La vida del músico atormentado física y/o psicológicamente nos ha dejado grandes películas a lo largo de los años. Todas las versiones de 'Ha nacido una estrella', 'Love & Mercy' o 'Control', por poner unos ejemplos, tocaban la fibra desde las vidas de artistas musicales ficticios y reales. Ahora llega el turno de 'Sound of Metal', una apuesta de Amazon Studios que, aunque lo parezca, no juega en esa liga.
Inaudible
Y es que la película de Darius Marder, su primer largometraje de ficción, cuenta una historia alejada de la escena musical. Lejos de títulos como 'A propósito de Llewyn Davis' o el exitoso debut en la dirección de Bradley Cooper, 'Sound of Metal' es una historia de aceptación más cercana a títulos como 'Intocable' o 'Campeones', películas de esas que se pueden publicitar de manera perezosa con eso de "número uno en tal país" a pesar de tener, al menos en esos dos casos, valores reales que destacar.
Para empezar, en 'Sound of Metal' tenemos a un par de personajes genéricos, dos clichés con patas rodeados de circunstancias dadas. Casi como el problema del protagonista. No los conocemos, solo sabemos cómo manejan su rutina a través de montajes tan trillados como ellos mismos. Nunca queda claro el éxito o la popularidad en la que se mueven, aunque el nivel de su vida sedentaria en realidad deje claro que al menos uno de los dos es hijo de papá. Lo más rockero y real que verás en la película.
Ruben y Lou forman un dúo de rock en plena gira alrededor de los Estados Unidos. Todo parece ir bien hasta que una noche, el batería recibe la noticia de que pronto quedará sordo. Angustiado y enfrentándose a sus viejos demonios, Ruben tendrá que tomar una decisión que cambiará su vida para siempre. Sí, un esquema básico. El ABC del drama de superación, vamos. El problema es que Riz Ahmed y Olivia Cooke no tienen ningún peso en una trama que avanza a ritmo de golpe sordo.
Héroes del silencio
En realidad la música poco importa aquí. Pocas veces una película sobre músicos ha empezado con una canción tan poco memorable. El protagonista podría trabajar en una fábrica y estar expuesto a un riesgo similar. Perder la capacidad auditiva a esa edad es una putada, seas músico o pastelero. Como drama ambientado en la escena musical no tiene más potencia que como historia de joven rehabilitado (porque él lo dice, no porque lo veamos o podamos entenderlo) que tropieza con una otra piedra en el camino.
La película llega a su mejor momento a mitad de camino. La estancia del protagonista en una comunidad para personas sordas con antecedentes de consumo de estupefacientes. Este componente es el más atractivo de una película con un ritmo lento que el género musical que marca su imagen. Es ahí donde la historia cobra sentido, en una magnífica escena en un tobogán donde un niño sordo siente las vibraciones que produce el ritmo de la percusión de Ruben, un fantástico Riz Ahmed que defiende un personaje con más sombras que luces.
El tercer acto de la película ya la sitúa en un terreno más europeo que, además, repercute para mal en todo lo anterior. Su melodrama forzado parece pertenecer a otra película diferente, como la llegada del personaje de Mathieu Amalric, el padre rico de Lou que todos vaticinábamos al principio y la película pretendía ocultar, imagino que para amplificar la presencia del actor francés. Al final, 'Sound of Metal' se ve y se olvida, no deja huella y tampoco una historia original, pero al menos nos regala a Joe, el personaje de Paul Raci que en realidad merecía una película para contar su historia.
'Sound of Metal' está disponible en Amazon Prime.
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