Desde que cautivase a todo el mundo hace unos meses con su hermosamente desalentador 'The Fall', Jonathan Glazer repite la jugada de su cortometraje con una nueva provocación titulada 'Strasbourg 1518', otro trabajo de precisión con un montaje espectacular que demuestra que el director de 'Under the Skin' sigue en plena forma.
Bailando con el diablo
Si el año pasado fue Paul Thomas Anderson quien se atrevió a probar suerte en el musical con su delicioso 'Anima', este año ha sido Jonathan Glazer, un tipo que en realidad nunca ha dejado de estar ligado al videoclip, quien agarre el toro por los cuernos con un estiloso y angustiante trabajo conceptual cuyo título nos lleva a la plaga de danza del siglo XVI.
En 1518, una extraña epidemia golpeó Estrasburgo. No era la peste. Tampoco el cólera. Era una epidemia de... baile. Una plaga de danza. A mediados del mes de julio de aquel año, las personas gesticulaban sin poder detenerse, histriónicos, hasta el agotamiento. El baile era contagioso, "infectó" a cientos de personas, según algunas fuertes. Agotados por estos movimientos interminables, se dice que varios de ellos habrían llegado incluso a la muerte. No se sabe exactamente qué pudo haber causado esta extraña enfermedad, pero la hipótesis de una intoxicación alimentaria es la más probable si tenemos en cuenta que una harina en mal estado, sobre todo entonces podía llegar a tener tanto poder psicotrópico como el LSD.
A pesar de que este enigmático episodio ya había sido llevado a las tablas con anterioridad, como en la reciente versión coreografiada y musicalizada por Lucy Marinkovich y Lucien Johnson, era necesario trasladarlo a estos días de confinamiento a través de ritmos machacones y la angustia vital made in 2020 que está haciendo mella en todos y cada uno de los aspectos de nuestra sociedad. Especialmente sangrante está siendo el caso de la cultura. Otro detalle más que dota de un valor extra al trabajo de Glazer.
Danzad, danzad, malditos
Esta danza feroz diseñada por Glazer cuenta con colaboradores de renombre como Darius Khondji, encargado de la fotografía o Mica Levi, de nuevo en la música que acompaña a las imágenes. Levi, por cierto, debutaba en las bandas sonoras de la mano del director con 'Under the Skin' en 2013, y desde entonces no ha dejado de ofrecer su particular sonido en películas tan dispares y personales como 'Jackie', de Pablo Larraín, 'Marjorie Prime' de Michael Almereyda o 'Monos', la película de Alejandro Landes.
En medio de una pandemia, Glazer respondía afirmativamente a la comisión de la organización artística Artangel y la compañía de danza Sadler's Wells ofreciendo un cortometraje sobre la ya (más) famosa epidemia a través de un cortometraje que acaba de estrenar BBC 2 y que logra lo que solo podía imaginar, por poner un ejemplo, el 'Clímax' de Gaspar Noé. Y es que Glazer, en un trabajo siete veces más corto, logra con plasmar con total detalle la posesión maníaca del baile.
Austero, minimalista y opresivo, con esos bailarines encerrados en cuatro paredes con apenas nada más que un viejo barreño lleno de agua como atrezzo (ya sabes, siglo XVI), 'Strasbourg 1518' deja en al espectador tan agotado como si hubiera sido infectado por la danza. A eso ayuda la extraordinaria labor de montaje de Paul Watts, que consigue hacernos llegar a un final de locura con unos ingredientes tan básicos como los que forman este atractivo entremés.
Este baile colectivo de la locura no podría infectar las calles ahora mismo, prácticamente desiertas (o al menos así deberían seguir una temporada), pero tampoco es descabellado pensar que esa paranoia ya forme parte de nuestro día a día y que un día de esos reviente en una danza privada en nuestro cuarto. Tras el estrés post traumático global que vamos a dejar que forme parte de nuestro ADN desde ahora, todo es posible.
Ver 'Strasbourg 1518' (vía VPN)
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