‘Sunshine Cleaning’ (id, 2008, Christine Jeffs) es una de esas películas que nos llegan con retraso, una de esas pequeñas películas que encuentran su hueco en plena época veraniega cuando un montón de blockbusters invaden las salas arrasando con los estrenos menos importantes, al menos desde una perspectiva monetaria, esto es, esta película no va a recaudar un duro y menos aún cuando tiene que competir con productos como ‘Toy Story 3’, la película estrella de la taquilla hasta que lleguen M. Night Shyamalan y Christopher Nolan el próximo 6 de agosto. Sigo sin entender como se siguen realizando este tipo de retrasos en el estreno de películas que además de llegar tarde después son distribuidas penosamente. No tiene sentido en estos tiempos jugar con el éxito o fracaso de un film al menos en ciertos mercados.
La película nace a la sombra de ‘Pequeña Miss Sunshine’ (‘Little Miss Sunshine’, 2006, Jonathan Dayton & Valerie Faris), una cinta salida de la fábrica hollywoodiense pero que obtiene un gran prestigio dentro de los circuitos independientes alzándose con algún premio importante. Comparten no sólo la palabra Sunshine en su título, sino también productores y un mismo actor, Alan Arkin, excelente secundario que ganó una estatuilla por el film mencionado. Además hay cierta similitudes argumentales que convierten a ‘Sunshine Cleaning’ en una especie de hermana pequeña de ‘Pequeña Miss Sunshine’, aunque para el que esto suscribe ambos films están al mismo nivel. No, con esto no estoy diciendo que el trabajo de Jeffs sea excelente.
No deja de tener su gracia que, a pesar del retraso con el que nos llega la película, ésta verse en parte sobre las desgracias económicas de los distintos componentes de una familia, y que deban agarrase, para poder subsistir, a un trabajo cuanto menos algo desagradable. En estos tiempos en los que la crisis azota lo suyo, la película hasta puede servir de inspiración a gente con dificultades económicas como los propios personajes del film. Rose es una madre soltera que se dedica a limpiar casas, tiene serios problemas económicos para pagar la educación de su incomprendido hijo al que siempre echan de las escuelas, y para colmo está liada con un policía casado que nunca dejará a su mujer. Tiene una hermana, Norah, incapaz de hacer las cosas bien además de estar obsesionada con la muerte de su madre. El padre de ambas, Joe, es un hombre que se gana la vida como puede. Una familiar muy peculiar cuya vida tomará un giro imprevisto cuando Rose se decida a abrir un negocio propio y al parecer muy lucrativo: limpiar los escenarios de crímenes.
Uno de los mejores puntos de ‘Sunshine Cleaning’ es el retrato de la América que hace, lejos de familias ricas con grandes casas, coche lujosos y trabajos extraordinarios, y cuyos problemas se reducen a que uno de los hijos quiere cambiar tal Universidad por otra, o que el padre tiene una aventura con su secretaria. Aquí hablamos de gente normal y corriente con la que la mayoría se identifica. Rose es una chica de pasado cool para sus compañera del colegio, todas ellas bien asentadas en la vida. El hecho de querer ser alguien con cierta importancia y el estar liada con un hombre casado —una relación sin futuro— le hace plantearse su existencia y la de los suyos. Pronto entenderá que el valor de la familia, de comprender a los de su propia sangre y aceptarles tal y como son, lo es todo, mucho más que el tener un estatus o una sustanciosa cuenta bancaria.
Pero ‘Sunshine Cleaning’ parece no querer llegar hasta sus últimas consecuencias, la mayor parte es un film demasiado bien intencionado y desaprovecha muchas de las premisas planteadas. El personaje central es sobre el que recae el peso de toda la función y cuando la película habla de los demás secundarios se deja en el tintero temas interesantes. Baste citar todo lo que ocurre con el hijo de Rose y la relación con su abuelo, o la relación de Norah con una lesbiana que se dedica a extraer sangre. El film pasa por encima por todo ello volviendo a Rose y sus problemas. La puesta en escena de Christine Jeffs no se aparta demasiado de la de cualquier telefilm; al menos no sirve una película con un buen ritmo y en la que el aburrimiento nunca hace acto de presencia.
Es muy probable que sus estupendo reparto ayude lo suyo a soportar un film que podría haber sido mucho mejor de lo que es. Amy Adams demuestra que es una de las mejores actrices de su generación, aún a falta de un papel que le conceda el merecido estrellato, o cómo no, aquel por el que algún día le den un Oscar. La siempre impresionante Emily Blunt, otra actriz merecedora de mejor suerte, rejuvenece para nuestra fortuna dando vida a una mujer despreocupada, incapaz de ser responsable y con un gran miedo en su vida. El tercero en discordia es Alan Arkin, que da el punto de veteranía al film, con un personaje que no aparta lo más mínimo del realizado para ‘Pequeña Miss Sunshine’, es más, por momentos hasta parece el mismo. También pululan por el film Steve Zahn, al que se le agradece no hacer muecas, Jason Spevack, que sorprende por su naturalidad, y Mary Lynn Rajskub —la entrañable Chloe en ‘24‘— cuyo interesante personaje es incomprensiblemente descuidado.
‘Sunshine Cleaning’ es, en definitiva, una de esas películas que durante su visionado uno se entretiene, y tras él se va olvidando sin que deje un mal poso en nuestro recuerdo, pero tampoco bueno.