'The Good Doctor' ya no se esconde: la temporada 6 de la serie médica con Freddie Highmore ha abrazado su naturaleza de culebrón... y está bien así

Parece que fue ayer cuando, en una cadena nacional, se anunciaba 'The Good Doctor' como una serie con corazón. La cosa es que ya van por su sexta temporada y esta serie de David Shore, adaptada de una serie coreana que pasó por Netflix España muy brevemente antes de desaparecer, cada vez tiene menos vergüenza a mostrarse como lo que es: otro culebrón de médicos disfrazado de drama rutinario.

Antes de abrir al paciente y entrar en materia, cuidado: como es lógico al entrar, hay riesgo de destripes (SPOILERS) y puede salpicarte si no la llevas al día y tienes cierta esperanza de retomarla.

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Vuelan los cuchillos

Siguiendo las reglas más básicas de la telenovela, una boda no puede acabar en nada bonito, y menos aún si una de las personas que se casa es la protagonista. Por eso, al final de la quinta temporada, la boda de Shaun (Freddie Highmore) y Leah (Paige Spara) terminaba con un loco que apuñalaba a su ex-pareja, la enfermera Villanueva (Elfina Luk) y a la doctora Lim (Christina Chang).

Qué sería de una boda sin su correspondiente tragedia sangrienta.

El primer capítulo de esta sexta temporada tuvo un intento de suicidio por poli, una confesión de amor entre Asher (Noah Galvin) y el enfermero Jerome (Giacomo Baessato), la última ruptura del doctor Park (Will Yun Lee) y Morgan (Fiona Gubelmann) y una arriesgadísima operación que casi le cuesta la relación a Shaun su relación con su tutor y amigo, el doctor Glassman (Richard Schiff)... y que deja a la doctora Lim en silla de ruedas.

Precisamente, es la doctora Lim la que recibe el foco protagonista durante esta temporada. Su lucha por readaptarse a su nueva condición y sus preocupaciones dan forma a las subtramas: si has seguido la serie, sabrás que es una mujer fuerte e independiente que, por supuesto, no estará dispuesta a aceptar la caridad de nadie.

No solo eso, sino que las complicadas circunstancias de la operación que le salvó la vida, pero la dejó sin poder usar las piernas, también se ramifican: por un lado, Shaun se obsesiona con intentar hallar una cura; Glassman se debate entre perdonar la actitud que tuvo Shaun en el quirófano; Lim se debate entre la gratitud, la frustración y la ira, pues cree que nuestro buen doctor no lo hizo todo lo bien que debiera.

Músculos de color de rosa

También es Lim la que, dada su condición, se presta al dramatismo elevado al once propio de las series turcas de después de 'El Hormiguero', o de esas historias que animan la sobremesa, y la siesta, a aquellos que no trabajan después de la hora de la comida. Literal que, en una escena que solo salva las tablas de la actriz, la doctora grita en un coche que odia al doctor Shaun. Por suerte, la escena no acaba con una mirada aviesa y una música siniestra, pero la actitud de Lim hacia él cambia desde ese momento.

Este comité se reúne demasiado poco para la magia que consigue hacer cuando están juntos.

Para alguien como Shaun, que le cuesta tender puentes a otras personas, es un shock descubrir que hay alguien que quiere derribarlos. Aunque él está a otras cosas, que quiere tener descendencia con Lea y por supuesto que no lo tendrán fácil, hasta el punto de que ahora, antes del parón navideño, parece más probable que Shaun pueda mejorar la condición de Lim a que pueda tener un bebé.

El resto del reparto no se quedan detrás, salvo Glassman, relegado esta temporada a secundario con frases importantes y poco más. Morgan y Park, tras la ruptura, tienen ese tipo de relaciones que convierten el aire en cuajada en cuanto coinciden en un cuarto, hasta que poco a poco vuelven a hacerse ojitos: acabarán juntos. Jordan (Bria Samoné Henderson) tiene picor inguinal tras conocer al nuevo residente, Danni (Brandon Larracuente), pero un terrible secreto de él les mantiene separados y ha sido el cliffhanger antes del parón navideño…

Si alguien tenía dudas de que 'The Good Doctor' era un culebrón con un envoltorio bonito firmado por el creador de 'House', quedan completamente despejadas, ¡y está bien así! Los responsables saben que no pueden depender solo del increíble talento médico de Shaun, ni tampoco incidir en su autismo ahora que su adaptación está completa. Necesitan tirar de los secundarios y darle un poco más de drama, que vamos por la sexta temporada. ¿El resultado? Capítulos muy ágiles, casos médicos raros y muchos sentimientos a flor de piel. Nada que objetar.

Bienvenidos a la picadora de carne

La novedad de esta temporada, tras el lógico éxito de Asher y Jordan, son los residentes de primer año, a quienes podemos llamar “los Danis”. Al guaperas de Danny ya os lo he presentado antes, con un temperamento a prueba de bombas y ese aire de tristeza de quien tiene bagaje chungo detrás: su personalidad se define más por lo que oculta, en vez de por lo que muestra.

En la otra esquina, Danica (Savannah Welch), antigua teniente de la marina estadounidense. Frente al laconismo de su casi tocayo, Danica es más decidida y su pasado crea alguna fricción con Asher. Dado que le falta una pierna, es la que ayuda e impulsa a Lim a construirse una nueva vida, en vez de quedarse inmóvil y añorando la antigua.

Quizá con demasiado ahínco y no mucha verosimilitud: hay una escena en un ascensor en la que Danica consigue convencer a Lim de que no hace falta operarse porque, vaya, en realidad no hay nada que curar. Que la Lim en silla de ruedas es la nueva Lim. El discurso es motivador, se entienden sus intenciones de hacer a Lim avanzar, pero en una serie en la que todos los miembros principales del reparto han ejecutado complicadas operaciones, confiando en la medicina y su pericia, cuesta entender que rechace un primer abordaje para curarla… salvo, lo has adivinado, que la serie ya tiene la lucecita de "telenovela" encendida.

'The Good Doctor': lo que está por venir

Con todos estos mimbres, esta sexta temporada vuelve a apostar por grandes tramas interiores, frente a la amenaza externa que supuso la privatización parcial la temporada pasada, y que aquí se resuelve con un par de líneas de diálogo porque los guionistas saben a por qué venimos.

De momento, la dirección del doctor Andrews (Hill Harper) ha tenido un par de sobresaltos y un baño de humildad cortesía de una paciente que insiste en que sea él quien le opere, pero es posible que más adelante tenga algo más de atención y escenas interesantes con el anterior director, Glassman.

Así estamos: expectantes.

¿Sanarán a Lim o la operación saldrá mal y quedará paralizada de cuello para abajo? ¿Aguantará el hospital o sufrirá algún tipo de tragedia? ¿Tendrán Shaun y Lea un bebé? ¿Cuánto durará el doctor Glassman antes de que le pase algo grave y definitivo? El frente está abierto y las respuestas no son obvias.

Para terminar, comentar que en la versión española ha habido un cambio de doblaje para el doctor Glassman. Luis Mas, voz habitual del personaje y de, por ejemplo, Larry David, se ha retirado de la serie tras un trabajo muy bueno. Primero fue sustituido por José Ángel Juanes, pero ahora parece que se queda fijo Juan Perucho, voz habitual de Peter Griffin en 'Padre de familia'. Esperemos que ya no haya más cambios para que aquellos que disfruten de la serie doblada no tengan más sorpresas: cualquiera de los dos es una buena elección.

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