Miradme a mí e imaginad a las chicas que puedan estar a mi alcance” (Will).
‘The Inbetweeners’ fue una serie creada por Iain Morris y Damon Beesley que duró tres temporadas, entre 2008 y 2010, y fue nominada dos años consecutivos al BAFTA a la mejor comedia de situación. En la misma competición, obtuvo el premio del público. En 2011, ganó en los British Comedy Awards el premio a la mejor sitcom. Protagonizada por Simon Bird, quien hoy está en ‘Friday Night Dinner’ y a quien le auguro futuro en la comedia; James Buckley, Blake Harrison y Joe Thomas; la serie británica nos acercaba a las desgracias y miserias de cuatro jóvenes de instituto que no son ni los más “friquis” ni los más populares, sino algo intermedio, de ahí lo de “the inbetweeners”. Sus intentos por perder la virginidad y sus fantasmadas al respecto les llevan a situaciones que, lejos de cumplir con los tópicos en este tema tan manido, van más allá para provocar vergüenza ajena y momentos en los que lo desternillante se da la mano con lo desagradable. Esta serie, que se estuvo emitiendo en el canal E4 y Channel 4, tendrá un remake norteamericano que llegará el año próximo.
Tras la cancelación de la serie, se realizó ‘Supercutres’ (‘The Inbetweeners Movie’, 2011) dirigida por Ben Palmer y escrita por los creadores de la versión televisiva, que se estrenó en el Reino Unido el 17 de agosto. Finalizado el curso académico, Will, Simon, Neil y Jay deciden marcharse juntos de vacaciones. Forman un grupo de amigos muy improbable, ya que cada uno tiene una particular forma de ser, muy diferente a la de los otros tres, pero no tienen a nadie más, lo que los condena a pasar el curso juntos y, ahora que llega el verano, a divertirse unidos. Se despiden de sus padres, de sus novias, quienes las tienen, y dejan sus trabajos. Antes de los exámenes de acceso a la Universidad, tratarán de desfasar al máximo.
Un film para quien conozca la serie
‘Supercutres’ sirve de despedida entre los cuatro amigos y su público, aportando un broche perfecto del que recientemente parecen siempre carecer las producciones televisivas que son canceladas antes de alcanzar su prevista conclusión, dejando a medias las ilusiones y objetivos de los protagonistas.
No puede decirse, no obstante, que la película funcione de forma independiente, ya que no puedo imaginar a espectadores que desconozcan a estos cuatro personajes y sus situaciones disfrutando de los líos en los que se ven envueltos en la cinta. En algunos medios se habla de un estreno español de este film en enero del año que viene o este fin de semana, pero no veo el sentido de estrenarla sin haber emitido la serie –que solo pudo verse en catalán en el canal 3XL–. Sus creadores no se toman la molestia de ofrecer una presentación para los recién llegados, sino que dan por hecho que se reconocerán todos sus aspectos y que el espectador partirá de ahí, pues en Inglaterra la serie resultó un fenómeno. No solo es necesario saber de qué pie cojea cada uno y conocer bien a los personajes secundarios –los padres, por ejemplo, que apenas tienen aquí papel– para entender cada chiste y cada referencia, sino que, además, la exageración que se presenta en algunas ocasiones, solo puede comprenderse si ya hemos visto a los personajes hundirse hasta lo más bajo en los capítulos para televisión.
Pillada de nuevas, sin haber visto la serie, probablemente genere rechazo, pues no encaja exactamente en lo que venimos recibiendo últimamente como comedia descerebrada del tipo ‘Resacón en Las Vegas’, por mucho que presente un viaje protagonizado por cuatro tíos sin freno. El tono en ‘The Inbetweeners’ va por otro lado, con un humor sucio y pasado de vueltas, pero con un tremendo fondo de ternura hacia sus vilipendiados y abofeteados personajes. La película supone un acto de cariño hacia ellos y quienes sí conozcan la serie, encontrarán aquí plena satisfacción, ya que el largometraje mantiene el nivel de comicidad y de falta de decoro de los que han hecho gala las tres temporadas.
La catarsis (spoilers)
Como decía, el hecho de cerrar una serie con una película ha servido para redondear las historias de estos chavales de manera definitiva. Por ese motivo, podemos entender que al final del film ocurra lo que es a todas luces inverosímil, pero que de alguna manera tenía que suceder, ya que sus protagonistas se lo merecían. Me refiero, claro está, a que todos ellos consigan ligues al final de su estancia. Tras hacerlos sufrir y ponerles las cosas imposibles durante tres temporadas, estos pobres diablos y sus seguidores necesitaban la catarsis de verlos marcar un tanto, por increíble que resulte, especialmente en el caso de Will –apodado en la serie como “briefcase twat”, “el idiota del maletín“–, no por ser el menos deseable, sino por soñar con la chica más inalcanzable de todas, de ahí la frase que cito al arranque de la crítica. Este personaje lo encarna Laura Haddock –en la fotografía siguiente–, quien ya dio vida a una mujer con una actitud similar hacia los hombres en otra serie igual de recomendable: ‘How Not to Live Your Life’, que utilizaba la misma estrategia que aquí para lograr la empatía con un personaje deplorable: que los demás fuesen aún peor. (Fin de los spoilers)
Rodada en España
Los cuatro adolescentes escogen acudir a un lugar que les ofrezca “sol, playas, sexo…” sí, en ese momento, todos pensamos que acudirían a Mallorca, sin embargo, su idea es volar hasta Creta. El padre de uno de ellos les comenta que en su época iban a Magalluf –lo que ellos llaman “shaggalluf“–, pero los chicos ya se han decidido por Malia. Lo curioso es que, aunque haya algunas tomas rodadas en Grecia, la mayor parte de la filmación veraniega tuvo lugar, efectivamente, en esa localidad de la Costa de Calvià que, para quienes la conozcan, aparece perfectamente reconocible en los planos. No sé si por suerte o por desgracia, el guion no llegó a modificarse y se mantuvo la idea de que veraneaban en Grecia, lo que probablemente sea bueno, ya que la imagen que se da de esos lugares de vacaciones no es en absoluto exagerada ni errónea, pero no es, sobre todo, positiva.
Conclusión
Con un humor incorrecto y sucio, ‘Supercutres’, al igual que ‘The Inbetweeners’, hace de la desmesura una forma de provocar las risas. Se maltrata a los personajes hasta la humillación de ellos y la incomodidad de quien los contempla. Pero ninguna de estas exageraciones se percibe como irreal, ya que la edad y circunstancias por las que pasan los cuatro protagonistas nos permiten creernos que lleguen a ser así y a actuar de esa manera. Cuatro tipos dispares, condenados a convertirse en amigos por no tener a nadie más que les haga caso y que, a pesar de su falta de cerebro en algunos casos y de habilidades sociales en otros, consiguen finalmente, aunque solo sea por comparación con quienes les rodean, despertar cierta conmiseración.
Mi puntuación: