Defensor como es un servidor de 'Star Trek: Discovery', a la que al menos hay que reconocerle el mérito de haber relanzado con éxito el apartado televisivo de la franquicia, tenía bastantes ganas de ver en condiciones (lo de la emisión en España de la temporada 4 fue para llorar) su temporada final, que llega este viernes a SkyShowtime.
Tampoco es que las tuviera todas conmigo respecto a cómo iban a ser las últimas aventuras de Burnham (Sonequa Martin-Green), sobre todo cuando la cuarta entrega fue, a mi parecer, algo decepcionante y bastante menos emocionante que sus temporadas anteriores. Afortunadamente, con estos últimos episodios (al menos los 4 primeros, de 10, que han sido mostrados a la prensa), las buenas sensaciones han regresado.
Unas sensaciones de aventura, diversión y, también, algún que otro guiño a la franquicia en lo que nos adentramos en la trama. De hecho, sin meternos en demasiados spoilers, la historia recoge las semillas plantadas en un episodio muy específico de 'Star Trek: La nueva generación', concretamente 'La caza' (The chase, 6x20), lo que viene a responder el misterio en torno a la expedición de la temporada y esa gran búsqueda del tesoro, de un poder ancestral.
Una trama que, por otro lado, es bastante apropiada para una temporada final de una serie que tiene la fama de "no ser Star Trek" y que se reinició en su tercera entrega con su salto en el tiempo de casi un milenio, lo que les permitía tener un nuevo panorama galáctico con el que jugar. Si bien tienen esta mirada al pasado remoto de este universo, también tienen su momento de dejar caer que la próxima nueva serie de la franquicia, 'Starfleet Academy' surgirá de aquí.
Una agradecida estructura episódica
Hipótesis aparte, la estructura de esta temporada final de 'Discovery' está bastante marcada. Sin dejar el arco general y serializado es quizás la temporada más episódica. Cada episodio agrega una pieza del puzle importante en forma de aventura "a la vieja escuela". Otra cosa es que logren atinar del todo, al menos en cuanto al tipo de historia (hay de repente una suerte de episodio botella de lío temporal que te pilla un poco con el pie cambiado).
Todo esto sin olvidar poner todo el corazón en sus personajes. Aquí reconozco tener mis más y mis menos, ya que adoro a los protagonistas y creo que han ido creciendo a pasos agigantados temporada a temporada. Sin embargo, entre esta temporada y la 4 han ido acumulando multitud de tramas personales que de algún modo están luchando por mantenerse interesante con cierta indecisión de los guionistas sobre qué potenciar y qué no.
No es que haya alguna particular que sobre, es más cuestión de acumulación: Burnham y Book (David Ajala) derrochan química en lo que intentan "discernir" su estatus; la relación entre Saru (Doug Jones) y T'Rina (Tara Rosling) está en un punto dulzón pero temen hacer pública su relación por temas políticos; Adira y Grey (Blu del Barrio e Ian Alexander) también andan sin saber qué son, etc.
Todo este cúmulo está, además, escrito de forma algo perezosa, lo que no termina de cuajar en el todo. y da algo de pena el que nos estemos centrando siempre en los mismos. Ojo, claramente son los protagonistas, pero en lo que nos acercamos al final el cuerpo pide algo más con los tripulantes del puente.
Dramas personales aparte, el regreso de 'Star Trek: Discovery' ha dado todo lo que le podemos pedir a una serie de este tipo. Visualmente asombrosa, un guion efectivo y un sentido de la aventura que, si bien les cuesta dar algo de sensación de peligro real, nos tendrá pegados a la pantalla. Ahora tendremos que ver si tras su final, la serie que revitalizó la franquicia será relevante en cuanto al legado. El tiempo lo dirá.
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