'The East', idealismo, hipocresía y venganza

'The East', idealismo, hipocresía y venganza
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Seguro que alguna buena habrá, pero siempre que se habla de sectas es para decir lo peligrosas y nocivas que son, ya sea por su mera existencia o, siendo entonces cuando realmente ganan espacio en los medios de comunicación, por estar detrás de alguna horrible tragedia. De hecho, seres como Charles Manson o Jim Jones alcanzaron fama internacional por la cantidad de muertes que provocaron de una forma u otra. Con estos antecedentes es perfectamente comprensible que el cine se haya limitado casi en exclusividad a demonizar este tipo de organizaciones.

Hay ocasiones en las que la fina línea que separa a una secta de una agrupación terrorista es casi indistinguible, y es ahí donde surge ‘The East’ (id, Zal Batmanglij, 2013), una de las películas más valoradas en el último festival de Sundance que llega hoy 12 de julio a los cines de toda España. Es curioso que se estrene en nuestro país el mismo día que ‘The Purge: La noche de las bestias’ (‘The Purge’, 2013), otra cinta que incide sin pudor en los rasgos más negativos del ser humano para intentar ofrecer un relato tenso que llegue a la fibra sensible del espectador. Por ahora puedo avanzaros que ‘The East’ es una película mucho más lograda que la dirigida por James DeMonaco.

Los grises de ‘The East’

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Hace ya tiempo que basar un relato en la lucha entre un héroe puro e incorruptible contra un malvado despiadado —y que preferiblemente vista de negro— perdió buena parte de la fuerza de la que gozaba antaño. Ahora lo que se llevan son los héroes algo más complejos y los villanos que puede que únicamente se equivoquen en la forma de luchar por una causa justa. Cierto que los matices son más tibios en función del presupuesto destinado para sacar adelante la película, pero en ‘The East’ no hay cortapisa alguna a la hora de enfrentar al bien y el mal sin que uno tenga del todo claro quién representa exactamente qué. El espectador pierde así la comodidad habitual con la que encarar lo que sucede en pantalla sin tampoco tener la posibilidad de sentirse estafado como sí puede suceder en el caso de ‘The Purge: La noche de las bestias’.

‘The East’ arranca con un magnífico prólogo presentándonos el último ataque de un grupo terrorista que ha prometido volver a actuar en un futuro próximo para acto seguido meternos de ello en una operación de infiltración por parte de una joven y bella mujer una agrupación que acaba siendo la del inicio de la película. Hasta ahí es lo máximo —y quizá ya sea demasiado— que debéis saber sobre su argumento antes de verla, ya que una de las grandes bazas de ‘The East’ se su capacidad para pillarte desprevenido y hacerte reflexionar en todo momento sobre lo que sucede en pantalla, tanto por las acciones de los personajes como por el dilema moral que te plantea al difuminar por completo la frontera entre el bien y el mal. ¿Quién es peor, el que defiende una causa noble de una forma horrible o el que intenta impedir las tragedias sólo cuando le convenga hacerlo?

Un thriller apasionante e imperfecto

Alexander Skarsgard y Ellen Page

El dúo creativo formado por Brit Marling y Zal Batmanglij ya había demostrado con anterioridad su capacidad de trabajo en equipo en ‘Sound of my Voice’ (id, 2011), otra historia vinculada al mundo de las sectas en la que la ambos escribieron el guión, ocupándose ella del papel protagonista y él de la dirección. En ‘The East’ se respetan los roles, pero la sincronía parece haber ido un paso más allá, ya que toda la película se asienta sobre la capacidad de Marling para conectar con el espectador y que su confusión interior se traslade a la audiencia. Sin embargo, Batmanglij prefiere que los silencios sean más elocuentes que las palabras y a través de su puesta en escena nos va guiando a través de la odisea particular de esta antigua agente del FBI.

Batmanglij también consigue que ‘The East’ sea una película en constante tensión, en la que quizá no suceda nada realmente importante en pantalla, pero que tiene una atmósfera que te hace pensar en todo momento que algo importante va a suceder. Esto es algo que en otras ocasiones lleva a una profunda decepción cuando no lleva a ninguna parte, pero eso no sucede en el caso que nos ocupa, ya que hay varias escenas potentes que hacen buena esa especie de preparación previa que nos había acompañado en todo momento. El otro apoyo principal para que ‘The East’ pueda revolverte por dentro es el estupendo trabajo de su reparto, donde además de Marling destaca la magnética presencia de Alexander Skarsgard, estupendo a la hora de retratar la evolución de la relación de su personaje, el líder del grupo, con el de Marling, la siempre agradecida presencia de Ellen Page y la eficacia característica de la nunca suficientemente reconocida Patricia Clarkson.

El jugueteo de ‘The East’ con la ambigüedad resulta en todo momento brillante, pero llega un punto en el que acaba quemándose cuando decide ser demasiado directo en sus envites, lo cual hace acto de presencia con especial hincapié en su desenlace, correcto dentro de lo que busca transmitir, pero muy decepcionante teniendo en cuenta todo lo logrado con anterioridad y la forma de hacerlo. Es ahí donde se echa en falta un mayor cinismo por parte del guión de Marling y Zal Batmanglij, ya que su idealismo, hasta entonces perfectamente cobijado bajo la batalla interior de la protagonista entre dos frentes irreconciliables, resulta excesivo y poco creíble.

Patricia Clarkson y Brit Marling

Es una lástima que ‘The East’ no consiga ser una película redonda por los errores cometidos principalmente en su tramo final, pero estoy dispuesto a pasar por alto esos errores si a cambio me ofrecen un relato tan tenso como interesante y además triunfa en sus intentos de hacerme reflexionar sobre el tema que plantea. El elogiable trabajo del trío protagonista y el buen hacer de Batmanglij tras las cámaras —ya ha pasado a mi lista de directores a los que seguir de cerca— es otro buen consuelo para pasar por alto sus errores y esperar con mucha curiosidad qué será lo siguiente que nos ofrezcan Marling y él.

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