El pasado 14 de agosto llegó a los cines norteamericanos ‘Straight Outta Compton’, un biopic de la banda de rap N.W.A. que arrasó en taquilla, pues solamente en Estados Unidos ha recaudado más de 160 millones de dólares cuando su presupuesto fue de apenas 28. Menos suerte ha tenido en el resto del mundo y ya veremos cuál es la respuesta del público español, pues es este próximo viernes 13 de noviembre cuando al fin se estrena en nuestro país.
Por mi parte, no me cuesta reconocer que era una película por la que tenía muy poco interés, ya que la historia que contaba no me resultaba atractiva y el hecho de que su duración se disparase hasta casi las dos horas y media tampoco ayudaba demasiado. Por suerte, la realidad ha sido muy diferente, ya que ‘Straight Outta Compton’ es entretenida, visceral y convincente por mucho que las líneas maestras de su historia no se desvíen demasiado de las de otros biopics.
’Straight Outta Compton’, una grata sorpresa
Son muchas las veces que nos han contado cómo alguien llegaba a lo más alto para que luego ciertas complicaciones que surgían por el camino provocaban que todo se fuera al traste. El guión de ‘Straight Outta Compton’ firmado por Jonathan Herman y Andrea Berloff no se desvía de ello, pero en este caso hay demasiados matices como para reducir la película únicamente al auge y la caída de N.W.A.
Es cierto que los excesos está ahí, también las envidias, los problemas de ego y las peleas por motivos monetarios que en el fondo no fueron culpa de ninguno de ellos –el propio tramo final de la película incide en ello-, pero también hay un marcado interés en mostrar como la realidad de la época, que guarda más paralelismos de lo que nos gustaría con la actualidad –la brutalidad policial contra los negros por el mero hecho de ser sigue siendo algo demasiado habitual en Estados Unidos-, influyó tanto en su música como en la personalidad de todos ellos.
Sin embargo, no esperéis que ‘Straight Outta Compton’ profundice demasiado en todo ello, ya que funciona principalmente como un catalizador para que la historia avance y que el ritmo nunca decaiga, siendo esto último una de las claves para que su abultado metraje se pase volando. Lo otro también podría haber sido muy interesante, pero no estamos ante ese tipo de película, sino ante un relato más visceral y, no lo neguemos, algo superficial que encaja bien dentro de la apuesta realizada por F. Gary Gray en la puesta en escena.
De hecho, el trabajo de dirección Gray aporta una fuerza y un dinamismo imprescindibles para encarrilar mejor el libreto de Herman y Berloff. Además, sabe adaptarse a lo que requiere cada situación, siendo probablemente las escenas más movidas donde mejor exhibe su experiencia en el cine de acción, al que volverá en breve de la mano de Vin Diesel –esperemos que para hacer algo mejor que el lamentable desastre protagonizado recientemente por el actor-, pero también demostrando un gran control en todo momento por mucho que nunca nos sorprenda con algo especialmente revolucionario.
Una visión interesante de N.W.A.
No obstante, sería un error dejar de lado el buen hacer de un reparto plagado de nombres que, con la excepción de un muy efectivo Paul Giamatti, van desde poco conocidos hasta directamente debutantes como en el caso de un notable O’Shea Jackson Jr. metiéndose en la piel de Ice Cube -su padre en la vida real, algo que sin duda ayudó lo suyo a que fuera el elegido-, ya que todos ellos cumplen con creces su cometido y ayudan a mantener ese toque de –relativo- realismo que tan bien le sienta a ‘Straight Outta Compton’.
La suma de todo lo expuesto en los anteriores párrafos ayuda a que la película sea un cóctel muy convincente que incluso logra integrar con inesperada eficacia los –no pocos- tópicos en los que suelen caer este tipo de propuestas y que siguen siendo necesarios para dar toda la intensidad dramática a ‘Straight Outta Compton’. Además, lo hace transmitiendo en todo momento una sensación de honestidad que predispone más al espectador a aceptar lo que sucede en pantalla y de paso a implicarse en los vaivenes emocionales de sus protagonistas y en su lucha constante por superar las limitaciones con las que van topándose por el camino.
Es verdad que hay ocasiones en las que parece que ‘Straight Outta Compton’ roza el convertirse en una especie de grandes éxitos de los momentos más destacados en la historia de N.W.A. y que en alguno de ellos me hubiera gustado que entrasen algo más –la rivalidad que surge entre Ice Cube y el resto de N.W.A. tras abandonar el primero la banda-, pero al final ofrece una visión satisfactoria del grupo en general y de Eazy-E, Ice Cube y Dr. Dre en particular. El resto de integrantes quedan bastante en segundo plano, pero viendo la película tampoco tengo la necesidad de saber más sobre ellos.
En definitiva, ‘Straight Outta Compton’ no es una obra que vaya a cambiarte la vida, pero sí es un acercamiento muy entretenido y con fuerza a N.W.A., una banda que quizá no coincida con vuestros gustos musicales, pero cuya importancia es innegable. Hay tópicos y peca de superficial en algunos puntos, pero eso es algo que ella misma asume e integra bastante bien. Os recomendaría antes el otro estreno de mañana del que ya os hablé porque es una de las mejores películas de lo que llevamos de 2015, pero la que ahora nos ocupa también es una buena opción si queréis ir al cine este fin de semana.
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