Un barbero que en venganza aniquila a sus clientes. Una historia de desamor. Canciones. Johnny Depp. Tim Burton. En principio todo era perfecto para asistir a un espectáculo cinematográfico inolvidable. Eso es lo que prometía la nueva unión del tándem formado por ese actor al que no hay papel que se le resista y ese director que pocas veces ha metido la pata (eso sí, cuando lo hizo, lo hizo a conciencia), y cuyas anteriores colaboraciones se saldaron con excelentes y maravillosas películas. Burton no se había dedicado con totalidad a un film de imagen real dentro del género musical, salvo en la magistral 'Charlie y la Fábrica de Chocolate', en la que sorprendió satisfactoriamente con unos números musicales inteligentemente insertados en la trama.
Y 'Sweeney Todd' tiene canciones por doquier. Tiene tantas canciones que apenas hay diálogos. Y eso no es un problema. El problema es que muchas de ellas no alcanzan el nivel esperado, algo que supongo será culpa del musical, obra de Stephen Sondheim y Hugh Wheeler, en el que se basa la película. Además, por primera vez he visto a un Tim Burton que conserva su fuerza visual, totalmente fascinante, pero narrativamente estancado, sin lograr aprovechar todas las bazas disponibles a su alcance.
La historia de 'Sweeney Todd' es tan tópica como llamativa: un hombre que fue encarcelado injustamente, vuelve años después para vengarse de aquellos que le apartaron de su mujer. Para ello abre una barbería en la que cortará algo más que el pelo, mientras el momento de su venganza va llegando entre canción y canción. Es llamativa porque la sola idea de un barbero asesino en manos de Tim Burton es algo a lo que es difícil resistirse. Y tópica porque en el fondo nos cuenta lo de siempre. Evidentemente el envoltorio con el que se nos presenta es lo que la podría hacer más o menos interesante.
Y es precisamente ese envoltorio lo que sobresale por encima de todo lo demás. 'Sweeney Todd' es un film Burton al 100%. Cada encuadre, cada escena, o cada plano, llevan la firma del director, y con ella todos los elementos característicos de su cine: esos colores fuertes, que en ciertos momentos recuerdan a su admirada Hammer; esos personajes solitarios y atormentados; y sobre todo ese tono como de cuento que suele bañar casi todas sus películas. En ese aspecto, la película es para quedarse con la boca abierta. Pero inexplicablemente, Burton no va más allá de lo meramente formal, y el pulso y fuerza de las que hizo gala en otras ocasiones, aquí no aparecen por ningún lado, algo que provoca desconcierto en el espectador, ya que éste reconoce en todo momento que está viendo una película "de" Tim Burton, pero esta vez uno no la siente emocionalmente.
Y es curioso que ocurra esto en un musical, en el cual las canciones deberían hacernos sentir, cosa que no sucede en ningún momento. Muchas de ellas están de relleno, y son algo repetitivas, logrando además frenar por momentos la acción, sobre todo aquellas que son cantadas por un solo intérprete (los duetos son bastante más inspirados). Los actores se entregan con totalidad a su cometido, y a la hora de dar el cante, aprueban con muy buena nota, y hasta en el caso de Helena Bonham Carter podemos decir que realiza una de sus mejores interpretaciones. Por supuesto, la verdadera estrella de la función es don Johnny Depp, quien se pasea por la película con una familiaridad y facilidad pasmosas, fruto de sus colaboraciones con Burton. Aún así, como la mayoría de las canciones carecen de alma, uno nunca termina de conectar con el personaje. Algo que ocurre también con Alan Rickman, quien podría haberse lucido mucho más.
En cuanto a la historia pues lo dicho, falta total de pasión, además de ciertas incongruencias y detalles difíciles de creer (la forma en la que se "llevan" al personaje de Benjamin Barker, y que es la razón de todo el odio que este personaje siente). Por no hablar de la historia de amor de dos personajes secundarios (enfrentada argumentalmente a la trágica del protagonista), que no sólo es ñoña, sino que entre ellos dos existe el mismo feeling que hay entre un zapato y un extintor, y que para colmo, nos aparta considerablemente de lo que verdaderamente interesa, a pesar de la relativa importancia de uno de los dos personajes, lo cual nunca termina de tener la relevancia sugerida.
Afortunadamente, y para paliar el aburrimiento que hace acto de presencia en más de una ocasión, Burton se rebela con algunas escenas realmente gores, en las que no escatima en litros y litros de sangre. Una sangre que a pesar de su cantidad, es presentada como si de un cómic se tratase, decisión bastante arriesgada por otro lado (y lógica si tenemos en cuenta que de haberla presentado más real, hubieran tenido serios problemas con la censura). No obstante, los momentos de navaja, por así decirlo, son de lo mejor de la cinta. Una cinta en definitiva, decepcionante. Se esperaba mucho más de Burton y su actor fetiche. Ha cosechado importantes Globos de Oro, aunque en las nominaciones a los Oscar, ha tenido que verse relegada a una simple nominación entre las consideradas de primera fila, la de actor principal, probablemente merecida, aunque dudo que se lo den. 'Sweeney Todd' era uno de los títulos más esperados de este 2008, que de momento no está empezando como para que tiremos cohetes. Se pasa más o menos el rato con ella, pero una vez terminada de ver, comienza a olvidarse rápidamente.
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