'The Witcher' es una de las series estrella de Netflix, algo que la plataforma siempre ha parecido tener muy claro. De ahí que la renovase por una segunda temporada antes incluso del estreno y de la primera, táctica que ha vuelto a repetir este año, pues la tercera se confirmó meses antes del lanzamiento de la segunda, la cual finalmente podremos ver este próximo viernes 17 de septiembre. Antes ya llegó una precuela en forma de película animada, ya se prepara una precuela en imagen real y también una serie animada orientada al público infantil.
Hoy toca centrarse en la segunda temporada, pues ya he tenido ocasión de ver sus cuatro primeros episodios. Con la promesa por parte de la showrunner de una estructura narrativa diferente, uno de los aspectos más criticados de la primera tanda de episodios, 'The Witcher' regresa con la lección aprendida y ofreciendo una mejora clara respecto a lo que llegó a nuestras pantallas en diciembre de 2019.
Con las ideas más claras
La segunda temporada es mucho más fácil de seguir, ya que no hay ninguna acrobacia narrativa que pueda resultar confusa para el espectador. Aquí simplemente hay dos líneas narrativas diferentes. Por un lado tenemos a Geralt (Henry Cavill) y Ciri (Freya Allan) fortaleciendo su vínculo tras el esperado encuentro que tuvo lugar al final de la primera temporada, y por otro a Yennefer (Anya Chalotra) haciendo lo que buenamente puede para salir adelante en una situación hostil.
Todo arranca con un capítulo más centrado en Geralt y Ciri que tiene mucho de aventura episódica, alternándose momentos más amables y simpáticos, fruto del reencuentro con un viejo amigo de él, con la existencia de una amenaza a la que hacer frente. No es un arranque tan enérgico como los minutos iniciales del piloto de la serie, pero cumple con creces su objetivo de volver a meternos en un mundo que quizá tuviéramos algo olvidado. A fin de cuentas, han pasado dos años desde el estreno de la primera temporada, mucho más tiempo de lo habitual.
Es a partir del segundo cuando los cambios de línea narrativa son mucho más dinámicos, ya que realmente es entonces cuando se plantan los principales arcos narrativos de esta segunda temporada, los cuales van evolucionando posteriormente de forma satisfactoria. Eso sí, el personaje que muestra un mayor crecimiento es Ciri, ya que Allan muestra una convincente determinación para no desentonar en el lugar donde acaba refugiada junto a Geralt, quien aquí se muestra un poco más humano y menos huraño que en la primera temporada. Personalmente disfrutaba mucho de los gruñidos de Henry Cavill, pero es una evolución lógica para su personaje y él sigue cumpliendo con creces.
Lo que propone la segunda temporada
Eso sí, la serie transmite una energía diferente según se centre en la línea argumental de Yennefer o en la de Geralt y Ciri. En la segunda hay una tendencia más a que predomine la calma y una serie de amenazas externas permiten a 'The Witcher' seguir incidiendo en su componente de serie de aventuras con un fuerte elemento de fantasía. Además, no se trata de peligros aislados y diferenciados, ya que hay una intención detrás que va desvelándose poco a poco, preparándonos para una segunda mitad de temporada que se antoja bastante estimulante.
En cambio, todo resulta más global y amplio cuando 'The Witcher' se centra en el personaje interpretado por Chalotra, ya que se profundiza más en la situación del Continente y los tejemanejes para hacerse con el poder, con los elfos no pasando precisamente por su mejor momento. De nuevo, la serie resulta aquí mucho más clara que en su primera temporada, pero justo es destacar que hay algunos momentos, no muchos, en los que el interés decae. Por suerte, la cosa se endereza rápidamente, en particular tras una decisión que toma Yennefer cuando se encuentra en una situación muy comprometida.
Al final lo realmente importante es que 'The Witcher' ha logrado equilibrar de forma satisfactoria el hecho de ofrecer una trama continuada que sea interesante y fácil de seguir con su lado más de aventura episódica. En la primera temporada daba la sensación de que predominaba lo segundo, algo a lo que personalmente tampoco voy a poner muchas pegas, con lo primero algo descuidado. A cambio, quizá el humor tenga menos presencia, siendo el cuarto capítulo el que más alegrías nos da por ese lado.
Visualmente, 'The Witcher' vuelve a brillar, sobre todo cuando algún monstruo se adueña momentáneamente de la función, pero se nota una preocupación a todos los niveles y la necesidad de integrarlo dentro de la serie en lugar de ser fogonazos para dejar al espectador con la boca abierta. Aquí ya depende de cada cuál hasta qué punto compra el universo que nos presenta la serie -a mí me interesa más todo cuando se centra en los viejos conocidos que cuando se da más peso a esa guerra entre razas-, pero es innegable que transmite tener una idea mucho más clara de lo que busca.
En resumidas cuentas
La segunda temporada es mejor que la primera, la cual yo ya disfruté en su momento. Obviamente, me falta ver cuatro episodios más para poder afirmarlo con mayor rotundidad, pero mucho tendría que cambiar la cosa se tuerza y la señal que queda es que va a seguir creciendo aún más. Tampoco es que haya tantos cambios respecto a su predecesora, pero sí queda claro que se ha aprendido de lo que no terminaba de funcionar del todo bien allí.
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