'The Lovely Bones', ñoña criatura celestial

'The Lovely Bones', ñoña criatura celestial
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Peter Jackson puede presumir de tener en su haber una de las tres películas que han ganado 11 Oscars, un récord que parece bastante difícil de igualar y ya no digamos superar. Con la magistral ‘El retorno del rey’ (‘The Return of the King’, 2003) demostró saber unir calidad y comercialidad en un espectáculo bien entendido, tal y como lo son las otras dos cintas más premiadas de la historia de los Oscars, ‘Titanic’ (id, James Cameron, 1997) y ‘Ben-Hur’ (id, William Wyler, 1959). Personalmente quedé muy satisfecho con la adaptación del famoso libro de Tolkien, ya que no esperaba que alguien como Jackson pudiese con tan enorme reto dadas las películas que hasta entonces conformaban su filmografía.

Durante tres años me convenció de que era un director dotado para la fantasía y la emoción, y me hizo cambiar de opinión. Pero después llegó ese chiste que es ‘King Kong’ (id, 2005), un exceso de tecnología con el que se pretende abrumar al espectador olvidándose de lo esencial. Eso sí, el film recaudó mucho dinero en todo el mundo y ganó algunos Oscars técnicos totalmente merecidos. Ahora Jackson parece cambiar de tercio con ‘The Lovely Bones’, la adaptación de la famosa novela homónima de Alice Sebold que tantas pasiones ha despertado, y que le acerca un poco a una de sus películas más admiradas, ‘Criaturas celestiales’ (‘Heavenly Creatures’, 1994).

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La historia de ‘The Lovely Bones’ narra la vida de Susie Salmon (Saoirse Ronan) una chica de 14 años que es asesinada por un vecino psicópata. Desde un lugar intermedio entre tierra y cielo Susie es testigo de cómo sigue la vida sin ella y de cómo su desaparición afecta tanto a sus familiares como a su asesino. Premisa tan sugerente como resbaladiza, tal y cómo nos la muestra Peter Jackson en un intento más de impactar en el espectador con un sobrecargo de elementos espectaculares. O sea, el error en el que cayó en su anterior film se convierte aquí en el principal elemento de la cinta, por un lado inesperado y por otro lógico.

Peter Jackson rehuye así toda posibilidad de realizar un drama intimista de evidente interés. Así y a partir del momento de la muerte de la protagonista el film es un completo caos hundido por un exceso de efectos visuales —que representan el mundo en el que se encuentra Susie— desarrollando muy por encima subtramas con mayor interés. No he leído la novela de Sebold pero me imagino que en la misma se atiende más a los acontecimientos que la muerte de la protagonista desencadena, como la fragmentación de una familia que no puede soportar perder a un ser querido. Jackson prefiere centrarse en el mundo de Susie mientras que el drama familiar se resuelve con un par de plumazos en los que los personajes aparecen y desaparecen sin ton ni son.

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La experiencia vivida por Susie al otro lado recuerda un poco a aquella película titulada ‘Más allá de los sueños’ (‘What Dreams May Come’, Vincent Ward, 1998), en la que Robin Williams fallecía e iniciaba un viaje de inesperadas consecuencias. También esa película se ahogaba por un abuso extremo de los efectos visuales —curiosamente el film se alzó con el Oscar en dicha categoría—, pero al menos ofrecía una mirada algo perturbadora sobre el tema. Las escenas sobrecargadas de Jackson están impecablemente filmadas pero caen la ñoñería, edulcorando una historia que pide a gritos dureza. Me resulta curioso no ver esta película nominada a los Oscars por sus sorprendentes efectos, pero el fracaso del film y su pobre recepción crítica han podido provocar que los académicos se olvidasen de ella.

La única nominación que ha tenido la película es la de mejor actor secundario, Stanley Tucci, que junto con Saoirse Ronan son lo mejor de ‘The Lovely Bones’, mientras que actores como Mark Wahlberg —error de casting donde los haya—, Rachel Weisz y Susan Sarandon son desaprovechados. Tucci compone un psicópata realmente inquietante, pero en lugar de incidir sobre sus motivaciones, la película prefiere desarrollar una trama criminal en la que el objetivo es encontrar pruebas de la culpabilidad del asesino. Una trama que se vuelve previsible —aunque logra algún instante intenso, como el que tiene lugar en la casa del personaje de Tucci— y totalmente prescindible. Ronan tiene una gran capacidad expresiva, es una pena que su personaje esté expuesto al sobrecargo visual mencionado.

‘The Lovely Bones’ me parece una de las grandes decepciones del año. Bien es cierto que con la trilogía de los anillos Jackson dejó el listón muy alto, pero luego ha caído en una obsesión por la perfección técnica realmente preocupante. Ya veremos qué nos ofrece con la segunda aventura de Tintín en la trilogía que rueda con su amigo Steven Spielberg.

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