No me imagino la polémica que debió surgir en los estados del sur de los USA cuando se estrenó a principios de los años 60 ‘The Intruder’, film de Roger Corman que se introducía sobre el sentimiento racista que llevaba (y aún lleva, para que vamos a engañarnos) contaminando gran parte de una de las naciones más poderosas sobre la faz de la tierra, presumida ella solita de haber evolucionado como nadie. Al tratarse de un film de serie B, como el 99% de lo dirigido por Corman, es de suponer que su distribución fue más bien limitada. Aún hoy día, es una película poco conocida, pero para que os hagáis una idea, todos aquellos que hayáis visionado ‘Arde Mississippi’ de Alan Parker, sabréis más o menos por donde van los tiros.
No es cuestión ahora mismo de comparar los dos films por muchos puntos en contacto que ambos tengan, ya que les separan más de 25 años y los vientos políticos son bien distintos. Parker además desarrolló una intriga criminal que daba paso a una especie de alegato antirracista; Corman entra de lleno en esa cuestión, y a pesar de que el tiempo ha hecho un poco de mella sobre el film, llega a revolver el estómago en más de una ocasión.
Un misterioso y extrañamente amable hombre llega a una pequeña comunidad en algún lugar del Sur de los Estados Unidos. Interesándose por la reciente ley de integración racial, y de cómo ésta influye o no en los habitantes del pueblo, creará una peligrosa discordia entre aquellos que la aceptan y los que no, que por supuesto es la mayoría del pueblo. Y como en toda discordia, la violencia enseguida hará acto de presencia.
Es 'The Intruder' (excepcional título que en nuestro idioma viene a significar El intruso) una película pequeña de grandes pretensiones. Se sitúa en un pequeño pueblo, de pocos habitantes, llegando a conseguir hacer un retrato de prácticamente todo el mundo, con matices incluidos, teniendo como denominador común un racismo realmente odioso (¿qué racismo no lo es?) que poco a poco se va despertando en cada uno de los personajes de forma muy distinta. Un sentimiento que no nace porque siempre ha estado ahí, subyacente, dentro de gentes ignorantes y pocas luces, cuya corta visión de la vida se reduce a su pequeño pueblo y a la primitiva educación que aún siguen practicando. Corman va incrementando la latente tensión que se produce de su premisa: la introducción de un elemento extraño en una comunidad que ya había aceptado la ley. Sirva como ejemplo la impresionante secuencia de un discurso a medianoche, o como los integrantes de algunas familias empiezan a discutir sobre los derechos de los negros.
‘The Intruder’ no sería lo mismo sin la entregada interpretación de William Shatner, actor más bien mediocre que aquí realiza el que es sin duda uno de sus mejores trabajos. Es su Adam Cramer un personaje desalmado, al que no le importa hacer y decir lo que sea con tal de salirse con la suya, un instigador que no se moja las manos, induciendo a los demás a actuar por él, siendo éste uno de los aspectos más inspirados del guión y que hace que odiemos al personaje con todo nuestro corazón. El resto del reparto está a la altura de las circunstancias con un desfile de secundarios, casi todos actores desconocidos, que visten un pueblo en el que no falta de nada: la chica tonta e influenciable, el padre protector que sabe mejor que nadie qué ocurre realmente, el ricachón del pueblo que debido a su dinero lo controla absolutamente todo, el vividor que encierra más de lo que su apariencia da a suponer, la histérica alborotadora, etc. Una jauría de seres humanos perfectamente expuesta por Corman, a los que reúne brillantemente en la parte final del film, cuando todas las cartas han sido descubiertas, y la película parece una bomba de relojería a punto de estallar. Y es en este tramo donde la misma no cumple con las expectativas, cayendo Corman en algo tal vez demasiado típico, que aunque bien explicado, hace perder puntos a una película que parece no atreverse a llegar hasta las últimas consecuencias de la terrible situación planteada en el último tercio. Incluso el personaje central muestra alguna contradicción al sorprenderse de hasta donde pueden llegar las consecuencias de sus palabras.
Pero es de 'The Intruder' un film incómodo de ver, asfixiante, con una atmósfera cargante muy bien lograda gracias a un trabajo de fotografía soberbio. Una de esas películas que remueven conciencias y que son necesarias en más de una ocasión. Si tenéis interés en verla la encontraréis editada en dvd al otro lado del charco en una excelente edición.