Me apetecía hacer un paréntesis tras varias críticas de cine clásico y pensé que este título era uno muy apropiado para ello. 'Supersalidos' se estrenó en España el pasado viernes 19 de octubre, precedida de una estupenda (o sea, pesada) campaña publicitaria que, por ejemplo, consiguió que en Granada fuese muy difícil no encontrarse con un cartel de la película (doy fe). Un cartel adornado con letreros a cual más molesto, desde "la película de la que todo el mundo habla" (¿perdón, antes de estrenarse?) a "es la American Pie de la nueva generación" (¡pero si sólo han pasado 8 años!). En fin, habiendo visto el flojo trailer hace tiempo y conociendo la opinión de mi colega Beatriz, me senté hace unos días a ver esta cosa tan famosa y supuestamente hilarante. Si me diera por poner notas a las películas que veo, cosa que no hago jamás por nada del mundo, le daría un 5 raspado.
'Supersalidos' ('Superbad' en el original) se centra en tres personajes, Evan, Seth y Fogell. A los dos primeros les une una gran amistad, pero el final del instituto supondrá que a partir del próximo curso vivirán en ciudades diferentes; de hecho, Evan vivirá con Fogell, aunque no se lo han contado a Seth. Éste anda muy preocupado porque se acerca una enorme fiesta de fin de curso y tiene que conseguir bebidas, cosa que ha prometido a las chicas que los invitaron. El problema es que no tienen edad legal para comprarlo... cosa que puede resolver Fogell y su carnet falso, donde ahora dice que se llama McLovin. La noche será movidita.
Vayan por delante dos aclaraciones que me parecen necesarias. La primera, como es obvio, 'Supersalidos' me hizo reír; pocas veces, pero a carcajadas. La segunda, la película, en su conjunto, está muy por debajo de lo que podría considerarse un buen producto; apenas tiene historia y la mayoría de los personajes son monigotes que sobran. ¿La recomendaría? Pues me pasa como con 'Matrimonio Compulsivo', sí y no, depende de a quién le tenga que contestar; y aun así es complicado acertar, porque en estos productos juega mucho lo subjetivo y el momento del visionado. A los que les va el rollo "humor grueso", desde luego; como mínimo, te puede pasar como a mí y te reirás en varias ocasiones (cosa que yo agradezco siempre). A los que no se les puede sacar de Lubitsch o Capra, pues, definitivamente, os aconsejo que hagáis lo que estáis haciendo, pasar olímpicamente de este título.
He estado a punto de cambiar el título de esta crítica por el de "tres personajes desternillantes". Lo cierto es que para aplaudir a Jonah Hill, Michael Cera y Christopher Mintz-Plasse, están divertidísimos casi todo el tiempo, a pesar de los bajones de ritmo de un guión pobre y una dirección aún más pobre. Personalmente, me quedo con la reacción de Evan con el móvil, la mancha misteriosa del pantalón de Seth, y la historia del pasillo y el tanga que cuenta McLovin. Lo cierto es que me encantaría tenerlos como colegas y me pilló de improviso un punto de nostalgia viendo la película. Ni de coña puede compararse a lo que se ve en el film, exagerado para que provoque la risa. Pero las fiestecillas de instituto (y más allá) que viví con algunos de mis colegas me vinieron a la mente en la sala de cine como destellos fugaces. Me acordé por supuesto de todo tipo de historias sexuales confesadas, disfrazadas y relatadas entre copas, de aquella vez que nos dio por cantar sobre un muro (a nuestras espaldas, un acantilado) o cuando nos pusimos a ensayar lucha libre en plena calle, momentos donde el alcohol era imprescindible y la esperanza de conquistar jovencitas era algo que ganaba y perdía importancia dependiendo de la hora y de lo que quedara en la botella. Especialmente me apenó que mi mejor amigo no estuviera sentado a mi lado. De hecho, no me cabe ninguna duda de que 'Supersalidos' se disfruta más en compañía, por eso de las risas contagiosas y poder luego, al salir, comentar los chistes más divertidos.
He hablado antes de subjetividad, de publicidad, del momento en que se ve la película, de verla en compañía, de borracheras, de nostalgia... creo que con todo esto queda de relieve algo esencial: si vemos 'Supersalidos' como vemos cualquier otra, probablemente, no nos guste en absoluto, porque veríamos todos los puntos flacos que tiene. La comedia de Greg Mottola necesita, como insuficiente producto que es, la buena voluntad del espectador, de uno que no sea muy mayor y disfrute del humor facilón, grueso y nada elaborado. Porque el guión del film no es que tenga lagunas, es que es una gran laguna salpicado de destellos (muy) graciosos; claro, de tantos que intenta, algunos, es normal, funcionan. Dejando a un lado la historia, que simplemente no hay por donde cogerla (tres amigos quieren comprar alcohol para ver si luego unas chicas les agradecen el gesto), hay personajes que sobran, que están de más desde un segundo después de verlos, agotando al espectador, entorpeciendo la narración con actuaciones ridículas y chistes sin gracia. Me refiero, por ejemplo, a los policías, increíblemente estúpidos y cansinos. Con que salieran un momento y soltaran una bromita ya habría bastado. Pero claro, uno de ellos lo interpreta Seth Rogen, y a éste hay que dejarle que haga el tonto el tiempo que le dé la gana.
En definitiva, estamos ante una película que ha triunfado por saber aprovechado a la perfección el momento de su estreno; muy probablemente, dentro de unos años, muy poquitos se acordarán de 'Supersalidos'. La velocidad con la que se cambia de ídolos y de referentes es cada vez mayor. Pronto saldrá otra comedia más acorde con los chavales que llenan las salas de cine y dirán que es "la nueva Supersalidos". Es así. Por eso los clásicos, tan olvidados hoy, se catalogan así, porque el paso del tiempo no les afecta, magistrales y de efecto permanente. Dudo mucho que en el futuro pueda acordarme de los chistes de los tres supersalidos, pero seguro que recordaré perfectamente el saludo de Hitler a sí mismo, la dificultad de saber si te estás reflejando, la complicada venta de refresco en Alemania o cómo se debe matar una araña.