La primera temporada de ‘The Good Place’ fue una refrescante dosis de comedia de altos quilates totalmente inesperada. Os hablamos de ella en un par de ocasiones, pero no parece que la masa de las redes hiciera demasiado ruido ante la idea de una sit-com que sucede enteramente en el cielo. La ventaja de la misma es que los episodios estaban ajustados a un plan maestro que daba la vuelta a todo de forma sorprendente.
Y ahora, lector, si no quieres entrar en el mundo SPOILER, deja de leer al instante si no sabes lo que sucede en la primera temporada. El hecho de que el episodio doble final mostrara que todo lo que habíamos estado viendo no era realmente el cielo, era una gran treta de niveles divinos que dejaba un panorama extrañísimo para que la serie pudiera mantener su gravitas habitual. ¿Qué pasará ahora?
El final más WTF
Recordemos que ahora sabemos que Eleanor (Kristen Bell), Chidi (Guillermo Jackson Harper), Tahani (Jameela Jamil), y Jason (Manny Jacinto) son, de hecho, los únicos seres humanos en The Good Place, que es realmente un nuevo tipo de infierno que Michael (Ted Danson), en realidad un demonio, creó como un experimento de tortura prototipo. Con el cierre de la primera temporada, había un reinicio de todo el sistema, pero Eleanor dejaba una pista en la boca de Janet.
El problema con una serie que toma un giro tan drástico cuando revela todo es que la mayoría asume que el show debería de terminar así. Arreglar algo en ese punto es difícil y surge la pregunta inmediata de qué podría ofrecer una segunda temporada que pueda volver a enganchar. Es como si un mago que revela el secreto después de realizar un truco y luego te dice que va a hacer el truco de nuevo.
Pero no debemos subestimar a Michael Schur, el hombre detrás de hitos como ‘The Office’ (2005–2013) o ‘Parks and Recreation’ (2009–2015). La segunda temporada, rápidamente revela que estábamos en realidad viendo el verdadero comienzo de la serie. La primera temporada fue sólida, pero vista ahora, funciona como precuela. La nueva da una sensación diferente. Sin revelar nada significativo de lo que sucede, el diálogo y el desarrollo de la trama están incluso, más perfilados.
'The Good Place' vuelve fresca, nueva y mejor
Lo más sorprendente es, que una serie así haya seguido adelante. Su premisa es tan absurda que cuesta trabajo pensar que haya dado luz verde a una idea tan imaginativa. Tal y como Michael trata de hacer las cosas de una manera completamente diferentes a la manera de torturar tradicional. Al ver el episodio doble que inicia este regreso asimilas de forma rápida que la primera temporada fue un campo de prueba, una introducción necesaria.
Pero una vez metidos en harina, vemos claramente qué es la verdadera ‘The Good Place’. Un mayor compromiso con los personajes, con Ted Danson en un nivel completamente nuevo, haciendo que sus pequeños tics sutiles cambien completamente el sentido del Michael que conocemos. El resto del elenco sigue aumentando de forma similar la dimensión de sus actuaciones, si antes les tenías cariño ahora les amas.
Un caos tan perfectamente orquestado que se desarrolla en un mundo cuya razón de ser es ir reinventándose a sí mismo constantemente, algo que no veíamos venir y que no sabíamos que estábamos buscando. No solo no decepciona sino que es mucho mejor, y sí, también es de lo mejor que podemos encontrar en comedia americana por ahí fuera. Esperemos que su presencia en Netflix le dé el boca oreja que necesite para ponerla ya en el lugar que merece.
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