Con un apellido que es una bomba, Olivier Megaton ha dirigido la tercera entrega de la saga ‘Transporter’ (‘Transporteur 3’), que se estrena el día 23.
Jason Statham repite en su papel del conductor Frank Martin, mientras Robert Knepper (Tea-bag en ‘Prison Break’) será quien le encargue un trabajo que no desea cumplir: transportar unas bolsas hasta el destino que le indique el GPS acompañado de una ucraniana llamada Valentina, a quien da vida Natalya Rudakova. Completan el reparto François Berléand, como policía francés amigo de Martin; Jeroen Krabbe, como embajador y padre de Valentina, y David Atrakchi, como Malcolm, compañero de faena de Frank, que trata de hacer el trabajo antes que él y fracasa. Luc Besson vuelve a estar detrás de este producto en la producción y en el guión, que firma junto con Robert Mark Kamen.
Por supuesto, ‘Trasnporter 3’ pertenece al tipo de películas que no se pueden ir a ver esperándose otra cosa que lo que son. Las hay que decepcionan incluso así, pero en este caso, considero que cumple las expectativas: la acción no se reserva únicamente para los últimos minutos, como les ocurre a algunas películas pretendidamente trepidantes, sino que está bien repartida. Y no resulta repetitiva o insulsa, sino que se buscan distintas justificaciones para cada una de las escenas movidas consiguiendo con ello que sean diferentes entre sí y que más o menos vengan a cuento dentro de la trama.
La realización de la película es muy espectacular, con planos cuidados de fotografía llamativa y encuadres nada discretos. Las escenas de acción están bien ejecutadas y el montaje de las peleas casi siempre hace que los golpes sean comprensibles –de dónde vienen, a dónde van, quién pega a quien, etc…—, que suele ser lo más difícil de lograr. El estilo de flashes blancos y rápidos movimientos recuerda al desfase estilístico de ‘CSI Miami’, pero sin llegar a tanto.
Hablar del reparto de estas películas carece ligeramente de sentido, ya que todos los intérpretes están en sus papeles, haciendo más o menos lo que hacen siempre. No hay nada que reprocharles, pero tampoco demasiado que encomiarles. Jason Statham aporta esa media sonrisa socarrona inglesa que permite que las cosas no se tomen demasiado en serio.
Con todo lo espectacular que es la película estéticamente, es una pena que lo que atañe a los diálogos sea pueril, pretencioso y ridículo. No estoy pidiendo que se escriba una obra maestra de la profundización psicológica en un film de este estilo, pero por lo que sí se podría optar sin ningún problema es por no creerse que se sabe hacer algo y por, simplemente, no hacerlo. Es decir, que si la película se hubiese ahorrado todas las conversaciones de Rudakova sobre comida y otras cuestiones, sería muy superior. Estos diálogos no sólo son innecesarios, sino que son lo único que degrada a ‘Transporter 3’. Otros aspectos del guión son sencillos –la excusa argumental, la trama, etc…—, pero al menos son correctos y funcionan. Ya que Besson co-escribe el guión, me pregunto de qué parte se habrá ocupado él, si de la de dialogar o de la de escaletar y quiero pensar que haya sido de la segunda.
Porque de las cosas que ocurren en cuanto a la acción también se puede decir que son ridículas, claro que se puede. Vamos, que lo de poner el coche de lado, dar esa cantidad de patadas mientras te quitas la camisa, liquidar a un montón sin sufrir un rasguño, correr así sobre una bicicleta… Todo eso es un despropósito y una macarrada. Pero esto entra dentro del género y se puede considerar casi como una forma de crear humor. En estos casos me río, pero no porque las escenas estén mal rodadas, pues no lo están; sino porque supongo que esas ideas tan descabelladas se han incluido sabiendo que lo son, con la intención de provocar la carcajada.
En definitiva, una película muy entretenida y que funciona como el producto que intenta ser. Cuenta con peleas, persecuciones y tíos buenos, o sea que no le veo qué problema puede tener.
Existe una frase que también podría haber resumido ‘Transporter 3’ tanto como la del titular. Era lo que decían sobre el personaje de Tim Allen –es decir, al supuesto William Shatner— en ‘Héroes fuera de órbita’: “Ya tuvo que quitarse la camiseta”.En Blogdecine: Teaser trailer.
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