No han sido muchas las películas que he visto durante la 13ª Muestra Syfy de Cine Fantástico que realmente recomendaría. De hecho, sólo hay tres títulos que realmente puedo decir que me gustasen. La primera de ellas es ‘La invitación’ (‘The Invitation’), de la cual podéis leer aquí mi crítica, la siguiente sería ‘Bone Tomahawk’, de la que os hablaré en breve, y la tercera es ‘Absolutamente todo’ (‘Absolutely Anything’).
‘Absolutamente todo’ contaba con el gancho comercial de volver a reunir a los Monty Python, siendo además uno de los últimos trabajos del tristemente fallecido Robin Williams. Sin embargo, quien realmente lleva el peso de la función es un inspirado Simon Pegg, quien consigue que sea mucho más divertida de lo que es sobre el papel. Ojo, se queda lejos de ser una gran comedia, pero sí es un pasatiempo bastante efectivo.
Entretenimiento honesto
Lo primero que conviene dejar claro es que nadie debería esperar encontrarse algo remotamente similar al humor de los Monty Python en ‘Absolutamente todo’ salvo quizá un par de instantes puntuales. Sí, ellos ponen la voz a los alienígenas y Terry Jones se encarga de la dirección y co-escribe el guion junto a Gavin Scott, autor de los libreto de ‘Pequeños guerreros’ (‘Small Soldiers’), pero su estilo cómico es diferente y nunca reniega de ello.
Estamos ante una comedia algo más vulgar que no se preocupa en elaborar nada demasiado. Todo es muy directo y depende del sentido del humor de cada uno que te haga gracia o que su visionado pueda hasta ser una experiencia dolorosa, algo que seguro que les pasará a muchos que no vean en ella otra cosa que el ansiado regreso de uno de los mejores grupos cómicos de todos los tiempos cuando en realidad se asemeja más -y mejora- a ‘Como Dios’ (‘Bruce Almighty’).
La cuestión es que dentro de su estilo, donde incluso hay espacio para un simpático gag centrado literalmente en la caca de un perro, es una propuesta que funciona. Coquetea en todo momento con el ridículo y el aluvión de gags salen un poco de la nada -no esperéis aquí que nada se prepare demasiado, todo va surgiendo-, algo que en este caso tiene cierto sentido teniendo en cuenta las habilidades que consigue el protagonista.
’Absolutamente todo’, cumplidora como lo que es (decepcionante como lo que podría haber sido)
Esta tendencia a lo vulgar podría haber hundido a ‘Absolutamente todo’, pero Simon Pegg vuelve a echar mano de su innegable simpatía para levantar varios gags que sobre el papel serían una tontería y dar más gracia a otros que de por sí probablemente sólo nos sacarían una sonrisa. Obviamente, no consigue que todos funcionen, pero su aportación sí es esencial para que me riera mucho más de lo habitual con una comedia de estas características.
Por lo demás, ‘Absolutamente todo’ es increíblemente previsible y cuenta con algunas tramas que no terminan de funcionar -la chica que siente devoción por un amigo del protagonista-. También carece de cualquier tipo de profundidad y hay alguna solución argumental cuestionable, pero a cambio tiene el ritmo adecuado para que nunca te aburras y sabe crear un plato interesante con los ingredientes que tiene a su disposición.
Al final la clave está en con qué prefiere quedarse uno, si con que ‘Absolutamente todo’ es entretenida y graciosa o con que es una pena que hayan optado por este enfoque teniendo en cuenta el alto nivel de algunos de los implicados. Eso ya depende de cada cual, pero yo me quedo con lo bueno, que, siempre y cuando lleguen al menos a cierto nivel, este tipo de comedias también hacen falta.
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