Incluso el que no haya visto nunca un capítulo de la serie 'Superagente 86', sabe por cultura general que sus créditos consisten en el protagonista pasando por un sinfín de puertas, y su forma de comunicarse es con un zapato provisto de un teléfono: el zapatófono, claro. Es una serie emblema, fruto de la mente de Mel Brooks, que contaba con una interpretación entregada de Don Adams como el agente Maxwell Smart (alter-ego paródico de James Bond) y unos diálogos repletos de humor (al puro estilo de Brooks) que desmenuzaban la inverosimilitud de un agente secreto tan brillante como el propuesto por Ian Fleming. Que en pura Era de los Remakes esta serie televisiva también fuera pasto de los productores era lo más normal del mundo, y que Peter Segal fuera el encargado de dirigir su adaptación, anunciaba una catástrofe.
'Superagente 86', la película, está protagonizada por Steve Carell como Maxwell Smart, Anne Hathaway como la hermosa Agente 99, Dwayne Johnson 'The Rock' como Agente 23 y Alan Arkin como el jefe. Steve Carell es uno de los mejores cómicos del momento. Es un tipo que no necesita vestir sus actuaciones con muecas e histrionismo puro para ofrecer interpretaciones inspiradas. Su parecido físico con Don Adams es también otro motivo para pensar en el acierto de contratarle. Lamentablemente, él no lo es todo, y si su esforzada aportación no se acompaña de un guión decente, por mucho empeño que le ponga Carell al asunto, no encontramos un producto digno.
La historia es de lo más simple: las típicas agencias enfrentadas, CONTROL y KAOS, una del imperio occidental y otra pseudo-terrorista y pro-soviética (o sabe Dios qué), y para que haya película, KAOS pretende aniquilar la ciudad de Los Ángeles aprovechando que el presidente de EEUU (James Caan) está por allí. La trama, si es que la hay entre tanta confusión, empieza bastante bien, y en cuanto a la primera media hora, se logra el objetivo sugerido: homenajear a la serie de una forma lúcida y fresca. 'Superagente 86' no era una serie de acción, sino de diálogos, de personajes. Pero tras la primera hora, aquí hay mucha más acción, rodada por cierto de una forma un tanto ranqueante por Peter Segal, y eso sacrifica algunos de los puntos fuertes de los que presumía la serie. Por ejemplo: la Agente 99, que interpretaba de forma memorable Barbara Feldon, es encarnada por Anne Hathaway como una mujer florero del tres al cuarto, y uno de los primeros defectos palpables del film. Sale Alan Arkin, que siempre es una garantía, también Terence Stamp, James Caan y Ken Davitian (conocido por ser el gordo de 'Borat' y el Jerjes de 'Casi 300', por lo visto hace gracia). Pero ninguno se lo toma en serio. Ni falta que hacía. De 'The Rock' ni hablemos, aunque hay que reconocer que tiene un papel que no pone demasiado en evidentes sus grandes limitaciones interpretativas. Para no perderse, con todo, el cameo de Bill Murray en una de las escenas mejor llevadas de la película.
A partir de la primera media hora, donde uno va evaluando si las expectativas iniciales (respecto de la serie) se están cumpliendo, es sorprendente que la película empiece a aburrir. Muchos chistes, la mayoría verdes, y pocos buenos. O al menos, pocos originales. El intento de actualización que se imprime a la serie naufraga por todos lados. La película parodia al James Bond de Pierce Brosnan, a Jason Bourne, a 'La Trampa', a 'Misión Imposible' y al cine de acción actual. Pero se queda muy a medias. Los ingeniosos sketchs (porque en muchas ocasiones de eso se trata esta película, de sketchs colocados de una forma conexa y lineal) se desvanecen en una amalgama de torpezas, que hacen recordar más a la saga 'Scary Movie' (y sus sucedáneos) que a una parodia inteligente como era la serie a la que homenajea. La hora y tres cuartos que dura este remake se hacen cansinas con la mayor naturalidad. Muchas escenas de acción, como digo, sí, pero una trama que hace tiempo que se perdió, y un desarrollo que se parece de un modo asombroso a otra parodia fallida de agentes secretos: 'Johnny English'. Además, las escenas del romance entre Max y la agente 99 son insufribles, asombrosamente pueriles. Madre mía, son ganas de amargarle la vejez a Mel Brooks.
'Superagente 86' es un bluff, que por momentos sirve para pasar el rato, pero que al final es un peñazo no muy fácil de soportar. Confiaba en que respetasen el espíritu de la serie, pero ya me he hartado de explicar que la serie original les importaba más bien poco, y lo único que han hecho es reciclar los personajes. Un intento frustrante de homenaje, con el que ningún seguidor de la serie se sentirá satisfecho, y sólo apto para un público deseoso de ocio fácil en verano y sin muchas exigencias. Un remake que desconcierta por su absoluta falta de trascendencia, y otra oportunidad desperdiciada para hacer una película decente por su material original, bien dirigida, bien desarrollada, mejor interpretada, más inteligente... y por Dios, más entretenida y más graciosa.
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- 'Superagente 86', trailer y póster en español