La cultura coreana empieza a fortalecerse en el mercado internacional y el fenómeno korean drama ya empieza a movilizar tantos espectadores que plataformas como Netflix se animan a hacer llegar series como ‘The Guest’ (2018). Junto a la también muy interesante ‘Priest’ (2019), es una muestra de la diversificación de los seriales del país asiático, hasta tal punto que hay al menos dos dedicadas exclusivamente al tema de las posesiones y exorcismos de forma tradicional.
De las dos, ‘The Guest’ es la más sólida y fresca, pero sus virtudes se pueden encontrar también en el otro ejemplo, y han creado una escuela que sigue perpetuándose en ‘The Cursed’ (2019). El punto en común que las diferencia de otros K-dramas es su solidez como obras de género, que evitan el mal habitual en los productos para este tipo de público, un intento de llegar al público adolescente aumentando las subtramas de romance y telenovela.
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Parte del éxito de estas series se basan en ese juego a dos bandas que tratan de complacer a un público amplio, pero ‘The Guest’, dentro de sus limitaciones, tiene un carácter más cercano al del cine exportado por el país. Su argumento sigue a un psíquico de la escuela chamánica, un sacerdote exorcista católico y una detective que se vincula a los otros dos debido a la secuencia de unos extraños crímenes sobrenaturales en la sociedad coreana.
La senda de 'El extraño'
El espíritu maligno que causa estos asesinatos proviene del Mar del Este y es una especie de enorme fantasma que posee a la gente y provocó una tragedia que marcó a los protagonistas de diferente manera, por lo que, parte de su enfrentamiento con el mismo espíritu malévolo crea un lazo que se fortalece y desarrolla una amistad entre ellos que es el corazón de la serie, que combina el misticismo con la investigación policial y el terror sobrenatural de tradición occidental.
La mejor forma de describirla de forma sencilla es como si ‘El extraño’ (The Wailing, 2016), salvando las distancias, tuviera una continuación en forma televisiva, de tal forma que se juntan las tradiciones chamanistas —que acaso habríamos experimentado en los filmes de magia negra de Hong Kong y los Shaw Bros— con la herencia de la religión católica, planteando una trama en la que los tres personajes representan diferentes miradas al tema de la posesión tradicional.
Lo cierto es que, según la tradición iniciada por ‘El exorcista III’ (The Exorcist, 1990), el demonio va pasando de huésped a huésped creando una dinámica de filme policíaco de terror como en ‘Hidden (lo oculto)’ (1987), pero con la variación demonológica del mismo que también hizo la película ‘Fallen’ (1998), que ya era una extensión de lo que había hecho el film de William Peter Blatty, creando una flexibilidad a la entrada y salida del cuerpo humano de los demonios.
Muchos episodios pero un ritmo sólido y gran terror
‘The Guest’ utiliza el concepto como raíz central de todos sus giros y profundiza en la idea, usando el gimmick como en series más comunes en los años 90, esto es, pese a una concepción visual muy cinematográfica su voluntad por entretener la acerca a la volatilidad de las páginas de los manga. Mucha acción, ritmo y escenas intensas y de acción garantizadas en cada episodio, dejando el arco general en segundo plano frente a un “concepto general” sobre el que juega.
Los puntos flacos del formato es que la temporada está sobrealargada a unos 16 capítulos que nos resultan ahora ya poco comunes salvo en series juveniles o del canal CW. Además, estos son bastante largos —a menudo por encima de la hora—, y hay cierta pista musical emocional y pop usada hasta el exceso en todos ellos, lo que se hace especialmente reiterativo si a uno se le ocurre hacer una maratón. Hasta cierto punto puede inferirse que sea causa de un presupuesto ajustado en ese apartado.
Esto sorprende porque a nivel de dirección predomina el uso de grandes panorámicas y planos de exteriores abundantes, con un despliegue que recuerda al buen cine de la península, tan solo diferenciado por detalles de postproducción y un montaje que deja ver las cantidades de material con el que se trabaja. Pero el conjunto se compensa con un buen guion, una dinámica llena de sucesos, buen terror y acción sin efectos digitales que hace que todo quede en un terreno más terrenal. ‘The Guest’ merece la inmersión en su pantagruélica temporada de 17 horas.
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