'Los tres mosqueteros: Milady' es otro gran folletín de aventuras moderno que cierra una épica adaptación de Dumas con altura, pero deja con ganas de mucho más

'Los tres mosqueteros: Milady' es otro gran folletín de aventuras moderno que cierra una épica adaptación de Dumas con altura, pero deja con ganas de mucho más

El final de la película con Eva Green pide a gritos una continuación en forma de más secuelas o una serie de televisión

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Mosquetero Milady

Apenas hace un año recibíamos en cines españoles ‘Los tres mosqueteros: D'Artagnan’, un soplo de aire fresco ante las grandes franquicias de Hollywood que tomaba uno de los clásicos de la literatura francesa y lo convertía un blockbuster modesto pero muy divertido, adecuando la obra a una narración fraccionada en dos episodios rodados a la vez. Ahora llega la prometida segunda parte, ‘Los tres mosqueteros: Milady’, que está centrada en el personaje titular de Eva Green.

Pocas sorpresas para los que no conectaran con la anterior entrega, dado que esta continuación no es tanto una secuela como una extensión, es decir, da la impresión de que todo el aparato de producción ha funcionado a la vez, ya que cuenta con el mismo director, Martin Bourboulon, y tan solo se ha incorporado un guionista, Matthieu Delaporte, para completar el dúo original. Misma música, misma fotografía y equipo, todo en pos de una consistencia visual que no hace diferencias entre una y otra.

Un trepidante juego de luchas, aliados, traidores y revelaciones

La gran diferencia es el momento argumental, en el que ahora hay un complot enrevesado para llevar a Francia a la guerra, explotando una traición por parte de los hugonotes para derrocar al rey Luis XIII (Louis Garrel) y el juego de secretos y la búsqueda del principal conspirador, que no es quien parece. Los tres héroes, Athos (Vincent Cassel), Porthos (Pio Marmaï) y Aramis (Romain Duris), regresan a sus andadas, en esta ocasión sin los clásicos sombreros de pluma, investigando entre filas del ejército para descubrir qué está sucediendo.

Mientras tanto, D’Artagnan quiere a toda costa rescatar a su amada, Constance Bonacieux (Lyna Khoudri), mientras su encuentro con Milday revela algo oscuro en el pasado de Athos. Todo un despliegue de fichas de dominó que tienen suficientes vueltas de guion, sorpresas y giros como para completar un par de temporadas de algunas series concebidas para streaming, aquí un ingrediente esencial que demuestra que otro tipo de blockbuster es posible.

Mosqueteros2

Acostumbrados a la habitual estructura de zonas de valle y zonas de espectáculo de muchas películas de Hollywood, parece que los engranajes del guion se han limitado a crear escenas de conversación y plan para las siguientes fases de movimiento, casi como si la única consecución posible fuera ver planear a los personajes su siguiente movimiento y luego llevándolo a cabo, sin embargo, ‘Los tres mosqueteros: Milady’ no deja que la trama repose.

Un multiverso literario que merece desarrollo

Hay espacios de oxígeno y de conversación, pero siempre hay alguna revelación, algo perfectamente hilado que florece de forma orgánica en algún momento inesperado, encajando esas escenas con la acción sin apoyar el entretenimiento exclusivamente en la pirueta, que aquí vuelve a estar muy pegada a la tierra, evitando grandes tomas de efectos especiales y asimilando la tradición de las viejas películas de espada y trabuco.

Conserva esa suciedad que en la anterior entrega parecía asimilarse a ‘Juego de Tronos’ pero que aquí ha tomado una vía más verbenera y afín al espíritu de los libros, de lo que también mantiene ese aspecto de folletín, la concentración de subidas y bajadas conforme los capítulos se iban entregando semana a semana, con un gusto por lo que ahora llamamos el clifffhanger que se va también hasta la última escena, que hace soñar con una ‘Veinte años después’ o más aventuras en el mismo momento, pero que dejan la sensación de que esto da para mucho más.

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Quizá esa sea la gran virtud y la gran pega de esta dupla de adaptaciones, en la que un capítulo más podría retorcer aún más la madeja y dar el último salto mortal. Deja la impresión de que pudiera haber una serie pendiente —la factura sí que tiene un punto de televisión— o algo más. De cualquier forma, si no es una continuación a esta ‘Los tres mosqueteros: Milady’, si el director se atreve con ‘El conde de Montecristo’, este “Dumasverso” estará en buenas manos.

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