El éxito de ‘True Detective’ cambio la televisión hace diez años. Ya conocíamos la “edad dorada” de las series, pero pocas veces una de ellas había lucido tan cinematográfica, y pocas, muy pocas, habían roto el tabú de las estrellas de la gran pantalla participando en la pequeña, con Woody Harrelson y Matthew McConaughey triunfando al mismo tiempo en grandes proyectos y trabajando para una cadena de TV sin que ello supusiera “rebajarse”. Ahora llega ‘True Detective: Night Country’, que se estrena en HBO Max el 14 de enero, y las cosas han cambiado mucho.
Ahora no hay casi distinción entre trabajar en ambos medios, el prestigio no se mide por duración o ventana de estreno, los presupuestos de series son mayores que los de las películas y ya no hay enfoque estético que impresione en la gran pantalla, por lo que una vuelta de la que insufló ese nuevo prestigio se toma con cierta prudencia. Es imposible pedirle a una cuarta temporada que impacte de la misma forma, pero tras dos temporadas mediocres, siempre se espera que la vuelta recoja algo de lo que se espera cuando se afronta algo relacionado con la primera.
Y si bien no consigue estar a la altura de aquella, sí es un regreso a las raíces que recupera uno de los elementos que más se echaban de menos: el horror cósmico. Hasta hay homenajes a ‘Seven’ o ‘La cosa’ y explora temáticas que van más allá de una investigación policial rasa. Y es que ‘Noche polar’está lejos de ser perfecta, intenta abarcar demasiado en 6 capítulos y, pese a que la trama e investigación cumple con creces, los personajes no están especialmente conseguidos o bien escritos, es acaso funcional para respetar el tono original.
El modelo 'Mare of Eastown' cala en los personajes
De hecho, muchas de sus hipotecas con el estilo de la serie caen ya de forma anacrónica, como el uso de algunas canciones fuera de tono, que resulta chirriante, especialmente dado un emplazamiento helado que pide sobriedad. También decepciona un poco el desagradable papel que le han construido a Jodie Foster en su vuelta al thriller tras ‘El silencio de los corderos’ (1991), en ocasiones incluso está demasiado sobreactuada y ruidosa, pero compensa su presencia en pantalla, y los homenajes constantes a su Clarice Starling, que se sienten como una secuela perdida y decadente.
Pero por lo demás, el cambio de introducir a Issa López como Showrunner ha conducido una temporada que mejora los derrapes de Nic Pizzolatto en las dos anteriores. Además, se nota que la ahijada de Guillermo del Toro, graduada en el terror social que presentaba en ‘Vuelven’, deja huellas en cada detalle del ambiente gélido y oscuro de Alaska, que guarda no pocos parentescos con el de ’30 días de oscuridad’, con una estupenda fotografía nocturna y azulada que da cuerpo a una producción ambiciosa.
La mejor noticia viene para los fans del terror, ya que esta cuarta temporada de ‘True Detective’ no se esconde y entra sin miedo en el género, incluso con trazas sobrenaturales que no se avergüenzan de parecerlo. Es casi una mezcla (muy poco disimulada) entre ‘Wind River’ (2017) y ‘The Last Winter’ (2006), rescatando no solo los encuentros con cadáveres desnudos en medio de la nieve de aquella, sino su denuncia climática y lazos con el eco-terror de nuevo cuño, siempre deudor de la obra maestra de John Carpenter en ambos casos.
El terror, el gran fuerte de sus seis capítulos
De hecho, en su episodio 2 tiene un momento grotesco tan potente que deja con la mandíbula en el suelo, un homenaje a dos películas de terror en un solo momento que es de lo más fuerte que vamos a ver en el año. No tiene continuidad en el resto de capítulos, pero atentos a la introducción del episodio, es tan solo un instante, pero es difícil que una película de 2024 lo supere. Con todo, en su corazón sigue siendo un thriller de asesinatos, aunque las conexiones con Thomas Ligotti de la primera regresan con pistas en común, guiños, signos y pistas a callejones sin salida que vuelven a crear más dudas y enigmas que escapan cualquier explicación racional.
El concepto de misterio y terror en un entorno helado es base de muchas películas, pero en los últimos años hemos tenido ejemplos en la televisión como la olvidada primera temporada de ‘Helix’ y también el arranque de la española ‘The Head’, 'Fortitude’ o la reciente ‘Asesinato en el fin del mundo’. ‘Noche Polar’ es la más lujosa de todas ellas, aunque se haga demasiado de esperar en sus resoluciones, que acaban acumulándose en un episodio final trepidante pero muy atropellado en sus líneas abiertas de pasado y presente. Haberlo dividido en dos no era descabellado.
Por detalles así quizá ‘True Detective 4’ no sea ese bombazo que hacen parecer sus puntuaciones en Rotten Tomatoes, pero, siendo capaz de lo mejor y lo peor de la serie, supone una pieza a destacar en este inicio de 2024, e indicada para amantes del género neonoir y horrores bajo cero, o sencillamente cualquier enamorado de las conexiones más allá de la comprensión que planteaba la primera temporada.
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