Este comienzo de temporada televisiva es bastante curioso para Atresmedia, ya que los primeros estrenos nos los estamos encontrando en su plataforma de vídeo bajo demanda como parte de su plan para impulsar su contenido "premium" (algo que ya intentó con un canal de televisión de pago).
El otro día pudimos ver 'El nudo', serie original de la plataforma y mañana, domingo 8, llega a ATRESplayer 'Toy Boy', el drama criminal erótico festivo de Antena 3. Un estreno, por cierto, en primicia antes de que la serie se vaya a emitir en abierto en Antena 3, aún sin fecha definida.
Hugo (Jesús Mosquera) es un stripper que tras una larga noche se encuentra en medio del mar en su barco y con un cadáver calcinándose en la cubierta. Pillado por la Guardia Civil, es detenido y condenado por el asesinato del marido de Macarena Medina (Cristina Castaño), su amante y empresaria de éxito.
Tras siete años en la cárcel, una joven abogada, Triana (María Pedraza), se hace con el caso de Hugo y logra anular la condena. Hugo sale en libertad dispuesto a demostrar su inocencia mientras retoma la relación con el resto de sus amigos "toy boys".
Carne, que es lo que gusta
He de admitir que la primera vez que oí hablar de 'Toy Boy' no pude evitar arquear la ceja. Teníamos un drama criminal, ambientado en Marbella y protagonizado por un grupo de strippers, uno de ellos acusado de asesinato. De hecho sería una serie que hubiera descartado de primeras de no ser porque estaba creada por César Benítez y la realizaban en Atresmedia.
Pero ni con esas. Es curioso lo que hacen las percepciones y las famas, pero me hubiera esperado una serie como esta más en las noches de Telecinco ('El Príncipe', mismamente guarda cierta similitud) que en las de su principal rival. Además en todos los sentidos, tanto en trama como en el toque "escarceo amoroso" y carnes por todas partes además de cómo está hecha la serie.
Este primer episodio, dirigido por Iñaki Mercero, es un gran ejemplo de que uno de los principales pecados capitales de la televisión en España es hacer un reparto de caras guapas, con oblicuos definidos y que rezuman sensualidad, pero sin molestarse en saber si tienen un mínimo de aptitud para la interpretación.
Que es verdad que los personajes de la serie deben ser atractivos, descarados y guapérrimos por ser la historia que es, pero no creo que sea tan difícil encontrar a alguien que sepa actuar. Tampoco los más veteranos como Pedro Casablanc y María Pujalte (que, por cierto la escena en la que sale se escucha bastante "rara", como si no hubieran hecho bien la mezcla de sonido), logran destacar.
Esto acentúa las carencias del guion de Rocío Martínez y Juan Carlos Cueto, que llenan los casi ochenta minutos del primer episodio con situaciones y escenas que juegan muy al límite con el pacto de incredulidad del espectador (gente moviéndose como Pedro por su casa en comisarías y centros médicos, recibiendo "chivatazos" de última hora, etc.) a la par que no desaprovechan para mostrarnos lo que el público quiere: "mucha carne".
Cuando es la mezcla lo que no funciona
Que yo creo que ese es el problema de base: deslumbran con el erotismo (y uno apto para mayores de 13, nada demasiado fuerte) y el aspecto festivo y alegre del tema y cuando hay que ponerse "serios" el guion no logra otorgarle el peso que merece un drama criminal como este.
De hecho 'Toy Boy' funciona bastante mejor cuando habla de la historia de estos cuatro colegas que se reúnen y quieren volver a hacer el show que tan buenos recuerdos ha creado. Podría haber sido esa serie, perfectamente, y quizá estuviéramos hablando de ella en otros términos. Es, precisamente, todo lo que rodea a la trama criminal lo que pega bandazos y desequilibra más a la serie.
Creo que lo que más le pesa a 'Toy Boy' es que se toma más en serio a sí misma de lo que uno puede imaginar. No digo yo que necesite ser una mamarrachada de las apoteósicas pero sí no estar escrito como si quisiese ser el no va más de los thrillers de 2019.
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