No hay día en los últimos diez años en el que no hayas oído (o más bien leído) hablar, al menos un tuit o un rato, de algo relacionado con superhéroes. Que si 'Doctor Strange en el multiverso de la locura', que si 'La liga de la justicia de Zack Snyder' o incluso proyectos más independientes como 'Bloodshot'. Y, sin embargo, la mejor película de superhéroes contra supervillanos de los últimos años viene de Noruega y está protagonizada por cuatro niños con ganas de jugar.
La génesis de un supervillano
'The innocents' es la prueba de que no hacen falta grandes efectos especiales, un guion que derive en una saga gigantesca o personas con músculos hasta en las cejas para traer una buena película de personas con poderes metidos en plena lucha del bien contra el mal. Pero, al mismo tiempo, también es un ejemplo perfecto de que para filmar buen cine de terror no es necesario asustar continuamente al espectador, y que una ambientación deja peor cuerpo que un par de imágenes grotescas (que haberlas haylas).
Al igual que en su día hizo 'El protegido', la película noruega hace más con menos, juega con la imaginación y se niega a dar explicaciones de forma absolutamente consciente: los superhéroes de esta historia solo están jugando, hasta que el juego se convierte en realidad. A lo largo de los años hemos visto a cientos de villanos haciendo sus maldades, pero pocos dan tanto miedo dentro de su frialdad como Ben, un chaval que al principio de la película mueve piedras con su mente y tiene un gatito nuevo, y al final de la película ya ha completado su evolución al supervillano con tan solo tres o cuatro actos de perversidad infantil. No hace falta más.
Él, al igual que el resto de los protagonistas, no entiende muy bien lo que está haciendo. La muerte es solo un juguete más, y sus poderes, una manera de jugar con ella. 'The innocents' disecciona con una presión que va poco a poco en aumento y con la estoicidad típica del cine nórdico, una relación tóxica entre una pandilla de niños con poderes psíquicos en la que uno de ellos decide dar un paso más allá. El resultado es vibrante, emocionante y único: nunca has visto una película de este estilo llevar tan lejos su propuesta.
A lo nórdico
A diferencia de otras películas protagonizadas por chavales que ven la muerte como un juego, como '¿Quién puede matar a un niño?' o 'Goodnight, mommy', 'The innocents' no plantea el contraste del universo infantil con el adulto, ni cómo este se sorprende al ver la crueldad de la que son capaces seres aparentemente angelicales. Aquí, todo se juega en la misma pandilla.
Es un ambiente enclaustrado, agobiante y que tiene su mayor virtud en su poca ambición: lejos de suponer una batalla decisiva para el universo, los niños de la película noruega luchan tan solo por su propia supervivencia ante un ser con el que, aún a sabiendas de su maldad y en un universo propio en el que la amistad aún está empezando a moldearse, siguen jugando.
La película acierta también al hacer un retrato del autismo realista alejado del clásico 'Rain man': la hermana de la niña protagonista siente y padece, pero en su interior, sin tener ninguna manera de avisar a su hermana de que las crueldades que le hace día a día le causan dolor. Es esta revelación la que lleva por caminos diferentes a una pareja de pequeños demonios que en su primera escena muestran desapego y crueldad hacia todo lo que les rodea maquillado como simple travesura (ojo a los más aprensivos: girar la cabeza está bien en según que momentos). Donde uno gira por el camino del lado oscuro, la otra consigue ver la luz. Y en ese cruce de caminos, ambos acaban convertidos en enemigos íntimos.
Dibuja un tiburón
'The innocents' no es una película de terror al uso: es todo lo familiar, cercana y realista que puede ser una cinta de género, casi llegando hasta el punto del cine independiente costumbrista en ocasiones. Es esta originalidad en su planteamiento, sumada a lo contenido de su guion y a lo fabulosas que son tanto sus escenas de pesadilla como aquellas en las que la sangre brota, la que la convierte en una de las mejores obras del año.
Si necesitas que una película con toques de ciencia-ficción explique de dónde vienen los poderes, cuál es su límite y te de motivos lógicos para que los personajes puedan usarlos, es mejor que no pruebes tu paciencia con 'The innocents', una cinta que ya presenta a los personajes con telequinesis y poderes mentales, y cómo gradualmente va llevándoles por caminos diferentes a medida que su fuerza crece. No hay necesidad de más, ni de menos: es el punto exacto que necesita para seguir sorprendiendo sin quitar el velo de realismo ni echar al espectador.
Esta es una cinta de terror con superpoderes que se aleja de cualquier cosa que hayas visto en los últimos años. Es cierto, dura dos horas y se cocina tan a fuego lento que los espectadores más exigentes con el ritmo adrenalítico pueden acabar impacientándose, pero siempre merece la pena salir de tu zona de confort. El resultado puede ser el de encontrarse con una película fría, calculada, terrorífica, escalofriante y con el mejor clímax posible. No os la perdáis.
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