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'The Spirit', un insulto a una obra maestra

Que Frank Miller es un genio del cómic creo que es algo con lo que podemos estar de acuerdo casi todos. Obras como ‘El regreso del señor de la noche’, ‘Ronin’ o la etapa de Daredevil al lado de Klaus Janson, hablan por sí solas. A este maestro de la viñeta se le intentó seducir varias veces desde el mundo cinematográfico, pero sus terribles experiencias con los guiones de ‘Robocop 2’ y ‘Robocop 3’ le hicieron no querer saber nada del séptimo arte.

Según sus propias palabras, “la gente del cine está completamente loca”. Hasta que un día apareció Robert Rodriguez y le demostró lo fácil que sería llevar al cine uno de sus trabajos. Lo hizo con un corto basado en su famoso ‘Sin City’ (para el que suscribe de lo peor escrito por Miller), que terminó convirtiéndose en una película con un reparto espectacular, tan odiada como amada. Cuando posteriormente nos enteramos de que el propio Miller en solitario llevaría a la pantalla grande la obra maestra de Will Eisner (su padre espiritual, por así llamarlo, y al que se le llegó a considerar como el Orson Welles del cómic), ‘The Spirit’, muchos nos alegramos de ello… hasta ahora.

Que Miller haya querido trasladar el universo de Eisner y sus personajes al suyo propio, puede ser visto por muchos como un ejercicio de egocentrismo absoluto. Bien mirado, se puede deducir que como Miller le debe mucho a Eisner, en quien se ha inspirado a lo largo de los años, la mezcla podría haber resultado de lo más interesante. Ahora bien, las intenciones no son suficientes para llevar a buen puerto una idea, y mucho menos cuando se trata de mezclar dos artes. Miller es un genio narrativo sobre el papel, donde las imágenes se fusionan con la historia en una alianza de lo más fascinante. Pero el cine requiere de otras herramientas, y el dominio del autor en las viñetas se torna torpe y confuso detrás de una cámara, intentando controlar algo que le queda muy grande. Después de ver una película como ‘The Spirit’, creo que no debe quedar ninguna duda de quién fue el verdadero artífice y responsable de ‘Sin City’.

‘The Spirit’ no cuenta absolutamente nada, y su envoltorio de imágenes, que nos remiten sin remedio al anterior trabajo como director de Rodriguez, perdón, Miller, ahoga toda trama posible, porque ésta sencillamente no existe. Los que atacaron sin piedad una película como ‘300’ precisamente por esto, deberían echarle un vistazo a este film y percatarse de lo que en Snyder era un más que ajustado equilibrio entre fondo y forma (ojo, ambas cosas no deberían separarse jamás, pues suelen ir juntas de la mano), en el trabajo de Miller es un caos absoluto. Los personajes no son tales, incluso por momentos resultan monigotes al servicio de un autor demasiado caprichoso y que paga caro su error. Por momentos, y debido a un sentido del humor de lo más extraño (y que nada tiene que ver con el plasmado en la obra original de Eisner), la película parece una mala parodia de una mala parodia. Si la intención de Miller era hacer reír (y puedo asegurar eso, pues se lo he oído decir en persona), se ha equivocado por completo. Ninguno de los actores tiene esa vena cómica de la que él ha hablado en más de una ocasión, y las situaciones presentadas escapan a la comprensión de cualquier tipo de espectador. La película se ha estrenado el día 25 de Diciembre, y aún no conozco a nadie que la defienda. Es más, aseguraría que ‘The Spirit’ es el caso más completo de unanimidad crítica que existe.

Las imágenes, con un trabajo de fotografía poco inspirado por parte de Bill Pope (habitual colaborador de Sam Raimi), se atropellan en un carrusel sin sentido, provocando el hastío y el aburrimiento a unos niveles en verdad vergonzosos. No voy a hablar de progresión dramática, ésa que de una forma u otra debe existir, porque nos puede dar la risa a todos, y respeto demasiado a Miller como para reírme de él. Sin embargo, y siendo justos, no se puede ser benevolente (y al fin y al cabo sólo se trata de opiniones, nada que resuelva los problemas del mundo) con una película tan mal dirigida (atención al espantoso uso de las elipsis, o del montaje, intentado ser un cómic cinematográfico), tan mal escrita (¿de verdad Miller piensa que narra algo, o lo que es peor, que el espectador pueda estar interesado en el vacío tan descarado de su propuesta?) y tan mal interpretada (Gabriel Match carece de carisma, Samuel L. Jackson se pasa de rosca un millón de veces, y las despampanantes actrices que desfilan por delante de nuestros ojos están todas desaprovechadas). Tema aparte es el descarado machismo que emana film, pero eso lo dejo para los que gustan de debatir este tipo de cosas.

Will Eisner debe estar revolviéndose en su tumba después de esta enorme falta de respeto por parte de su alumno más aventajado. Decía Miller, cuando consideró que si él no aceptaba dirigir la película, que otro lo haría sin conocer como él el original. ‘The Spirit’ contradice sus palabras, y es la demostración palpable de que un profundo amor por una obra no llega, ni de lejos, para rendirle pleitesía y darla a conocer a un público más amplio que el del cómic. Miller ha logrado el efecto contrario. Su estruendoso fracaso sirve para que mucha gente no quiera saber nada del mundo que intentaba adaptar. Y eso es mucho peor que haber visionado una mala (siendo generoso) película.

Sí, podría haber incluido ‘The Spirit’ en mi lista de lo peor del 2008. Prefiero concederle el título de “bodrio de la década”.

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