Series como 'Seinfeld', 'Friends' o 'The Office' son mencionadas a menudo cuando se hablan de las mejores comedias televisivas de todos los tiempos. Cada cual tiene su favorita, pero a estas alturas la gran mayoría de posibles interesados en ellas ya las habrán visto, por lo que no queda otra que volver a verlas, que para nada es una mala opción, o buscar otras que quizá no lleguen a esos niveles pero sí que se acerquen.
Hoy he querido aprovechar la llegada de las cinco primeras temporadas -son seis en total- de 'Superstore' a Netflix, las cuales también podéis ver en Amazon, para hablaros de la mejor heredera de 'The Office' y, aunque en un nivel menor, de 'Parks and Recreation', y probablemente la mejor sitcom reciente que no hayáis visto todavía. A fin de cuentas, se estrenó cuando empezaba a haber ya demasiadas series, su distribución en España no ha sido precisamente ejemplar y todavía no ha sido reivindicada como se merece.
Los puntos en común
Creada por Spitzer, quien previamente había trabajado durante siete años en 'The Office', 'Superstore' cuenta la historia de los trabajadores de una sucursal de la cadena ficticia de grandes almacenes Cloud 9. Eso da pie a que haya una extensa galería de personajes como en la adaptación americana de la serie de Ricky Gervais liderada por Steve Carell, pero que siempre haya una oportunidad para que cualquiera de ellos brille aquí o allá, incluso cuando previamente llevan varios capítulos apareciendo de fondo o incluso desaparecidos.
Obviamente, hay otros que tienen más peso en la trama, siendo ahí donde es fácil reconocer varios arquetipos similares a los 'The Office'. Ojo, similares, no vais a tener exactamente lo mismo, pero sí que hay un jefe peculiar que puede parecer un incompetente pero en realidad es muy válido, una empleada demasiado motivada con métodos discutibles o la tensión sexual no resuelta entre dos trabajadores que, naturalmente, va ganando presencia a medida que avanzan las temporadas.
A partir de ahí se construye una serie en la que el día a día en el supermercado se convierte en el gran hilo conductor del mismo modo que lo era la oficina de Scranton en 'The Office'. ¿Qué es exactamente entonces lo que ofrece 'Superstore' para ser algo más que una especie de sucedáneo pero en otro escenario?
Lo primero es una cuestión de estilo, ya que 'Superstore' no es un mockumentary, optándose por un enfoque más en la línea de una sitcom al uso. Sí que hay pequeñas escenas aquí o allá que quizá no buscan potenciar el espíritu documental desde lo visual, pero sí que sirven para destacar los disparates que algunos clientes pueden cometer en lugares así, ofreciendo así un retrato más certero de lo que sería la vida trabajando en un establecimiento así y de paso provocar como mínimo una sonrisa en el rostro del espectador.
Además, 'Superstore' opta por un tono más amable y accesible. Aquí no se busca resaltar las situaciones incómodas, e incluso los temas más espinosos, desde las dificultades para crear un sindicato hasta los problemas con inmigración de unos de los trabajadores -tratar la deportación en una comedia de estas características y salir airosa tiene mucho mérito-, se abordan sin caer nunca en el exceso. Ahí está todo más integrado y se busca tanto la complicidad entre los personajes como de ellos con el espectador, recordando más a 'Parks and Recreation' en ese aspecto.
Funciona desde el principio
Aquí también una mayor tendencia al mimo a todos los niveles, sin que ello suponga sacrificar por completo la existencia de algunos momentos más dramáticos -sorprende la naturalidad con la que aborda temas que en otras series así brillarían por su ausencia-, pero buscando siempre que todo fluya, y lo realmente milagroso es que es algo que ya consiguen en sus primeros episodios. En 'Superstore' no hay peaje a pagar para que la serie entienda los puntos fuertes de sus personajes, los potencie y así todo encaje para que disfrutemos con ella en todo momento.
Eso lleva a que la serie sea lo más parecido que recuerde que haya visto durante los últimos años a un lugar feliz, ese concepto que he de confesar que me despierta cierta antipatía por la carga acrítica que conlleva. La clave es que aquí, incluso cuando parece que puede acabar repitiéndose o acomodarse, se encuentra algo para que la serie siga creciendo en lo argumental por las ramificaciones de lo que sucede tiene para sus protagonistas.
Ojo, hay varias fases de la serie que encuentra esos momentos de comodidad narrativa en los que confía mucho en el aprecio que tengamos hacia sus personajes, pero lo hace sin caer en la mera repetición, ya que la gran diversidad de su reparto se maneja bastante bien en los guiones y va mucho más allá de lo meramente anecdótico. Ese es otro de sus rasgos distintivos, surge con naturalidad y nunca se sacrifica su lado más cómico por ello.
Lo que termina de coronar a la serie es su reparto. Confieso que el único motivo por el que me decidí a darle una oportunidad para llenar ese hueco de series que ver con tu pareja en esos momentos en los que no tienes mucho tiempo fue la presencia de America Ferrera y ella no decepciona para nada. Pero es que todos están muy bien en sus personajes, encontrándose además rápidamente ese punto de equilibrio para que sus diferencias los distingan en lo individual pero dando con la tecla para que uno entienda que la relación entre ellos vaya más allá de ser esas personas con las que compartes lugar de trabajo.
En resumidas cuentas
Dicho todo esto, no creo que 'Superstore' llegue a ser una comedia hilarante. Quien busque algo para partirse literalmente de risa, será mejor que siga buscando, pero aquellos que quieran una serie divertida, con buenos personajes, sin altibajos y que desde el primer momento sepa lo que quiere y cómo conseguirlo, que no duden en darle una oportunidad. Dudo mucho que acaben decepcionados.
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