¿En qué nos basamos a la hora decidir que queremos ver una película? Hay motivos para todos los gustos, pero lo que está claro es que, salvo que alijamos totalmente al azar -algo que yo no recuerdo haber hecho nunca-, nacen de algún tipo de prejuicio, ya sea, aunque creo que hay demasiadas opciones como para concretarlas todas, por nuestra preferencia personal hacia cierto tipo de género o por buenas experiencias previas con uno o varios de los implicados.
En el caso de ‘Triple 9’ fue esto último lo que sucedió conmigo, pues John Hillcoat, su director, ya me había demostrado su talento con anterioridad y además la película cuenta con un reparto de lo más llamativo, ¿qué podía salir mal? Pues lo más habitual en estos casos, y es que el libreto del debutante Matt Cook no está a la altura y acaba dañando de forma notable el resultado final por la imposibilidad del resto de implicados en trascender sus limitaciones.
Intensa suciedad complicada más de la cuenta
Una de las formas más sencillas de despachar ‘Triple 9’ sería apuntando sus -relativos- parecidos con otras cintas que cuentan historias similares -por ejemplo, seguro que os cansaréis de leer las comparaciones con ‘Heat’-, pero aquí veo un enfoque muy diferente, más interesado en la decadencia moral que en las relaciones entre los personajes -o en sus vidas personales, las cuales tienen presencia, pero casi mejor que no fuera el caso-.
Hillcoat lo aprovecha para dibujar un universo gris y opresivo sobre el que en todo momento pesa un aura de fatalidad bastante logrado en lo técnico, pero que pierde mucha presencia por culpa de un guion que se presta muy bien a realizar grandes escenas puntuales -pienso sobre todo en los robos- a cambio de convertir el todo en un mejunje de ideas y tramas que por sí mismas no encandilan y en su conjunto no terminan de conectar bien.
No voy a negar que tengo la tentación de criticar también que la evolución real de la historia se ve venir de lejos, pero lo cierto es que me molesta más como su tendencia a no exagerar la importancia de ningún momento se vuelve en su contra, dejando incluso al borde del ridículo algunas escenas que deberían haber, como mínimo, rozado lo catártico y, en líneas generales, capando los logros de ‘Triple 9’.
Ese problema es una consecuencia más o menos lógica de la abundancia de clichés en el libro de Cook, donde no hay interés real en definir a los personajes para que nos importe algo lo que pueda ser de ellos. Entiendo que así Hillcoat lo tiene más sencillo para lograr una atmósfera tensa y sucia, pero es un peaje a pagar demasiado alto, porque sin personalidades a las que agarrarse, uno tiene más tiempo para fijarse en las limitaciones de cada una de las tramas.
’Triple 9’, actores implicados, personajes desdibujados
Eso sí, la intensidad y el nervio que imprime Hillcoat desde la puesta en escena encuentra un buen acomodo en lo que extrae de su estupendo reparto, donde el que mejor se maneja entre la innecesaria complicación del guion y la escasa dedicación para definir a sus personajes más allá del arquetipo es Woody Harrelson, aunque seguramente lo adecuado hubiera sido hacer que todo girase alrededor de un correcto Casey Affleck que interpreta al hermano en la ficción de Harrelson.
Tampoco habría sido mala opción usar a alguno de los criminales, pero lo que se hace en el caso de Chiwetel Ejiofor jamás llega a tener la entidad adecuada -todo lo de Gal Gadot y su hijo es poco más que un catalizador para que la historia pueda ir en la dirección deseada- y el resto acaba un tanto desdibujado por la aparente necesidad de Cook de querer abarcar mucho, pero aquí no pasa como en otros casos donde simplemente había desequilibrio, sino que simplemente jamás se interesa o profundiza lo suficiente en algo.
Por suerte, los actores tienen fe en la película y en sus personajes, y ayudando a mantener el efecto buscado por Hillcoat a la que hacía alusión más atrás. Todos cumplen con holgura, y algunos incluso brillan algo más -pienso por ejemplo en la mala malísima a la que da vida Kate Winslet o en el policía corrupto interpretado por Anthony Mackie-, pero no logran sortear las flaquezas del libreto y su buen hacer también queda un tanto difuminado.
En definitiva, ‘Triple 9’ es una propuesta muy desigual, ya que su director sabe lo que quiere y hace todo lo posible por conseguirlo, contando además para ello con el apoyo total de su reparto, pero a cambio tiene en sus manos un guion con unas flaquezas tan pronunciadas que el resultado final acaba teniendo una intensidad a medio gas, cuando esa debería haber sido su gran seña de identidad. Lástima.
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