En cierto sentido, es difícil ver 'The Crowded Room' sin pensar de algún modo en otro de los dramas recientes de Apple TV+ como es 'Ciudad en llamas'. O al menos a mí me ha pasado al ponerme esta nueva serie de corte entre lo criminal y lo psicológico de la plataforma.
Curiosamente ambas coinciden en querer desenmarañar el misterio en torno a su joven protagonista después de un crimen. Ambos puzles están compuestos por miradas de un pasado lleno de desencanto y trauma. Claro, aquí hay una distancia bastante grande entre sendos protagonistas y entre los tonos de ambas series. La protagonizada por Tom Holland es decididamente más triste y sentimental.
La joven estrella marvelita protagoniza una miniserie de diez episodios como Danny Sullivan que, a la espera del juicio por un tiroteo en pleno Manhattan es interrogado por Rya (Amanda Seyfried), quien intenta ganar la confianza del muchacho poco a poco rascando lo que hay detrás del relato (bastante subjetivo) de su vida.
Vida múltiple
Por alguna razón, desde Apple TV+ ha decidido considerar spoiler un detalle importante sobre el protagonista de la miniserie, mientras a su vez, dice a voces que está inspirada en el true crime literario 'The Minds of Billy Mulligan' de Daniel Keyes. Un caso que también tiene su propio documental, por ejemplo, este en Netflix llamado 'Monstruos internos: Las 24 caras de Billy Mulligan'. Básicamente han cambiado el nombre y, al parecer, la naturaleza de sus crímenes.
De hecho es este dato lo que realmente me interesaba de la serie, más allá de los actores involucrados en ella (también me declaro fan de Emmy Rossum, además de Holland y Seyfried). Estamos con una buena premisa, bastante interesante, y que podría convertirse en un buen thriller psicológico o, mucho más específico, sobre la mente del crimen.
Sin embargo, lo que sobre el papel queda muy potente se echa a perder por decisiones puramente de producción. Lo que más lastra a 'The Crowded Room' es su extensa duración ya que uno nota, prácticamente desde el comienzo, que muchas peripecias tienen que hacer para rellenar diez episodios con algo que apenas tiene el magro suficiente para seis, siendo generosos.
Un problema que también viene de un guion de Akiva Goldsman (que lleva años liado con las series de Star Trek) con mucho menos que contar de lo que cree en lo que despliega su historia a fuego bastante lento. Si bien hay un par de giros de esos que te hace plantear todo lo que has visto hasta el momento, la sensación que da todo el metraje es el de dar vueltas sobre un mismo circuito.
Lo que no quiere decir que carezca de interés. El personaje de Seyfried me parece de lo mejor de 'The Crowded Room' y logra hacer cómplice al espectador para que vayamos uniendo las piezas de información que se nos va dando. También la serie arroja una mirada compasiva e incluso cálida hacia el protagonista y su vida en lo que, curiosamente, despliega unos secundarios bidimensionales (probablemente por reforzar el punto de vista del protagonista).
Pero esos leves destellos de virtud no terminan de ser suficientes. En definitiva, creo que el mayor defecto de 'The Crowded Room' es su falta de dirección, yendo a la deriva sin un propósito claro, sin una historia real que contar, a lo largo de diez episodios. Una nueva decepción en el catálogo de Apple Tv+.
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