En uno de los momentos centrales de una de sus tumultuosa giras, alguien pregunta a Paul McCartney si es consciente de la trascendencia de su música como parte de la cultura, a lo que el responde “¿Cultura? Nosotros no somos cultura, solo queremos pasar un buen rato”. Este simple gesto, completamente libre de falsa modestia, contrasta visto en el mismo contexto con la más popular frase de John Lennon que comparaba la popularidad de Los Beatles con la de Jesucristo, diseccionada solo unos minutos después.
Aquella afirmación, lejos de pretender mostrar soberbia, era comentada casi con sorpresa, con Lennon poniendo en evidencia un hecho que a él mismo le resultaba insólito. Y es que la popularidad de la banda era desmedida. El documental de Ron Howard se apoya en sencillos datos que demuestran el irrepetible fenómeno que supuso su música, mediante infografías animadas que no interfieren con una narración que se ha querido ajustar a su condición de documental, sin demasiadas florituras técnicas de postproducción.

Y es que la base del interés de 'Eight Days a Week' es la cantidad de grabaciones, inéditas o ya conocidas, sobre sus años de giras y conciertos, que se han restaurado convenientemente y lucen como nunca en un trabajo de edición admirable y puro en el que lo que prima es, como en la buena cocina, soluciones muy sencillas pero efectivas para no estropear una materia prima excelente: las propias reacciones, los diálogos y actitud de cada uno de los miembros de la banda son oro puro.
Cine de iniciación
En un momento del documental, Brian Epstein, el Beatle en la sombra, explica que en cuanto los vio supo que tenían ese “algo” que convierte a la gente normal en estrellas del rock. El desarrollo de todas esas imágenes fascina, y hará las delicias de los fans nostálgicos, pero todo el proceso se encamina a intentar comprender por qué la fórmula funcionaba, de dónde viene el carisma que irradiaban y que seducía a tantos miles de personas. No hay una respuesta convincente, pero hay una redundancia: la amistad.
Aunque todo el guión fluye de las palabras de sus propios protagonistas, o de personalidades cercanas y fans célebres como Whoopi Goldberg, Sigourney Weaver o Elvis Costello, el cemento que vertebra el fondo de la película es la explicación de que toda la capacidad creativa, la energía en el escenario y la resistencia ante la presión, de agenda o mediática, se resolvían gracias a la capacidad de los cuatro de Liverpool para estar unidos. La democracia interna y el buen rollo como fórmula ante cualquier dificultad.

Y es en esa imagen humana, de muchachos frente a la adversidad, en la que se puede ver perfectamente a Ron Howard. El autor elimina de la ecuación los episodios más oscuros de la banda: Las drogas, los problemas, las Yoko Onos… Esto no es una biografía de los Beatles, esto es un recorrido por los años en los que representaban energía postiva y fuerza y cómo la fama pasa factura incluso a paladines con un lado socarrón. Caballeros de imagen blanca en la intimidad, ante todo, esto es una película de autor.
No hay que olvidar que el joven Howard era el protagonista de 'American Grafitti', una odisea de música, coches, bebida e inocencia en los primeros sesenta, justo el mismo año en el que los Beatles empezaron a despegar. No extraña que comprenda y ensalce esa actitud de buenos chicos con un lado socarrón sobre las sombras que todos ya conocemos. Hacia el final, el crepúsculo de la historia muestra la inevitabilidad de su transformación en adultos como una consecuencia, como en una verdadera película de iniciación.
La mirada americana
Esta no es la primera vez que un gran director americano ofrece su mirada sobre los mitos de la música británica: Recordemos a Martin Scorsese con ‘Shine a Light’ (2008) de los eternos rivales, los Rolling Stones, o explorando la faceta de uno de los miembros de la banda que nunca ha recibido la atención de sus dos principales vocalistas y compositores en ‘George Harrison: Living in the Material World’ (2011). En esta ocasión, este hecho ofrece una mirada extra al impacto de la cultura pop en la situación americana.
