Star Wars es una saga esencial para muchos amantes del séptimo arte. De hecho, tampoco serían tan descabellado calificarla como la más importante de la historia del cine. Sin embargo, cada espectador tiene una relación diferente con ella, desde los que quedaron tan marcados que luego han vuelto a verla decenas de veces hasta aquellos que simplemente no logran entender su éxito.
En mi caso fue la franquicia Indiana Jones la que más me impactó durante la infancia y la adolescencia, ya que llegué un poco tarde al universo galáctico creado por George Lucas. Eso no impidió que lograra seducirme, algo que se repitió con el estreno de ‘El despertar de la fuerza’ (‘The Force Awakens’), pero, por desgracia, no ha sucedido en el caso de ‘Star Wars: Los últimos jedi’ (‘Star Wars: The Last Jedi’). No puedo decir que sea mala, sobre todo como entretenimiento, pero sí que ha sido una decepción.
Se nota el esfuerzo de Rian Johnson
Me encantó la noticia del fichaje de Rian Johnson para ocuparse del Episodio VIII, tanto porque había seguido con mucho interés su carrera desde el estreno de ‘Brick’ como por el hecho de que invitaba a pensar en que la trilogía al fin iba a despegar por sí misma. Y es que ‘El despertar de la fuerza’ sí tenía mucho de remake encubierto, pero su utilización era muy eficiente para situar a los nuevos personajes y dejarnos con ganas de saber a dónde nos llevarían sus aventuras.
Claro que existía la posibilidad de limitarse a rehacer ‘El imperio contraataca’ ('The Empire Strikes Back'), pero habría sido un error mayúsculo. Por suerte, solamente se toman algunos elementos de la mejor entrega de la saga y se nota los esfuerzos de Johnson por construir un relato con personalidad propia, pero nunca logra dar con las teclas adecuadas para que todo encaje de forma genuina. Dicho de otra forma, los límites de la fórmula son más evidentes que nunca y los intentos de Johnson de hacer la película suya solamente funcionan a veces.
Uno de los elementos más destacados es que ‘Los últimos jedi’ es la entrega de la saga que contiene más humor con diferencia. Algunos incluso querrán ver en eso una especie de prolongación de lo que tan bien está funcionado en el caso de los superhéroes de Marvel, pero parece que es más un contrapunto para evitar que la película sea demasiado oscura para un público masivo. Lo curioso es que al mismo tiempo que funciona individualmente acaba restando al conjunto.
Hay algo que nunca llega a funcionar
Repasando todos los golpes cómicos, me cuesta encontrar alguno que no me sacase al menos una sonrisa, toda una sorpresa en el caso de los Porgs, ya que tenía miedo de que me acabasen resultando tan repelentes como los Ewoks. El problema es que no está bien modulado, excediéndose en cosas -demasiadas criaturas en la isla donde está Luke- y aligerando de forma extraña -hay veces que casi da la sensación de rozar lo paródico- situaciones que deberían rebosar intensidad.
Quizá lo más adecuado habría sido limitar ese elemento cómico a lo que acontece entre Rey y Luke, ya que al colarse en otros frentes no solo no consigue dar la unidad deseada, sino que hace más evidente el desequilibrio resultante de separar los caminos de los protagonistas. Y es que me podréis poner todas las pegas que queráis a ‘El despertar de la fuerza’, pero una de ellas nunca será la falta de química entre Daisy Ridley y John Boyega.
Aquí a ambos les toca otros compañeros de baile y el resultado es bastante menos satisfactorio. No sé si el entusiasmo de la primera vez algo ayudó a que me dejasen tan buen sabor de boca, pero aquí eso se desvanece, sustituyéndose el espíritu de la aventura por la necesidad de cumplir su cometido. Aún brillan puntualmente, pero aquí se requiere otro tipo de interpretación de ellos y me duele decir que hay ocasiones en los que resultan un poco monótonos.
Eso también se traslada al resto del reparto, donde hay situaciones que no terminan de funcionar -lo siento, Han Solo solamente hay uno, no intentes crear otro y menos si minimizas esa pillería del mítico personaje interpretado por Harrison Ford-, como si les faltara fuerza incluso cuando Johnson quiere elevar la intensidad. Es cierto que no llega a resultar mediocre y que pasas un rato agradable, pero la magia de Star Wars simplemente no está ahí. Se parece, pero no llega.
