No creo que haya cinéfilo que se precie que no esté sobradamente al tanto de la enorme polémica que hubo alrededor de 'The Interview' el pasado mes de diciembre, ya que hasta se llegó a especular con la posibilidad de que su estreno provocase un atentado terrorista similar al acontecido el 11 de septiembre de 2001. La película se estrenó en un número limitado de salas y en varias plataformas de vídeo bajo demanda con una acogida menor a la esperada, pues se estima que Sony perderá 30 millones de dólares con 'The Interview'.
El problema es que eso ha hecho que la calidad de 'The Interview' haya quedado en un segundo plano en beneficio de los debates sobre la libertad de expresión o el posible cambio de modelo por parte de los estudios a la hora de estrenar sus películas. Sin embargo, todo se ha calmado bastante durante las últimas semanas y fue el pasado viernes 6 de febrero cuando llegó a los cines españoles esta entretenida broma pesada que seguramente habría pasado muy desapercibida de no haber causado tan gigantesca polémica.
La simple pero efectiva diversión de 'The Interview'
'The Interview' es el segundo trabajo como directores de Evan Goldberg y Seth Rogen tras la divertida 'Juerga hasta el fin' ('This is the End') y en ambas han jugado con premisas un tanto alocadas que les permitían atrapar el interés del espectador. No obstante, en 'The Interview' hay un cambio sustancial respecto a su ópera prima, ya que aquí dejan de lado la libertad casi kamikaze de 'Juerga hasta el fin' para optar por un acercamiento mucho más comedido y previsible que limita un poco el alcance cómico de la propuesta.
La película podría resumirse en que dos periodistas reciben la disparatada misión de acabar con el dictador norcoreano Kim Jong-Un aprovechando que les ha concedido una entrevista, le conocen, surgen algunos problemas por el camino y al final todo vuelve a su cauce normal en el enfrentamiento final a vida o muerte. Exactamente lo que uno esperaría de ella antes de verla, ya que incluso el hecho de que el personaje de James Franco inicie una improbable amistad con Jong-Un entraba dentro de lo previsible -aunque justo es reconocer que la mayoría de los mejores momentos cómicos provienen de ella-.
Esa especie de limitación autoimpuesta hizo que me fijara más en hasta qué punto sus bromas realmente eran agudas o ingeniosas y el bagaje general es que no van nunca mucho más allá del recurso más fácil para intentar conseguir la carcajada del espectador, algo que a buen seguro provocará el rechazo de bastantes espectadores. En mi caso, soy consciente de que todas las bromas podrían haber dado mucho más de sí -prima lo fácil y directo-, pero no por ello voy a negar que el tono general permite que sea un entretenimiento llevadero en la que hay algún acierto reseñable como la forma de dar un nuevo sentido a la canción 'Firework' de Kary Perry.
Luchando contra lo políticamente correcto
Lo que sí agradezco es que Goldberg y Rogen piensen en el ritmo por encima de todo, pues es cierto que su trabajo de puesta en escena no ofrece nada particularmente memorable, pero sí que demuestran moverse bien en los terrenos cómicos y optan por no detenerse demasiado en algo que podría provocar un notable bajón de interés, lo cual dota a la película de un ritmo suficientemente vivo como para disfrutar de su un pelín excesivo metraje -este tipo de películas rara vez debería ir más allá de los 90 minutos y este no es uno de esos casos- por mucho que las risas no sean muy abundantes.
Como era de esperar, esto se traduce en que solamente los dos protagonistas y el dictador -atención sobre todo a cómo va cambiando de gesto un muy inspirado Randall Park a medida que avanza la entrevista a la que se alude en el título- tienen algo de entidad como personajes, pero es que 'The Interview' tampoco necesita nada más que complementos resultones -me hubiese gustado ver más a Lizzy Caplan, pero únicamente porque es ella la actriz que lo interpreta- y algún divertido cameo en su tramo inicial para que la historia avance. De hecho, es cuando el personaje de una norcoreana gana presencia cuando menos interesante es lo que sucede en pantalla.
Además, Seth Rogen y James Franco se sienten tan a gusto trabajando juntos que esa química se eleva por encima de las limitaciones de sus personajes y hace que realmente nos importe un poco lo que pueda ser de ellos. No falta algún momento de lucimiento cómico individual en el que en este caso sale mejor parado Franco, pero también es cierto que el egocentrismo de Dave Skylark daba mucho más juego que la sobriedad mejor o peor llevada -no deja de ser otro idiota, pero de forma menos evidente- de Aaron Rapoport.
El otro elemento clave es que 'The Interview' no tiene ningún miedo a la incorrección política en una época en la que prácticamente cualquier broma puede ofender a alguien. Es innegable que hasta cierto punto no es más que el barniz con el que dar brillo a una propuesta que podría haber ido mucho más allá -'El dictador' ('The Dictator') también daba para mucho más y aún así supera con creces a la que ahora nos ocupa en este punto, ya que, aunque con resultados desiguales, se arriesgaba más-, pero esa escasez de sátiras políticas juega muy a su favor si estás dispuesto a pasar sus inevitables detalles menos inspirados dentro del descaro predominante.
En definitiva, 'The Interview' es una comedia que ves con agrado y que nunca llega a hacerse pesada, pero también es mucho menos divertida de lo deseable y en eso juega un papel fundamental la forma en la que está todo planteado. Eso sí, da de sobra para pasar un buen rato gracias a su tono desenfadado y al buen hacer de sus tres protagonistas, y encima puedes usar el arma de que estás defendiendo la libertad de expresión si la ves. Esperaba más, pero no es poco.
Otra crítica en Blogdecine:
- 'The Interview', matemos a Kim Jong-un... de risa (por Alberto Abuín)
Crítica en Xataka:
- 'The Interview', una simple gamberrada (por Juan Luis Caviaro)
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