Tim Burton: 'Pesadilla antes de Navidad', bienvenidos a Halloween

Todo el mundo dijo que les gustaba, pero no tanto como para hacerla en ese momento. Supongo que fue mi primer roce con ese tipo de mentalidad del mundo del cine: una enorme sonrisa y un ¡Oh, claro que vamos a hacerlo! Pero mientras tú sigues, poco a poco va dejando de ser una realidad. Tim Burton

Tras completar 'Vincent' (id, 1982) Tim Burton redactó un poema de tres páginas titulado 'The Nightmare Before Christmas', un escrito en el que recogía influecias de los especiales de televisión 'Rudolph the Red-Nosed Reindeer' (id, 1964) y el mítico 'How the Grinch Stole Christmas!' creado por Chuck Jones en 1966. La intención inicial del cineasta para con el poema era adaptarlo a un programa especial de televisión que, sin diálogos, estuviera narrado de nuevo por la incomparable voz de Vincent Price, llegando incluso a considerar Burton la opción de convertir sus versos en un libro para niños.

A tal efecto, el director de 'Eduardo Manostijeras' ('Edward Scissorhands', 1990) fue trabajando en el proyecto creando storyboards y modelos que Disney, viendo el éxito que 'Vincent' había tenido, comenzó a considerar para su desarrollo en un corto de unos treinta minutos o un especial de televisión para las vacaciones navideñas. Pero, como se desprende de la cita que abre esta entrada, las intenciones iniciales quedaron en agua de borrajas, y la compañía terminó por detener la producción aludiendo que el tono de la narración era "demasiado extraño" para sus estándares.

10 años después...

Tras una década en la que el director dejaría atrás su tortuoso transitar por los constreñidos patrones que imponía Disney, convirtiéndose en un cineasta de éxito requerido por multitud de posibles proyectos, fue el agente de Burton el que, a instancias de éste, se puso en contacto con la compañía de Mickey Mouse para tratar de encontrar en los archivos de los estudios aquél proyecto en el que el su cliente no había podido dejar de pensar.

Aquella llamada telefónica, y el encuentro de los materiales en los "sótanos" de Disney fue el primer y decisivo paso para que, en cierto modo, Tim Burton volviera a la casa que lo vio nacer como artista. Y si diez años atrás los ejecutivos de los estudios habían considerado que 'Pesadilla antes de Navidad' ('The Nightmare Before Christmas', Henry Selick, 1993) era una cinta que no podría ver la luz bajo su logotipo, David Hoberman, Michael Eisner y Jeffrey Katzenberg, responsables de producción de la compañía en 1991, tenían 400 millones de razones —los mismos que, traducidos a millones, había generado 'Batman' (id, 1989)— para respaldar la arriesgada apuesta que supondría el filme.

Un filme que, bajo la determinante influencia ejercida por el citado especial de 'Rudolph' y, sobre todo, guiado por esa desaforada filia de Burton por el stop-motion que podemos observar en el director ya en 'Vincent', ya en las incursiones de la técnica vistas en 'La gran aventura de Pee-Wee'(‘Pee-Wee’s big adventure’, 1985) o 'Bitelchús' ('Beetljuice', 1988), vendría rodado por tan exigente modo de animación, lo que, en última instancia, provocaría que no fuera Burton el que dirigiera la cinta.

Considerando que en el momento que Disney da luz verde a 'Pesadilla antes de Navidad', el director ya se había comprometido con Warner para 'Batman vuelve' ('Batman Returns' , 1992), resulta comprensible que la tarea de figurar como responsable en dos filmes al mismo tiempo, por más que uno de ellos le atrajera muchísimo más que el otro, se hiciera imposible, delegando Burton las labores de realización en un antiguo compañero de sus años en la Disney, Henry Selick.

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Un filme de Burton...sin Burton

Pero antes de tener que dejar en manos de Selick la costosa realización de la cinta —recordemos, para aquellos que no lo sepan, que para filmar cinco segundos de metraje en stop-motion se puede llegar a requerir hasta una semana de rodaje— Burton había desarrollado el proyecto hasta dejarlo prácticamente definido. De una parte, el cineasta había colaborado inicialmente de forma estrecha con Michael McDowell, el guionista de 'Bitelchús'. Pero el primer borrador entregado por el escritor provoco disensiones entre ambos, desechando Burton el mismo por no adecuarse a lo que él entendía que debía ser el filme, y convenciéndolo, al mismo tiempo, de que 'Pesadilla antes de Navidad' debía ser una película musical con canciones intercaladas en la historia.

Y sería aquí donde entraría en juego un nombre determinante en la producción de la cinta, Danny Elfman, el compositor de todas las bandas sonoras de las cintas de Burton a excepción hecha de 'Ed Wood' (id, 1994). En la más estrecha colaboración que se haya planteado jamás entre el director y su músico, Elfman y Burton irían desarrollando las canciones que después escucharíamos en la cinta de una forma nada habitual, contando el compositor como fuente de inspiración en la mayoría de los casos con el relato verbalizado que el cineasta le iba transmitiendo, un trabajo que terminaría concretándose en dos tercios de las necesidades musicales del filme.

