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'Stoned', sexo, drogas y rock and roll

Brian Jones fue fundador de un grupito llamado Rolling Stones, que me imagino conoceis todos. Jones tuvo una vida muy acelerada debido al poder que otorga la fama. Cometió excesos tanto con las drogas, como con el alcohol, como con las mujeres. Apareció muerto en la piscina de su casa. Unos piensan que fue un accidente, otros sospechan que tal vez alguien fue el responsable de su muerte. Para muchos era un genio, para otros tantos un completo gilipollas. La película se decanta muy claramente sobre los motivos de su muerte.

El film narra los tres últimos meses de la vida de Jones, cuando fue expulsado de los Rolling Stones debido a que era un completo vago y prácticamente no tenía control sobre sí mismo. Leves pinceladas de años anteriores en los inicios del grupo adornan este extraño y curioso biopic sobre alguien que fue parte importante en el mítico grupo. Tras su muerte muchos pensaban que el grupo no duraría mucho más. Ya han pasado casi 40 años y estos tíos siguen llenando estadios.

Stephen Woolley, hasta ahora productor de la mayoría de las películas dirigidas por Neil Jordan, por no decir todas, se estrena en la dirección de largometrajes con este film. Y lo cierto es que hay algunas similitudes entre la puesta en escena de Woolley y la de Jordan. Por lo que se ve no era el típico productor que sólo pone el dinero, por lo que se ve, aprendió mirando a Jordan.Y se nota. Woolley destaca por su dinamismo a la hora de narrar, realizando un film enormemente entretenido y muy llevadero, con algunos aciertos visuales realmente interesantes. Me refiero a ciertos flashbacks y momentos de videoclip, por así decirlo, que perfectamente compaginados con una cuidada selección musical, constituyen lo mejor de la película. Sin desvelar nada citaré dos momentos concretos: el incio, realmente extraordinario, y el momento de la foto. Dos escenas ejemplarmente filmadas, y que en manos de su director se convierten en algo realmente exquisito y de muy buen gusto, incluso poético. Pocas veces el utilizar estilo de videoclip ha dado tan buenos resultados, y en este caso es porque aporta algo a la historia, más allá de su vestimenta visual.

Leo Gregoy en el papel de Brian Jones está francamente bien, realizando una perfecta carcterización de dicho personaje, capaz de resultar adorable en muy pocos momentos, y odioso y repugnante en la mayoría. El actor se desinhibe totalmente y ofrece todo un reciltal, siendo el centro total, lógicamente, de la película. Le acompañan muy de cerca Paddy Considine, un actor que a mí no me suele gutar mucho, y de hecho su personaje no está tan bien dibujado como el principal, y eso que es una parte fundamental en la historia, aunque por momentos no se sabe muy bien qué pinta. También sale David Morrisey, actor al que parece que le vale cualquier papel.

Por cierto, para ser una película en la que las escenas de sexo abundan, son los hombres quienes hacen desnudos integrales, y no las mujeres (aunque alguna hay). Con esto no pretendo hacer el típico comentario sexista, pero es algo que me parece bien. No se cortan en ese aspecto, y nadie ha puesto el grito en el Cielo. Puede que porque dichas escenas a pesar de que abusan de desnudos no muestran "actividades depravadoras que manchan el alma". Han sido inteligentes en ese aspecto.

Por otro lado, el film adolece de ser un poco confuso en las motivaciones de algunos de los personajes, sobre todo uno de los principales. Y parece terminado un poco atropelladamente, no demasiado pero lo suficiente como para dejar en el espectador una sensación de vacío y preguntándose ¿ya está?

Un film correcto lleno de buena música, y que tal vez decepcione a los fans de los Rolling Stones, ya que tanto Mick Jagger como Keith Richards son dibujados muy por encima dando una imagen al parecer un poco equivocada, tal y cómo me comentaba un amigo experto en estos temas. Pero ésa no es la intención de la película, ya que no se centra en ellos, sino en la figura de Brian Jones. Por cierto ¿qué hubiera sido de él de continuar con vida?

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