Es frustrante encontrar gente que es reticente a consumir cine español. Muchas veces producto del desconocimiento, se hacen afirmaciones que denostan nuestros metrajes con bastante crudeza y desacierto.
No es necesario remontarnos a las grandes figuras de la Historia del cine español como Berlanga, Saura o Zulueta para reivindicar la soberbia calidad de muchos de nuestros productos. Si nos fijamos en figuras contemporáneas como Alberto Rodriguez, Rodrigo Sorogoyen o Raúl Arévalo se consiguen despejar las incógnitas sobre el nivel de nuestro cine y nos damos cuenta que ya no vale encasillar y menospreciar las ficciones patrias.
Pero, ¿que ocurre? Como en los productos de todas las nacionalidades hay ficciones que sin duda no llegan al nivel esperado, pese a tener en su haber a grandes actores o una trama y guión potente ninguno de los apartados consiguen sustentar la película. Lo esencial es no generalizar y diferenciar los productos de manera individual y no por su origen.
'Thi Mai: rumbo a Vietnam', sensiblería barata por doquier
Esta semana en cartelera nos encontramos con un metraje al que cuesta darle el aprobado, ‘Thi Mai: rumbo a Vietnam.' Esta película de Patricia Ferreira nos narra las dificultades que tendrá que atravesar Carmen (Carmen Machi) tras perder a su hija e intentar proseguir con el trámite de adopción de una niña vietnamita que ella había iniciado antes de morir. En esta aventura le acompañaran sus dos amigas interpretadas por Adriana Ozores y Aitana Sanchez-Gijón.
Si antes de acudir al cine a ver la película visionamos el tráiler podemos pensar fácilmente que estamos ante una comedia de manual, con sus gags y su aire slapstick a la española. Pues bien, una vez en el cine se revela ante nuestros ojos el intento de tragicomedia con un, en teoría, medido equilibrio entre humor y drama que fracasa estrepitosamente.
Ni en la comedia destaca debido a esas gracietas facilonas ni en el drama consigue la empatía necesaria en el espectador. Los únicos momentos en los que este espectador consigue tomar en serio la trama es en la entereza que demuestra Carmen Machi en los momentos más dramáticos de la película y en especial en una conversación de teléfono que mantiene el personaje con su marido interpretado por un estupendo Pedro Casablanc.
Volvemos a corroborar que es en el drama donde Carmen Machi se luce, aunque quizá su faceta más conocida y donde sin duda también sobresale es la comedia, en el drama encontramos a la Carmen más auténtica, por eso no deja de ser una oportunidad perdida no haber podido disfrutar en mayor profundidad de esa faceta de la actriz al igual que en ‘La puerta abierta’ o en la desgarrada historia de ‘Rescatando a Sara’. No solamente está desaprovechada Carmen Machi si no que grandes actrices como Adriana Ozores y Aitana Sánchez- Gijón interpretan a personajes que rozan el ridículo.
Es una pena que una obra hecha por una mujer retrate de manera tan esperpéntica los personajes femeninos, donde el estereotipo roza la parodia. Otra vez el personaje de la ama de casa dependiente de su marido y la mujer directora de banco exitosa y por supuesto, sola.
Pero hay un personaje que contra todo pronóstico funciona como un excelente alivio cómico, Dani Rovira. Interpreta a un homosexual en exceso estereotipado como el resto de personajes pero que aporta aire fresco al film.
Un retrato que se aleja de la realidad
Un relato que pretende hablar de la libertad y realidad social femenina consigue todo lo contrario, es muy difícil que las mujeres jóvenes se sientan identificadas con las figuras que retrata la directora. En una época donde las historias gozan de modernidad y son reflejos exactos del mundo contemporáneo como los retratados por Leticia Dolera o los Javis (Javier Ambrossi y Javi Calvo) este film se queda obsoleto.
Ya no es aceptable el argumento de lo típico y aburrido que es el cine cómico español, películas como ‘Es por tu bien’ pese a sus personajes que también están llevados al extremo consigue empatizar y entretener al espectador y en otra categoría ejemplificando un relato que se balancea con éxito entre la comicidad , la tragedia y el humor negro tenemos ‘Fe de etarras’, demostrando que los estereotipos y cualquier tema se puede tratar pero con una conjunción de factores bien realizados.
Es tremendamente importante que el diseño de la promoción de la película vaya en consonancia con el producto: El tráiler para nada se corresponde con el relato que finalmente nos encontramos, un título cuestionable y el ridículo diseño del póster promocional hace un flaco favor a la captación del público.
Además cuando se trata un tema tan delicado y que está tan a la orden del día como las adopciones, el rigor es algo esencial para conseguir atraer y emocionar a los espectadores. Al banalizar y tratar con simpleza y sensiblería de saldo este asunto tan espinoso se consigue desconectar del relato y sentirte perdido en como catalogar la película.
Un exotismo de cartón piedra y la poca credibilidad de la que goza la resolución del relato terminan de llevar al naufragio a Thi Mai.
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