Hasta que estrenó ‘Adiós pequeña adiós’, Ben Affleck no estaba bien considerado ni aún ganando un Oscar —junto con Matt Damon— por el guión de la excelente ‘El indomable Will Hunting’ (‘Good Will Hunting’, Gus Van Sant, 1997), premio que levantó loas sospechas de gente como William Goldman, que dudaban mucho de la autoría del libreto. Affleck y Damon son amigos íntimos y por aquel entonces estaban muy relacionados con Kevin Smith, para el que Affleck interpretó nada menos que cuatro películas. En todos los ejemplos mencionados, y en otros films innombrables, quedaba patente que las cualidades interpretativas del señor Affleck se asemejan a las de un armario.
Una buen día Affleck dio un paso que casi nadie se esperaba en él, dar el salto a la dirección, y llegó la adaptación del libro de Dennis Lehane —escritor al que han recurrido ilustres como Clint Eastwood y Martin Scorsese, además de escribir algún episodio de la mejor serie de la historia, ‘The Wire‘—, en la que el actor demostró tener mucha más madera como director. Sin ser un film perfecto, ni muchísimo menos, poseía el suficiente interés como para tener en cuenta el nacimiento de un nuevo director, alguien que afortunadamente, y contra todo pronóstico, apostaba por un cine a contracorriente, casi de tintes clásicos. ‘The Town, ciudad de ladrones’ es la confirmación de ello.
Affleck vuelve a utilizar la ciudad de Boston como marco de acción para su segunda película como director. Esta vez la base está en el libro de Chuck Hogan, y sirve la oportunidad a Affleck de narrar una historia que tiene muchos puntos en común con ‘Heat’ (id, Michael Mann, 1995), pero sin llegar a lo conseguido por Mann en dicho film. En el barrio de Charlestwon, conocido por ser refugio de ladrones de bancos, actividad que pasa de padres a hijos, un grupo de amigos se dedican a cometer robos importantes poniendo en jaque a todo el departamento de policía. En uno de sus robos a un banco se llevan un rehén, la directora, con la que más tarde intimará uno de los ladrones poniendo en peligro a toda la banda.
Con el telón de fondo de una ciudad maravillosamente fotografiada —obra y gracia de Robert Elswit—, Affleck propone una mezcla de thriller de acción y drama romántico que en ningún momento llega a tener el equilibrio necesario. Si en su anterior film como director cometía el error de dejar la pareja protagonista en manos de dos actores muy limitados —independientemente de que Casey Affleck haya ofrecido alguna buena interpretación ocasionalmente—, en ‘The Town, ciudad de ladrones’ Affleck comete el error de creerse el centro del film. Su aparición en pantalla es casi continua, y eso perjudica enormemente la película, no sólo por la más que pobre interpretación del actor, incapaz de transmitir la más mínima emoción.
Consciente de que es un sex-symbol —hacía tiempo que un servidor no veía en una sala de cine a tantas mujeres babeando por alguien como Ben Affleck—, el director no quiere jugarse la carrera comercial de la película, que está claro va a recaudar más con él en el reparto. El problema es que su personaje es intragable, y el actor pierde la batalla al lado de cualquier otro del reparto, desde un Jeremy Renner contenido en un papel que podría haber caído en excesos de todo tipo, hasta las apariciones desaprovechadas de Chris Cooper y Pete Postlethwaite, pasando por un estupendo Jon Hamm, antagonista de altura cuyo enfrentamiento con Affleck se queda en nada. Sólo una despistada Rebecca Hall está a la altura del actor/realizador, ambos proporcionan una historia de amor ridícula, forzada y poco creíble. Y es que Affleck aún no está preparado para filmar escenas íntimas con convicción. Ahora bien, cuando se trata de acción, el director es otro bien distinto.
‘The Town, ciudad de ladrones’ da lo mejor de sí cuando se trata de mostrar la acción —tal vez haya tenido algo que ver la labor de Christopher Rouse, acreditado como montador adicional— , los instantes de catarsis de todos sus personajes. Affleck dirige con nervio, alejado totalmente de los tics actuales en el cine de acción. Tres excelentes secuencias de acción son la columna vertebral de un cinta a la que hay que agradecerle su intento de sabor a thriller clásico de los años 70, al estilo de John Frankenheimer —para el que Affleck trabajó en ‘Operación Reno’ (‘Reindeer Games’, 2000)—. Un atraco a un banco, que sirve para dejar claro el modus operandi de la banda, el atraco a un furgón, que nos lleva a una de las mejores persecuciones de los últimos años, y el robo final, son muestras del incuestionable talento de Affleck para filmar acción pura y dura, sin estridencias, con un excelente uso de la violencia, aunque en conjunto no sea capaz de controlar mejor el ritmo.
Así pues, el segundo trabajo como director de Affleck refleja lo que ya se vislumbraba en el primero. No es un buen director de actores, más bien deja todo el trabajo a éstos y eligiendo intérpretes de primera poco puede preocuparle. Pero sí posee una mano firme que le ha permitido hacer un thriller más adulto de lo esperado, aunque fracasa en su intento de resultar trascendental —el plano final de Affleck, por ejemplo—. Con todo, y con la penosa cartelera que nos toca vivir desde hace meses, por no decir años, ‘The Town, ciudad de ladrones’ parece un soplo de aire fresco dentro del actual cine estadounidense, más preocupado en otras dimensiones.