El resultado de tal proceso es, sin duda alguna, una de las cumbres de la obra de Elfman, que llegaría a implicarse de tal manera en la producción como para terminar cediéndole su voz a Jack Skellington cada vez que éste canta en el transcurso de la historia —la voz de diálogos la pondría Chris Sarandon—.

Con una producción que comenzaría en Julio de 1991 y se prolongaría algo más de dos años, y gracias a un equipo de 120 personas que llegaron a ocupar 20 platós de rodaje, vale la pena aclarar que, una vez Burton dejó 'Pesadilla antes de Navidad' en manos de Selick para acometer el rodaje de 'Batman vuelve' y la pre-producción de 'Ed Wood', su implicación en el proyecto se redujo, en palabras del director del filme "cinco visitas a lo largo de dos años que no llegaron a sumar más de ocho o diez días en total". Tanto es así, que el mismo Selick define la dirección de la cinta en los siguientes términos:

Era como si él (Burton) hubiera puesto el huevo y yo me hubiera sentado en él para incubarlo. No estuvo implicado de forma directa, pero su mano estuvo muy presente. Parte de mi trabajo consistió en que la cinta pareciera "una película de Tim Burton", que no es muy diferente de lo que yo hago con mis propios filmes.

'Pesadilla antes de Navidad', clásico animado

De la misma forma que las Navidades siempre son el momento idóneo para revisar esa obra maestra de Frank Capra llamada '¡Qué bello es vivir!' ('It's a Wonderful Life!', 1939) —en realidad cualquier época es buena para volver a ver tan magno y sublime filme—, desde el momento en que 'Pesadilla antes de Navidad' se estrenó en 1993, pasó a formar parte de una tradición personal de cara a las fiestas, y no ha habido año desde entonces que servidor no haya encontrado el tiempo como para sentarse delante de su televisor para poder volver a disfrutar de la historia de Jack, Sally y ese maravilloso mundo de Halloween que Burton, Selick y Elfman crearon hace ya veinte años.

Como no podía ser de otra manera viniendo de Burton, Jack Skellington, el esquelético responsable del pueblo de Halloween, es un "héroe" a la manera que lo habían sido, anteriormente, Pee-Wee, Batman o Edward, un marginado que en el viaje que nos narra la trama intenta hallar respuestas a las dudas que acucian su existencia. En el caso de Jack, dichas dudas vendrán derivadas de la accidental visita a ese acaramelado mundo que es el de Santa Claus, una explosión de color y felicidad que nada tiene que ver con el exacerbado goticismo en el que se ancla su ciudad.

Rebelado contra las reglas impuestas por el orden establecido, Jack decide apoderarse de un mundo que no es el suyo, atribuyéndose un poder —el de Santa Claus— que no le ha sido concedido para mutarse, como afirmaba Jordi Sánchez Navarro en 'Tim Burton. Cuentos en Sombras' (Barcelona. Ediciones Glénat, 2000), en un "Prometeo [...] que se siente capaz de acometer una empresa propia de Dioses" para llevar SU Navidad a los hombres.

Una voluntad que, aún siendo una película Disney, se intuye como fracasada antes incluso de saber por qué derroteros discurrirá la cinta y que, moviéndose en la fina línea que delimita lo lógico de lo deseable, termina no obstante dejando un grato sabor de boca con una de esas lecciones de "acéptate a ti mismo y el mundo te aceptará a ti" que tantas y tantas veces hemos visto plasmadas en las cintas de los estudios de animación del "tío" Walt.

Y si hubo quien se pronunció en contra de tan poco arriesgado final —la verdad, no hubiera estado mal ver a Jack consiguiendo sus surrealistas planes para con las fiestas navideñas— no seré yo el que arremeta ni contra él ni, mucho menos, contra un filme al que los años transcurridos han sentado como al buen vino, demostrando un carácter atemporal y no sujeto a modas pasajeras que ya hubieran querido para sí muchas películas de "dibujitos" posteriores.

Resultado de la precisa combinación de un diseño de personajes fabuloso, de la firme voluntad de Burton y Selick de apartarse de los patrones de la animación Disney —el hecho de que muchos de los personajes, empezando por Jack, no tengan ojos es una patada en toda regla a una de las normas básicas de la expresividad de un dibujo animado—, de una historia que funciona como un mecanismo de relojería, de un villano llamado Oogie Boogie que es el carisma personificado, de un héroe con el que resulta sencillísimo identificarse y de unas canciones y música que son una auténtica delicia, 'Pesadilla antes de Navidad' es un clásico indiscutible del cine de animación de todos los tiempos.

Pocas son las dudas que albergo al respecto de que cada nueva generación que se acerque a la cinta, encontrará la misma magia en ella que la que un adolescente de 18 años vió con asombro hace ya dos décadas. Tiempo al tiempo.

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