Este año no voy a hacer lista de las peores películas. No sé si será porque he tenido buen ojo o por casualidad, el caso es que no he ido a ver casi nada que me pareciese insufrible. Una de las menos buenas que he visto de principio a fin —es decir, sin abandonar la sala por desesperación— ha sido 'Solomon Kane'. Y esto demuestra que el año cinematográficamente se ha portado bien conmigo, pues se trata de un film que tiene puntos a su favor, que no se puede descartar por completo y que hasta te deja pensando que podría haber estado bien con algunos cambios.
Como probablemente ya sabréis, esta cinta se inspira en el personaje creado por Robert E. Howard, autor que tuvo bastante más suerte cuando le adaptaron 'Conan, el bárbaro'. Michael J. Bassett se encarga del guión y de la dirección, mientras James Purefoy interpreta a Kane, un mercenario despiadado que recibe una amenaza del demonio y decide, por lo tanto, renunciar a la violencia. Max von Sydow, Pete Postlethwaite, Rachel Hurd-Wood, Jason Flemyng y Mackenzie Crook completan el reparto.
Con un presupuesto probablemente bajo, Bassett consigue una apariencia más o menos digna. El elemento de la lluvia sirve para ensuciar todos los planos disimulando las carencias. Las localizaciones en las que se mueven los personajes son aldeas desoladas, estepas embarradas y bosques. Sin grandes inversiones y con un poco de idea se puede conseguir dar un aspecto antiguo a estos lugares y lograr que funcionen como el escenario lúgubre y agobiante de muerte y crueldad en el que combate Kane. Esta ambientación es lo más reseñable de 'Solomon Kane', film que, en todos sus aspectos externos, tiene la calidad suficiente como para satisfacer a los seguidores de Howard y los consumidores de este tipo de narraciones.
En su comienzo, el film gasta sus mejores minutos. Kane y sus hombres tratan de robar un tesoro, pero son atacados por fantasmas que surgen de los caros espejos labrados. Más adelante, el protagonista se enfrenta a sus demonios para darse cuenta de que su vida no puede seguir por el mismo camino. Este planteamiento rápido, pero completo, ya nos presentaba cómo era el personaje hasta entonces y qué le obligaba a cambiar. Sin embargo, a partir de aquí, la trama se detiene y vuelve a comenzar muchas veces, causando una auténtica desesperación. Secuencias enteras que se podrían eliminar sin problema se consagran a repetir una y otra vez la idea ya planteada, sin avanzar a ningún sitio: primero en el monasterio y más adelante con la familia que le acoge… así se va por lo menos media película.
Por ello decía que, si en lo externo 'Solomon Kane' puede contentar, en todo lo que concierne al desarrollo argumental, la película hace más agua y desbarra más que los encharcados campos de batalla donde se desarrolla. De nuevo nos encontramos con uno de esos guiones a los que se le nota demasiado que intenta ser una primera parte de algo. Incluso aunque no se conozca este dato, no hay más que ver lo poco que ocurre en la entrega presente para imaginárselo. No voy a criticar las ambiciones comerciales de convertir cualquier cosa en trilogía o en franquicia inacabable, pero siempre que se tenga algo que narrar para todos los volúmenes. Lo que no es acertado es comenzar con un film que no cuenta nada pretendiendo que eso enganche a alguien para los posteriores. Ni siquiera se puede decir que esté definiendo al personaje, pues eso ya se ha hecho en los instantes iniciales, simplemente está alargando las situaciones y ganando tiempo.
Aquella frase que había antiguamente de que "segundas partes nunca fueron buenas" se puede seguir aplicando cuando se trata de films que se inventan de la nada para continuar algo autoconclusivo que ya tuvo éxito. Pero para las sagas ya pensadas con varias entregas desde su concepción se tendría que decir que "primeras partes nunca fueron buenas". Ahora se supone que tenemos que esperar a la segunda porque ésa sí que nos entretendrá y en ella sí que pasarán cosas… pues no sé si le daría la oportunidad de demostrármelo.
Toda esta larga presentación que he mencionado y el no empezar nunca al menos debería tener la ventaja de regalarnos un final espectacular y apoteósico donde ocurriese lo que no hemos tenido el placer de disfrutar hasta entonces. Por desgracia, 'Solomon Kane' también se desfonda en su resolución, pues ahí es donde aparecen los mayores absurdos y donde ya ni siquiera la imagen salva nada, ya que se introducen risibles efectos especiales. (SPOILER) El conflicto que tenía Kane, resulta que no sólo se puede solucionar sin problema, sino que hasta puede matar tres pájaros de un tiro: salvar su alma, apoderarse de las riquezas que le había quitado su hermano y rescatar a la muchacha. Y todo ello gracias a un giro de la trama mágico que le deja todo en bandeja sin más. (FIN DEL SPOILER). Como esto hay varias cosas que es preferible no plantearse si se quiere disfrutar mínimamente del film.
Purefoy parece un Aragorn de pacotilla, que no valdría ni para una parodia de 'El señor de los anillos' —hay incluso un plano calcado en el que abre las puertas gigantescas de un salón con la cabeza gacha—. Tampoco es necesario saberlo para adivinar que el director quería a Viggo Mortensen para el papel. Los demás actores son buenos, algunos incluso de categoría, pero eso no puede mitigar otros defectos de la película.
Los parecidos con la trilogía de Jackson no acaban ahí. Por ejemplo, ese efecto especial que mencionaba del final es igual que el balrog. Las posadas donde descansan y el tipo de lugares por los que se mueven también son similares. Los antagonistas nos recuerdan mucho a determinados malvados... Y no es difícil encontrarle semejanzas igualmente con otras producciones de género.
En fin, que hay que ser un seguidor muy acérrimo de Robert E. Howard, o de las historias de peleas de ambientación aparentemente medieval, para encontrarle belleza a la película. Y será que hay muchos porque en el IMDB tiene un 7'7 sobre 10. Viendo 'Solomon Kane' con un ánimo menos benevolente, no cabe duda de que será el sopor lo que nos invada.
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