Las llegadas de los Beatles al otro lado del Atlántico se muestran desde la perspectiva sociopolítica de la época y su impacto en una sociedad que, de aquella, todavía estaba lidiando con un problemita de segregación racial aceptado y, en plena lucha por los derechos civiles, el apoyo de la banda en esta materia fue fundamental, llegando a verse que en conciertos como el de Jacksonville, Florida, por primera vez, los afroamericanos compartieran un espacio de ocio con blancos. Aunque también hace buena cuenta la capacidad de la Norteamérica más puritana para salir a la calle como aldeanos cabreados.
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jaimebcn
Lo mismo parezco un snob insensato, pero me gustó más el Anthology.
Ví el documental esta semana y tuve sentimientos enfrontados. Se centra en la primera mitad de su carrera solamente y los 30 mins de concierto son, en cierto modo, un engaño. Y razonaré el por qué de mi comentario:
La parte del documental podría resumirla en dos partes resumidas muy frívolamente:
1) Un mánager que crea en la banda más que en su madre, más alpargatado de dinero que Amancio Ortega y con más contactos que la agenda Zuckerberg es IMPRESCINDIBLE para triunfar. Si a parte haces buenas canciones, mejor.
2) El documental consiste en: Imágenes de The Beatles, gente gritando, gente gritando, más gente gritando, imágenes de The Beatles, declaraciones de Paul, gente gritando, más gente gritando, aún más gente gritando, The Beatles, mucha más gente gritando, más y más gente gritando, The Beatles, gente gritando, Paul, The Beatles, gente gritando todavía, otro puñado de gente gritando, masas de gente gritando y TheBeatles. FIN.
La parte del concierto me parece una engañifa por que el audio está tan procesado y tan remasterizado que ni la música coincide con lo que está sucediendo durante gran parte del concierto. Se oyen notas que no están siendo tocadas, golpes de batería que no existen en las imágenes, voces y coros que no se hacen... vaya que han hecho lo que muchos hacían y hacen a día de hoy: Se graba en estudio lo que no ha salido bien en lo grabado en directo y se arreglan los temas con adornos. A parte de contener planos inconexos!! Genial!
No se, se explota demasiado. Marcaron un hito, pero el documental no les hace justicia ni de coña. Tengo la sensación de que el tema TheBeatles está explotadísimo ya.
unoqueno
Yo estoy de acuerdo con jaimebcn. Si te ha interesado un poco el grupo y has visto los Anthology, esto es una repetición de una parte de la historia. Los fragmentos de entrevistas a George o a John son los de siempre y las nuevas a Paul y Ringo, aunque son actuales, dicen lo mismo (anda que no le gusta a Paul contar la historia 1000 veces). Poco aporta, la verdad, muy poco y lo dice alguien que se puede pasar viendo material del grupo en bucle hasta que se muera. Lo del Shea Stadium es de escándalo. Los planos no se corresponden; incluso hay cambio de guitarras (en el caso de George) según el plano. Si más o menos sabes lo que tendrían que estar haciendo con la guitarra en ese momento de la canción, ves que está sacado de otro sitio, en fin, un desastre (y ese concierto se puede ver prácticamente entero en los Anthology). Lo único que me llamó la atención es que cuando interviene Sigourney Weaver en la entrevista, después ponen un plano de un concierto de la época donde se la puede ver a ella. Y, por supuesto, las aportaciones de Elvis Costello, siempre grande.
paulcrosnier
Bueno esperare y la veré, y si es de Ron Howard mucho mejor, aunque hay alguien del staff de blog de cine ( Caviaro) que no le agradara mucho esta reseña y menos, si este documental viene de la mano de Ron Howard.
cliff_lda
A mi la etapa de los Beatles que me gusta es la que vino después, cuando empezaron a experimentar desde el Rubber Soul, pero como fan de los Beatles lo veré de igual forma.
alpasgui
Un pasatiempo en forma de documental con una gran banda sonora. Ni más ni menos.
Los más fans disfrutarany se sorprenderán poco y los no iniciados en el mundo de los Beatles se entretendrán y alucinarán con la locura que generaban.
La media hora final es un regalo.
amaurysv2
Me encantan, un fenómeno único. Que suerte el que vivió esa época y la de Elvis Presley.