'Ted Lasso' llegó a nuestras vidas como esa serie que no sabíamos que necesitábamos en plena pandemia de coronavirus. No hay nada en su primera temporada a lo que pueda ponerle un pero, ya que es uno de esos casos rarísimos en lo que absolutamente todo encaja y consigue transmitir esa sensación de calidez y bienestar al espectador.
El problema en casos así es que sencillamente parece imposible ir a mejor y lo cierto es que la segunda temporada no lo ha hecho. Son varias las críticas que ha recibido a lo largo de los episodios, sobre todo apuntando hacia una falta de conflicto que motivase las acciones de los personajes. Luego ha quedado claro que simplemente estaban plantando las semillas con calma para ir recogiendo los frutos poco después y despedirse por todo lo alto con un episodio que ejemplifica todo aquello que muchos amamos de 'Ted Lasso'.
Cuidado con los SPOILERS a partir de aquí
El ascenso casi era lo de menos
Lo curioso es que el gran eje del episodio es el mismo que cualquiera podía esperar tras el descenso al final de la primera temporada. Sin embargo, la búsqueda del ascenso es algo sobre lo que no se había incidido demasiado a lo largo de la segunda tanda de episodios, llegando a parecer una imposibilidad tras la racha de empates con la que comenzó la temporada. Aquí importaban más los personajes e ir mostrando poco a poco quiénes son en realidad.
Desde el trauma de Ted con su padre hasta la conflictiva relación de su ayudante con su pareja. La segunda temporada se ha centrado en ir sacando los conflictos a la luz de forma paulatina, encontrando un pequeño bache en un noveno episodio que no dejaba de ser una especie de versión de la estupenda película '¡Jo, qué noche!'. En el último episodio ha sido la hora de conocer de verdad a Nate (Nick Mohammed).
La serie ya nos había dado varias pistas de que Nate no era simplemente una persona tierna que se había sentido en la sombra hasta ahora. Es cierto que sus frustraciones son comprensibles y hasta cierto punto conectan con la propia historia de Ted con su padre, pero si de algo no deberíamos dudar es de las buenas intenciones del personaje interpretado por un sobresaliente Jason Sudeikis. Otra cosa es que al centrarse en solucionar sus problemas personales haya alimentado la frustración de Nate.
La variedad lo es todo

En paralelo, han ido desarrollándose otras tramas, algunas con más acierto (la evolución de la relación entre Roy y Keeley) que otras (el romance de Sam y Rebecca), pero casi siempre dentro de los parámetros que ha ido creando la serie. Ahí ese aparente optimismo casi total de la primera temporada ha dejado más espacio a lo agridulce, a la sensación de que algo nunca terminaba de encajar del todo.
De hecho, todo lo relacionado con el giro definitivo de Nate ha acabado eclipsando ese anhelado ascenso, con ese cliffhanger con el personaje al frente del nuevo equipo del ex de Rebecca como la guinda del pastel. La sensación que queda es que la ya confirmada tercera temporada debería funcionar como gran colofón a todo lo planteado hasta ahora, ¿quizá en la final de algún torneo entre ambos equipos? Parece lo más probable, y también que el West Ham haya aplastado antes en varias ocasiones al AFC Richmond.
Por lo demás, el final de temporada ha vuelto a maniobrar con brillantez ese equilibrio entre provocar la risa del espectador -he de confesar que no esperaba que Edwin Akufo fuese en realidad un egoísta despreciable, ahí me había engañado bien-, tocarnos la fibra sensible -ese momento con Ted descubriendo el "Believe" roto en el vestuario- y dejarnos la misma sensación de satisfacción que a sus personajes -no me gustó demasiado cómo se creó la duda en Dani Rojas en el primer episodio de la temporada, pero el cierre de esa trama ha sido impecable-.
Con ganas de más

Es verdad que, por ejemplo, me hubiese gustado ver algo más a Jamie Tart y su progresiva evolución para dejar de ser un egoísta despreciable, pero esta segunda temporada ha tenido mucha de etapa de intermedia, una especie de transición entre lo que presentó la serie y lo que va a acabar siendo. Eso seguro que ha alimentado la frustración de algunos, pero era necesario para que todo fluyese. Por el camino hubo algún pequeño traspiés, pero nada grave, y además nos quedamos con ganas de más.
