente. Ese fue mi problema con 'Por tus muertos', que parece creada para un público televisivo muy poco exigente y que, pese al esfuerzo del equipo, no logra dar más de sí. Es una oportunidad perdida de crear nuestro propio 'Spinal Tap' (no será por falta de referencias e historias), porque, al final, da lo mismo que la película trate de rock'n'roll, de boleros o de reggaeton: la trama podría ser exactamente la misma intercambiando un par de diálogos aquí y allá.

La dramedia, tan de moda estos años, no termina de emplastar bien aquí, y el resultado es que la película parece estar dando bandazos continuamente entre un sentimentalismo pretendidamente lacrimógeno y una comedia que funciona mejor sobre el papel que en la pantalla. El resultado no tiene personalidad propia, formando una cinta absolutamente hueca, que permite ver el armazón pero nunca llegar realmente a su corazón.

Tristemente, el potencial se ha desperdiciado del todo, y tan solo un par de gags que resultan simpáticos pueden salvarse de una triste maraña de indiferencia. Si tuviera que apostar, diría que 'Por tus muertos' no es la película que ninguno de los implicados quería realmente hacer, y que en algún momento de este viaje, antes de que entrara el dinero y la responsabilidad de llegar a un público más amplio, fue una película radicalmente distinta. Y, al final, el desinterés en tu propio proyecto acaba por permear y empapa las buenas intenciones iniciales. Podría haber sido un concierto por todo lo alto, pero suena a guitarra desafinada en un grupo tributo.

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