Con 'Una pistola en cada mano' (2012), el realizador catalán Cesc Gay comenzaba una nueva tapa en su filmografíca: un cine de corte más comercial, volviendo a rodar únicamente en castellano -'Ficción' (2006) y 'V.O.S' (2009) mezclaban castellano y catalán indistintamente-, pero manteniendo las historias íntimas, cercanas, de personajes y todo, con su estilo tan particular y emotivo. En su nueva película, 'Truman', Cesc Gay mantiene la fórmula para demostrar que cine de calidad no va reñido con cine que puede gustar a un público más amplio, aunque con ello, se quede en la parte superficial de la historia que nos quiere contar.
Aunque falta del riesgo de sus títulos anteriores, 'Truman' viene avalada por la Concha de Plata ex aequo a la Mejor Interpretación Masculina para sus dos protagonistas, Ricardo Darín y Javier Cámara, que son la parte primordial de esta historia de apariencia sencilla sobre la amistad y la vida. Estamos ante una comedia agridulce y efectiva. Un título fácil y agradable que resultará prácticamente imposible que no llegue al corazoncito de todo aquel que la vea.
Camaradas
En 'Truman', Cesc Gay analiza la camaradería, los lazos de amistad masculina contándonos la historia de Tomás, un matemático que trabaja en una Universidad en Canadá, que viaja a Madrid para visitar a un viejo amigo al que no ve desde hace años: Julián, un actor argentino afincado en Madrid desde su juventud. ¿El motivo de la visita? Julián padece un cáncer terminal. Junto a Truman, el fiel perro de Julián, pasarán cuatro días recordando los buenos tiempos pasados, añorando lo que nunca vivieron y tratando de encontrar ánimos para darse el último adiós.
Está claro que el éxito de 'Truman' reside tanto en la sencillez de su historia como en su narración. Cesc Gay propone una historia muy bien estructurada y clara, sin florituras ni artificos y de muy fácil lectura, para hablarnos sobre la relación entre dos personajes y cómo el ser humano se enfrenta a una muerte inminente propia o de un ser querida. En 'Truman' no hay trampas, ni segundas lecturas y esto puede ser también su debilidad: resulta demasiado fácil, no hay riesgo. Cesc Gay elige el camino seguro y los que admirábamos la sutileza y los silencios en su cine, echamos de menos un poco más de valentía.
Y es que hasta su estructura narrativa es simple y repetitiva: tras su reencuentro, la pareja protagonista va a algún lugar -bar, tienda, restaurante, Amsterdam- y se encuentran con otro personaje que descubre la situación de Julián. Una estructura que funciona únicamente porque los personajes de reparto están interpretados por rostros más que reconocibles para los aficionados al cine español: desde Eduard Fernández, pasando por Susi Sánchez y Álex Brendemühl, Elvira Mínguez a Silvia Abascal y José Luis Gómez.
Preferencias personales a parte, 'Truman', además de sencillez y cercanía ofrece las dosis justas de drama y comedia. No es sensiblona ni busca la lágrima fácil o sabe evitarla fácilmente con una risa sincera o una oleada de ternura, aunque quizá le sobre algo de azúcar. Gran parte de ese espíritu se lo debe a dos pesos pesados: Ricardo Darín y Javier Cámara, que se muestran cercanos y complementarios y se apoyan en la figura de ese perro, Truman, el símbolo claro de su amistad, de la fidelidad y camaradería. Junto a ellos, la argentina Dolores Fonzi, que aquí cumple, pero a la que no debemos perdernos en la impactante 'Paulina' de Santiago Mitre, que se estrena el el 27 de noviembre.
Sin duda, 'Truman' tiene todos los ingredientes para convertirse en una de las películas españolas del año con mejor acogida por la facilidad de su discurso. Es amable y buenrrollera, de las que funcionan con el boca oreja y de las que entrarán entre las cuatro nominadas al Goya a la Mejor Película. Cesc Gay se acomoda en el cine convencional y de corte comercial, y aunque consiga un buen y efectivo resultado, parece que está dejando atrás su título de cineasta de autor.
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