A pesar del shock que supuso la gestación y posteriores estreno y cancelación inmediata de 'Swamp Thing', una serie que debería haber recibido mucho más cariño por parte de todos los implicados, 'Doom Patrol' nos alegró la pasada temporada superheróica con su desparpajo y ganas de juerga. Mientras esperamos el regreso de los condenados, HBO y DC presentan su nueva apuesta salida del cómic: 'Stargirl'.
La chica de las estrellas
Recuperando parte de la esencia de las series para ese universo que vio la luz hace casi diez años con 'Arrow', la nueva creación de Geoff Johns, Greg Berlanti vuelve a presentarnos a encantadoras familias a ambos lados del bien y del mal enfrentados en un paraje de ensueño. Dentro del primer arco de los episodios a los que hemos tenido acceso, que han sido los tres primeros, se intuyen una serie de virtudes y defectos que, en ambos casos, vienen heredados por defecto del estilo narrativo que conlleva incorporar a un nuevo personaje al Universo DC / Arrowverso.
Y es que, insisto, 'Doom Patrol' puso el listón demasiado alto para un mundo donde, en realidad, todas las series están condenadas a parecerse tanto que uno podría terminar por confundir a esta chica de las estrellas con 'Supergirl' como pasa de vez en cuando con la serie del arquero verde o el velocista escarlata. Sí, todos son productos de calidad, pero a veces uno puede llegar a perderse entre tanto héroe post-'Smallville'.
Pero hablemos de la nueva chica en la ciudad, en este caso en el pueblo de Blue Valley, donde llegará tras la mudanza de su familia con esas pocas ganas tan características de todos los adolescentes norteamericanos desencantados por dejar la gran urbe californiana y conducir hasta Nebraska. Courtney Whitmore, nuestra nueva heroína, acompañará a su madre (interpretada por Amy Smart) y a su nuevo padre, Pat, interpretado por el siempre encantador Luke Wilson.
De padres e hijos
El episodio piloto de la nueva serie de HBO arranca a toda pastilla en medio de una brutal batalla entre el bien y el mal que terminará poniendo fin al reinado de los vigilantes que mantuvieron el orden hasta entonces. Así conoceremos al Starman que cederá su trono tras el impactante prólogo y a quien da vida (y lo otro) Joel McHale, que sospecho que está ya más encasillado de lo que nos habría gustado desear a los que vibramos como nunca antes cuando 'Community' llegó a nuestras vidas.
Entrados ya en materia actual, en el presente, la inquietante comunidad que habita en el encantador pueblo donde se desarrolla la historia (y que se parece a todos los pueblos donde se desarrollan dramas adolescentes) empezará a destapar una serie de tramas y secretos que incrementan el interés de manera considerable. Porque, a pesar de tener un par de escenas de acción por episodio, ni estas son especialmente memorables ni la serie particularmente divertida. Es decir, 'Stargirl' se sostendrá, al menos a corto plazo, en las relaciones crueles entre ambos bandos. Entre la justicia y la injusticia. Entre padres e hijos.
Ese aire de culebrón que tan bien ha sabido manejar DC en su paso televisivo durante la última década va a ser el pilar fundamental de 'Stargirl', una serie que aún tiene mucho que ofrecer (de hecho no esperes ver demasiado de lo que hay en la imagen de cabecera) pero que a cada episodio, a cada trágica decisión que hemos visto hasta el momento, va horneando las emociones sin piedad. Su trama va cargando la atmósfera y aportando algún detalle tan llamativo como la estrella helada o las apariciones de un ayudante robotizado de la vieja escuela. Y tenemos un villano que se antoja memorable. Seguiremos en sintonía.
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