Una de las épocas que, cuentan, más definió a la NBA fueron los años 80 (bueno, un poco antes), con la irrupción de Magic Johnson abriendo la era del "showtime" baloncestístico que pretende retratar HBO con 'Tiempo de victoria: La dinastía de los Lakers' ('Winning Time: The Rise of the Lakers Dinasty').
John C. Reilly encabeza el reparto de la serie (de diez episodios) como Jerry Buss, el magnate que compró Los Angeles Lakers en 1979 dispuesto a transformar el equipo para siempre: ¿su primer paso? fichar al joven prometedor Erving "Magic" Johnson (Quincy Isaiah).
Basada en el libro de Jeff Pearlman, Max Borenstein y Jim Hecht son los encargados de crear una serie que se interesa poco por el baloncesto (en el primer acto apenas se pisa una cancha) y mucho más por los entresijos internos del equipo y todo lo que pasa entre bastidores.
Barroquismo marca McKay
De lejos, lo que más distingue a la serie es su audaz estética y fotografía. Como productor ejecutivo y director del pilloto, Adam McKay —más cercano aquí a 'La gran apuesta' que a 'No mires arriba'— no solo quiere llevarnos a 1979 argumentalmente hablando, sino que además emula al máximo el grafismo, la cinematografía, la técnica de la época, conformando un estilo visual prácticamente imposible de ignorar.
Y no estamos hablando de que haya grano o el típico tratamiento visual que nos viene a la cabeza al hablar de la época. 'Tiempo de victoria' tiene alma de docudrama y está rodada a medio camino entre una realización televisiva (de los 70/80) y un vídeo doméstico. Lo que en otras producciones sería chapucero (iluminaciones malas, montaje peor), aquí es completamente buscado y consciente.
Si bien creo que este peculiar estilo resulta fascinante (y una vez te acostumbras entra bastante bien), no siempre logra dar los resultados esperados en su "experimentación" debido a la acumulación de estímulos. Es rápido, ágil pero también distractivo y ligeramente tropezado en una narración que se salpica de rupturas de la cuarta pared y bromas para el espectador curtido en el deporte.
Al igual que el juego rápido de los Lakers de la época, 'Tiempo de victoria' salta de diálogo en diálogo, de escena en escena continuamente. Esto causa que la serie plantee una panorámica completa tanto de la época como de la NBA. Lo que incluye la mirada masculina en el deporte y el racismo de la época.
Showtime sin mucha salsa
Sin embargo, ese toque de comedia y el propio estilo de la serie juega ligeramente en contra: los muchos temas que tocan se quedan a menudo en la superficie y los personajes que rondan en los sesenta minutos por episodio corren el riesgo de quedarse en cierta caricatura.
Quizás los mayores triunfos de la serie radiquen en el reparto. Sobre todo con los personajes principales. John C. Reilly está especialmente brillante equilibrando el narcisismo y el encanto de su personaje. El recién llegado Quincy Isaiah logra hacer muy buen trabajo plasmando a uno de los iconos del deporte y hace muy buena dupla con el Kareem Abdul-Jabbar de Solomon Hughes.
En definitiva, 'Tiempo de victoria' es una serie tan audaz en su forma como sobrecargada en su ejecución. Es el reparto quien más ayuda a navegar por una serie barroca con un horror vacui algo evidente en un retrato, por otro lado, fascinante de una era.
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