-A veces me pregunto qué nos empuja a tener hijos. Y la conclusión a la que he llegado es que queremos que alguien lo haga bien, esta vez. Evelyn (Nicole Kidman)
Solo era cuestión de tiempo que un cineasta como Park Chan-wook, que lo ha logrado todo en su país de origen, acabara probando suerte en la industria norteamericana. No por necesidad sino como un paso lógico en su carrera, la conquista del oeste, de un público más amplio. Se da la circunstancia de que este mismo año otros dos directores surcoreanos también han realizado sus primeros trabajos en inglés; en enero pudimos ver 'El último desafío' ('The Last Stand', 2013) de Kim Jee-woon y más adelante nos llegará 'Snowpiercer' (2013) de Bong Joon-ho, una ambiciosa producción internacional en la que ha colaborado Park.
Casualidad o no, es una buena noticia que estos autores amplíen horizontes y aporten miradas frescas a un mercado tan saturado de fórmulas, franquicias y reciclajes. Precisamente --y aquí va otra coincidencia--, este año también se estrena una nueva versión del trabajo más celebrado de Park Chan-wook, 'Old Boy' (2003), camuflada como readaptación del cómic, con Spike Lee al mando. Y aunque es habitual que los estudios ofrezcan remakes a cineastas extranjeros, el coreano no se sintió tentado a desembarcar en América hasta que le llegó un proyecto con una historia original. Al menos, en apariencia. Porque 'Stoker' (2013) podría haberse titulado perfectamente 'La sombra de una duda'.
El siniestro tío Charlie
Al igual que en la película de Alfred Hitchcock --'Shadow of a Doubt' (1943)--, el detonante de la trama es la llegada de un familiar conocido como "el tío Charlie" --aquí Matthew Goode--, un hombre encantador y misterioso que ejercerá una poderosa influencia sobre su inocente sobrina --Mia Wasikowska--. Por supuesto, 'Stoker' no es un remake pero en cierto modo parece una actualización, más obvia y violenta. Y Park Chan-wook aprovecha el vínculo para intentar resucitar al maestro del suspense con el tono de la historia y la puesta en escena, con planos como el de la lejana silueta o el encuentro en la escalera. Por desgracia, no está inspirado con la mezcla de esencias, dejando un regusto artificial, ni con el pulso de la narración, excesivamente condicionada por los secretos.
No ayuda nada al realizador --quien manifestó haber tenido poco tiempo para preparar el rodaje (motivo por el que no hay ningún plano secuencia)-- tener entre manos un guion poco afortunado con los diálogos y la construcción de la psicología de los personajes. Lo firma Wentworth Miller, el conocido protagonista de la serie 'Prison Break' (2005-2009), quien parece haber seguido los pasos del entrañable Donald Kaufman en la elaboración de un thriller cargado de clichés, giros rocambolescos, situaciones incoherentes y subrayados que dan todo mascado al espectador, no vaya a tener la peligrosa idea de pensar si lo que está viendo tiene algún sentido --atención al plan de Charlie--.
Cría cuervos...
El mayor problema de 'Stoker' es que no hay intriga. Se apuesta por el impacto de las sorpresas para mantener y generar interés, tratando de enredar con despistes y sugerencias, y es un fracaso porque resulta fácil adivinar a dónde se dirige el relato y llega a aburrir el torpe manejo de la información; se van dejando pistas en forzadas conversaciones y escenas innecesariamente largas --la del piano entre India y su tío-- para terminar explicándolo todo en un par de flashbacks. No importaría mucho que los giros fueran previsibles si los conflictos y las amenazas crecieran en intensidad y dificultad, algo que aquí se descuida, reincidiendo en una serie de elementos que preparan el terreno para el clímax.
A pesar de los defectos del libreto y un cineasta más preocupado por lucir habilidades que por las necesidades del film, 'Stoker' se salva por la valentía de algunas situaciones, el empaque audiovisual y un reparto estupendo, destacando en especial las interpretaciones de Wasikowska y Kidman. Fiel a su estilo --aunque corto de humor esta vez-- Park Chan-wook vuelve a dejar instantes memorables en este nuevo retrato del lado más salvaje y perverso del ser humano, como el desenlace del encuentro entre India y Whip --Alden Ehrenreich-- o la posterior escena en la ducha. Es su trabajo menos estimulante junto a 'Soy un cyborg' ('Ssaibogeujiman Gwaenchanha', 2006) pero en la cartelera actual es un título diferente y recomendable.
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