Entre las colinas cubiertas de niebla y los opulentos salones londinenses, la etiqueta lo es todo. Es un mundo de normas férreas y pactos sociales, y las mujeres tienen poco margen de maniobra. Pero en los universos alternativos todo es posible y el de 'The Buccaneers' es tan rebelde como encantador.
La serie de Apple TV+ está inspirada libremente en la obra inacabada de Edith Wharton y no quiere saber nada de las reglas. Y este patrón se sigue también en su segunda temporada, que no solo se olvida del contexto histórico a ratos, sino que también desafía los parámetros narrativos y del género, siendo excesiva, impulsiva y deliciosamente inconformista.
Si en su primera entrega la serie apostaba por presentar a sus protagonistas como un choque cultural entre Estados Unidos y Reino Unido, esta nueva temporada se lanza sin reservas a explorar la identidad, el deseo, la sororidad y el poder. Y todo ello en clave de culebrón de época moderno. º
Exceso de drama

En esta segunda tanda de episodios, la serie pisa el acelerador, entrelazando las subtramas con agilidad y planteando los conflictos de una forma igual de adictiva a la que recordábamos. La clave de 'The Buccaneers' está en el exceso, las traiciones, los secretos familiares y las alianzas inesperadas, y no falta nada de esto en su regreso, aunque sí que he echado de menos que se le dé cierto respiro a algunos personajes.
Por otro lado, hay que destacar el que sigue siendo uno de los grandes aciertos de la serie: su reparto coral femenino. Las cinco protagonistas no solo tienen conflictos bien diferenciados, sino que se estos se consolidan como el eje moral y emocional de la historia, con unos arcos personales que abordan desde el duelo hasta la maternidad, pasando por la identidad sexual y el deseo de independencia.
Y hay que reconocer que el guion da el espacio suficiente para que esas experiencias no se reduzcan a estereotipos. Porque las decisiones que toman los personajes no siempre son las ideales, y sus contradicciones no se corrigen fácilmente, pero esta complejidad le aporta mucha solidez al discurso sobre el papel de la mujer en las estructuras tradicionales.
Contexto histórico y música pop

Sin perder de vista contexto histórico con el que se relaciona, 'The Buccaneers' actualiza sus conflictos con un enfoque muy contemporáneo y una mirada crítica sobre las limitaciones que se imponían a las mujeres en la aristocracia británica. Y todo ello sin forzar nada y explorando temas como el consentimiento, la represión social, la libertad sexual o el derecho a construir un futuro propio.
No es casualidad que algunas de las decisiones más valientes de la temporada tengan que ver con los vínculos entre mujeres: amistades que superan traiciones, lealtades que se anteponen a los matrimonios concertados y la sororidad como columna vertebral de la historia.
Por si fuera poco, la serie también mantiene su cuidado a nivel visual. El diseño de producción es impecable y el vestuario no solo es deslumbrante, sino que también refleja los cambios internos de los personajes. Además, la fotografía apuesta por el romanticismo, que encaja perfectamente con el tono emocional de la historia.
Y, como en la primera temporada, la música juega un papel esencial. El uso de canciones pop contemporáneas dentro de un entorno decimonónico ya no sorprende, pero sigue siendo efectivo. Al igual que en otras ficciones primas hermanas como 'Los Bridgerton', los temas de artistas actuales se integran con naturalidad en escenas de tensión o emoción, reforzando esa sensación de que 'The Buccaneers' se mueve en dos líneas temporales.
En resumen, la segunda temporada de 'The Buccaneers' no busca ser sutil (ni tampoco se lo hemos pedido) y ese es precisamente su mayor acierto. Se atreve a ser excesiva, emocional y un poco caótica cuando toca. Es cierto que no todas las decisiones creativas terminan de acertar, pero sí que se consigue es un equilibrio muy difícil: un drama de época que no solo parece una postal vacía.
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lacedemonio
Con este tipo de series la gente menos culta (y muy joven) sale con un cacao mental histórico muy bestia aunque sea un universo paralelo.