El australiano Josh Thomas vuelve a televisión casi un lustro después de cerrar la recomendable 'Please Like Me'. El actor y cómico crea, escribe y protagoniza 'Todo va a ir bien' ('Everything's gonna be Okay'), una nueva comedia que llega este viernes a Movistar+ tras su paso por la estadounidense Freeform.
Thomas es Nicholas, un veinteañero que está de visita a casa de su padre y sus hermanastras (mismo padre, distinta madre). Cuando está a punto de marcharse, descubre que su padre está a punto de morir y ha movido papeles para que nuestro protagonista se convierta en el tutor legal de las chicas: una talentosa música autista que se prepara para la universidad y una adolescente de catorce años que se rebela ante su pubertad.
Así, 'Todo va a ir bien' entra en una larga tradición de la ficción de historias de huérfanos, de reconstruir la familia y de hacer piña en la adversidad y mucho corazón en 24 fotogramas por segundo. Para facilitar las cosas y hacer la serie aún más blanca (no en términos de diversidad, aunque algo también hay ahora que lo pienso), la familia es acomodada. De las que no les falta de nada.
Un confortable lugar para vivir
Si tuviese que poner un solo calificativo a la serie este sería confortable. No quiero abusar del término "lugar feliz" pero sí que esta ficción está ideada para ser un pequeño refugio ideal para despejar la cabeza de problemas durante un rato. En ese sentido funciona bastante bien y su ligereza y duración (20 minutos) la hacen tan agradecida como carne de maratón.
Aquí seguramente sea más culpa mía que de Josh Thomas, pero no termino de entrar en este hogar, en sus dinámicas y tampoco ayuda que no logre congeniar con el hermano mayor. Es de esos personajes difíciles construidos alrededor de una característica: Nicholas es descrito como un neurótico (mucho más adelante en la serie sabremos que no es lo único que tiene) pero comparado con todo lo que le rodea está demasiado pasado de rosca.
De hecho, sin él, la serie funciona a las mil maravillas. De hecho vería la serie solo por las dos hermanas protagonistas: Matilda (Kayla Cromer) es impresionantemente carismática y es todo un acierto de casting el que Kayla tenga TEA, ya que le da (más allá de visibilidad) valor especial a todas las capas del personaje. Genevieve (Maeve Press) es el complemento perfecto con su personalidad discreta y caritativa.
Y esto es, sobre todo, por el buen hacer de estas chicas, que logran una representación increíblemente natural de sus personas ficticias. Son magnéticas y elevan un material que le falta algo de pausa y reescritura en algún que otro caso.
Estoy seguro de que 'Todo va a ir bien' satisfará a los fans de 'Please Like Me' y de Thomas en general y creo que si pillamos su humor la serie no necesita de mucho para convencer el quedarnos con esta peculiar familia. Es agradable, confortable y acogedora. Un buen hogar para vivir. Otra cosa es que, como es mi caso, no termine de estar convencido para mudarme.
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