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23 comentarios
alpasgui
Los Led Tasso de la vida la odiarán por ser de Apple, por ser una comedia de fútbol o por el típico argumento de "no es para tanto", mientras se vieron el Juego del Calamar y les voló la cabeza.
Pongan un Ted Lasso en vuestras vidas y sed felices. De verdad.
BELIVE!
joferval
Me ha gustado mucho la serie. Sin duda me ha dejado con ganas de más.
No me ha parecido que el artículo haga la pelota a Apple en ningún momento. De echo no debería ser relevante en que plataforma se emite la serie para juzgar si es buena o mala. Y no creo que en el artículo se haya valorado ese aspecto en absoluto.
La serie es una buena comedia a mi parecer y también entiendo que haya gente que piense que no sea tan buena. Por suerte hoy en día hay muchas plataformas y géneros para elegir.
Ojala veamos más temporadas.
pablokanno
Me he visto los dos primeros capítulos de la primera temporada y bueno... Se deja ver, pero tampoco creo que sea para hacerse las pajas que os hacéis.
michaelwhittmann
Espero que el cheque de Apple tuviera varios ceros. Es lo único que justifica el desparpajo en calificar esta comedia de medio pelo como una de las series de la actualidad.
belanner
Yo tengo AppleTV+ (me lo regalaron con la compra del MacBook Air) y la verdad es que la serie aunque es un montón de clichés y situaciones naif al punto de lo ridículo en muchas ocasiones, se deja ver con gusto y te deja con buen sabor.
Yo la recomiendo bastante. Alegra el día y un chute de optimismo no viene mal de vez en cuando.
P.D: eso sí, diría que aunque sea lo más popular, Ted Lasso no es la mejor serie de Apple.
Mr. Corman, por ejemplo, tiene un nivel muchísimo más alto, pero no es para todos los públicos (Fundación no lo sé, aún no la he empezado).
rio63
Lo que estaba esperando. Que terminará la temporada para ponerme a ver la segunda. No me parece que está serie sea ninguna maravilla, pero entretiene y es fácil de ver, lo cual no es poco en estos tiempos.
sashimi
Pues después de una primera temporada que me supo a maravilla y un inicio de la segunda temporada muy a la zaga, tengo que decir que se me está haciendo muy cuesta arriba terminar esta temporada, creo que me queda un episodio.
Lo que me gusta de esta serie es su positivismo, es de esas series que te alegran el día, pero desde la mitad de la segunda temporada creo que están queriendo virar hacia algo que no tiene nada que ver con lo visto en un principio, de hablar de relaciones humanas, hemos pasado a hablar de amoríos, de tener a un Ted positivo y motivador, hemos pasado a un Ted deprimido y que poco a poco ha ido pasando a un segundo plano.
Hemos llegado a un punto que es más importante con quien se acuesta la presi o lo mal que le ha hecho pasar su ex o lo malo que era su padre o lo agobiada que está Keeley con Roy, porque este se ha convertido en lo que ella le pedía, un hombre sin carácter que bese el suelo que ella pisa, que el devenir del equipo.
Pues yo lo siento, pero para ver una versión a la inglesa de “sex in the city”, mejor busco otras alternativas.
camonbar
En mi opinión es la mejor dramedia que hay en estos momentos. Aunque la primera temporada me gustó un poco más, esta segunda también me ha encantado. Yo no tengo Apple tv... tengo emule tv.
tycent1
Yo le quiero poner un poco de positivismo a los comentarios. La primera temporada es muy buena y la vi casi en un solo día, la segunda baja un poco la calidad pero es por las semillas plantadas en la primera temporada (Por ejemplo las crisis de Ted).
Pero aun asi, muy buena serie.
velfegor
chapeau la primera temporada, excelente. Pero, la segunda, no hay forma que me guste. La veo alargada, achicletada, una pena. Eso no exime que la primera es una maravilla