'Triple amenaza' puede considerarse la respuesta con reparto oriental a 'Los mercenarios'. Se trata de una fórmula, la de unir a tres o más estrellas del cine de acción, que en Oriente se deja ver más a menudo que en Hollywood. Allí, películas con repartos multitudinarios eran habituales hace no demasiado (ahora el cine oriental de acción funciona de otra manera, con India como superpotencia y China como manufacturadora de cientos de productos baratos, derivativos y tronchantes al mes), pero solo hay que recordar los gloriosos ochenta y el ramillete de obras maestras que nos legaron Jackie Chan, Samo Hung y Yuen Biao en comandita.
El trío de héroes que encabeza 'Triple amenaza', que llega casi de tapadillo a Filmin distribuida por Selectavisión -cosa rara, teniendo en cuenta que su estreno se ha retrasado un par de años desde que se mostraron sus primeras imágenes, y era un título esperadísimo para los aficionados al género-, no anda a la zaga de Chan y compañía en términos de contundencia. Sus protagonistas son el indonesio Iko Uwais ('The Raid', 'The Night Comes for Us'), el chino Tiger Chen (protagonista de películas poco conocidas en Occidente como las dos 'Kung Fu Traveler', pero cuyo prestigio se cimenta sobre todo en sus stunts para 'Tigre y dragón' y las dos secuelas de 'Matrix') y el ya cuasi-mítico tailandés Tony Jaa (que revolucionó el género con 'Ong-Bak').
A los mandos, un nombre occidental, Jesse V. Johnson, detalle que a menudo apunta a trampa mortífera, pero que de un tiempo a esta parte se puede entender de otra manera. No solo está el precedente de Gareth Evans en 'The Raid': Johnson está consagrado al cine de acción desde el principio de su carrera. Ha sido especialista desde los tiempos de la primera 'Desafío total' y ha dirigido una veintena de películas de acción, todas de bajo presupuesto y de notable interés, dignas, contundentes y en muchos casos vehículos para su compinche habitual Scott Adkins ('The Debt Collector', 'Perro salvaje', 'Accident Man'...)
Adkins, de hecho, es el otro nombre propio de importancia en esta producción: el villano de la historia es un experimentado habitual de la serie B de acción, y da lustre a cualquier producción, por muy modesta que sea, con su carisma directamente heredado de los robustos, inexpresivos y contundentes héroes de los ochenta. Su imponente presencia física le permite ser tanto el héroe con trauma como el villano sin escrúpulos, y aquí viene acompañado de otro buen plantel de nombres propios de la acción sin complejos (o directa al vídeo): Michael Jai White -que se lo pasa bomba encarnando a un villano unidimensional y tópico- y Michael Bisping.
'Triple amenaza': Sartenada de leches
Poco hay de innovador en el argumento de 'Triple amenaza', lejos de la ambición narrativa de algunos de los últimos hits tailandeses del género, pero se las arregla para encadenar con relativa fluidez una serie de escenarios, escenas de lucha y combinaciones de personajes para que se zurren, que es a lo que hemos venido. El superviviente de una masacre (Uwais) en la que muere su mujer inicia la caza de sus asesinos, entre ellos un par de mercenarios de buen corazón que pensaban que estaban en una misión humanitaria (Jaa y Chen). Juntos intentarán atrapar a los auténticos criminales, un grupo de asesinos occidentales que preparan un secuestro de mayor envergadura.
Sin duda el gran hallazgo de 'Triple amenaza' es que avanza muy consciente de que sus actores tienen una identidad forjada al margen de esta película, cada uno con su estilo marcial distintivo. El choque entre ellos es lo que da salsa a las secuencias de acción: el tremendo juego de piernas y la potencia monstruosa de Adkins frente a las tácticas de Muay Thai de Jaa, la herencia del kung fu clásico de Chen junto al estilo más brutal y callejero, pero también muy técnico de Uwais.
'Triple amenaza', no obstante, no es perfecta, y queda por debajo de esos camiones rebosantes de dinamita conduciendo a toda velocidad por el borde de un precipicio que son las primeras películas de Tony Jaa o las recientes 'The Raid' y todas sus derivaciones. Pero también está por debajo de películas más modestas de serie B, como los vehículos para Adkins, circunspectos y violentísimos. De hecho, 'Triple amenaza' comparte con 'Los mercenarios' su principal problema: como desfile de caras conocidas es simpático y se disfruta como un greatest hits del género, efectivo pero sin riesgo. Sin embargo, le falta algo de energía y atrevimiento, cierta capacidad de sorpresa.
Como resultona exhibición de artes marciales es más que digna, en cualquier caso -y desde luego, mucho mejor película de acción que su reflejo occidental comandado por Stallone-. El tramo final, cuando los villanos adquieren mayor protagonismo y se deja de lado la algo plana relación entre los tres héroes, es divertida y vibrante, y entre ese clímax y la secuencia de la comisaría que reducen a escombros entre unos y otros, son más que suficientes para que merezca la pena el precio de admisión a este intenso espectáculo de pólvora y músculo.
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