Buenos y malos momentos
Por el camino encontramos multitud de ideas interesantes como el vínculo que se crea entre Rey y Kylo -él es lo mejor de la película y Adam Driver saca provecho de ello- que ya se adelantó en los avances de la película. De hecho, es entonces cuando ‘Los últimos jedi’ está más cerca de convencerte de que realmente estás viendo ese grandioso entretenimiento que esperabas, pero es que siempre acaba sucediendo algo que rompe el encanto. Desde el humor ¿involuntario? hasta algunas lagunas del guion firmado por el propio Johnson, pasando por una serie de revelaciones que confirman que se ha ido improvisando sobre la marcha.
De esta forma, ‘Los últimos jedi’ también fracasa en la necesidad de hacer mejor a ‘El despertar de la fuerza’ rellenando algunos de los vacíos que dejaba la cinta de JJ Abrams. Allí era algo que se podían permitir por todo el camino que faltaba por andar, pero algunas respuestas evidencian falta de preparación y restan tanto a lo ya visto como a lo que presentan aquí. Hay un detalle especialmente llamativo que evita que el mejor momento de la película llegue a ser brillante.
Alrededor de todo esto encontramos un espectáculo más reposado en el que Johnson demuestra un gran control de la situación sobre cuándo hay que saltar de una trama a otra, tomándoselo también con calma en la evolución de cada una de ellas. Sobre el papel parece una situación ideal, pero el desarrollo de las mismas está lastrado de entrada por la necesidad de satisfacer las expectativas de una aventura de la saga y al mismo tiempo querer ofrecer algo más.
Por desgracia, ese barniz mitológico que siempre ha tenido la saga resulta algo forzado, en parte porque el tratamiento de Luke no está especialmente conseguido. Eso daña a su historia con Rey y va perdiendo interés de forma lenta pero inexorable tras la alegría inicial de reencontrarnos con él. Él no cuenta con el factor “se ha muerto y te echamos de menos” que juega a favor de Carrie Fisher -de lo contrario seguro que estaríamos hablando en otros términos de cierta escena- y te deja claro que el universo realmente requiere dejar morir el pasado.
‘Star Wars: Los últimos jedi’ sí que funciona como pasatiempo
Más allá de eso vuelve a ser impresionante visualmente, recreándose quizá en exceso en algunos detalles porque tenían que estar ahí, el personaje de Benicio del Toro me intriga y atrapa lo suficiente como para querer reencontrarme con él e incluso en sus escenas menos conseguidas logra mantener un estándar en el que es fácil dejarse llevar y disfrutar. Ese mérito hay que reconocérselo, pero si somos justos, ‘La amenaza fantasma’ (‘The Phantom Menace’) también lo conseguía durante muchos tramos y ha sido vapuleada en infinidad de ocasiones.
Por mi parte, me hubiese encantado salir entusiasmado de verla como le ha sucedido a muchos, pero ‘Los últimos jedi’ me deja a medias. Es como si te sucediera algo maravilloso y acto seguido pasara otra cosa que lo anulara. Eso le pasa a la película, que cuando parece que va a despegar hay algo que la devuelve a ser un entretenimiento cumplidor que me deja con menos ganas de ver la siguiente entrega de lo que logró ‘El despertar de la fuerza’ con todos sus defectos.
Es verdad que en ‘El despertar de la fuerza’ ya había mucho de producto de masas intentando ir a lo que sabían o al menos creían que iba a funcionar, pero era una aventura mucho más compacta y con todo por delante. ‘Los últimos jedi’ es mucho menos vibrante y así acaban siendo más llamativos los defectos de un guion que quiere traspasar ciertos límites pero pronto llega el golpe de realidad o nostalgia hueca que la devuelve al camino marcado.
Sé que quizá he sonado un poco duro en lo que digo de ‘Los últimos jedi’, pero es lo que pasa cuando algo que te encanta te da algo que simplemente te hace pasar el rato y con momentos donde detectas lo que te enamoró en primer lugar. Esto último hace que el sabor agridulce se acreciente y con el paso de las horas también la sensación de decepción. Puede que con el paso del tiempo y los revisionados prefiera quedarme con lo bueno -que lo hay-, pero a día de hoy lo que vi en pantalla me da hasta un poco de pena.
Otra crítica en Espinof: 'Star Wars: Los últimos jedi' innova lo justo para seguir siendo una clásica película de la saga
Ver todos los comentarios en https://www.espinof.com
VER 165 Comentarios