Xavier Dolan tardó muy poco en convertirse en el nuevo joven prodigio del cine, pues realizó su primer largometraje cuando contaba con apenas 19 años de edad y poco después de haber cumplido los 25 arrasó con ‘Mommy’, aclamada película con la que consiguió, entre otros muchos galardones, el gran premio del jurado en el Festival de Cannes. Como es lógico, hay mucha curiosidad hacia su siguiente película, titulada ‘Sólo el fin del mundo’ (‘Juste la fin du monde’).
Cannes volvió a ser el lugar de presentación para su nueva cinta y lo cierto es que volvió a llevarse el gran premio del jurado. Sin embargo, tuvo un recibimiento mucho más dividido que su anterior trabajo, algo fácil de entender una vez vista, ya que ‘Solo el fin del mundo’ cuenta con un gran e implicado reparto, pero más allá de eso apenas motivos para el entusiasmo. Eso no quiere decir que sea mala, pero sí un evidente paso atrás en gran parte por no darlo él mismo.
Los escasos logros de Dolan
Multitud de ficciones han abordado ya las familias disfuncionales, pero lo cierto es que se trata de un tema inagotable por la infinita cantidad de variantes que ofrece. La “excusa” en el caso de ‘Sólo el fin del mundo’ es el regreso a casa del hijo pródigo tras haber abandonado el nido hace ya varios años para no volver jamás. Sin embargo, una enfermedad mortal le lleva a hacerlo, aunque sin terminar de decidirse a decírselo.
De esa premisa nace la obra de teatro que Dolan adapta la ocasión, reconfigurándola de forma notable para poder dar forma a una película. Al respecto conviene destacar que triunfa en su intento de evitar que ‘Sólo el fin del mundo’ se sienta demasiado teatral pese a los limitados escenarios utilizados y también que dota a todo la función de un toque de nerviosismo que encaja bastante bien con la situación del protagonista y su familia, casi dando la sensación de que están reaccionando ante su vuelta de entre los muertos cuando en realidad están preparándolos para lo contrario.
Lo que ya no funciona tan bien es cierta tendencia al histerismo de Dolan a la hora de definir a algunos de sus personajes -algo que en parte compensa el reparto- o la abultada presencia de los planos cerrados, combinando la búsqueda de la fuerza, quizá hasta el impacto en el espectador, con cierto toque introspectivo, dando la sensación de querer dar a entender que todos tienen mucho más en su interior de lo que realmente muestran.
El problema ahí es que el guion firmado por el propio Dolan jamás llega a respaldar eso con una realidad, optando por una serie de pequeños conflictos que resultan mucho más convencionales de lo que ‘Sólo el fin del mundo’ quiere ser. Eso también pone varios obstáculos a su búsqueda de una mayor verdad, aspecto en el que probablemente hubiera lucido más la película de optar por un acercamiento más distante.
El gran reparto de 'Solo el fin del mundo'
Con eso último no propongo una defensa de lo impersonal, pero en este caso concreto sí me da la sensación de que Dolan mete mucha más mano de la necesaria y eso acaba por jugar en contra de la película y también limitando más el alcance de su reparto, donde todos brillan, pero la extraña pareja formada por Marion Cotillard y Vincent Cassel es la que más destaca, mientras que Gaspard Ulliel es el que peor parado sale por la forma de abordar la situación que tiene Dolan.
La verdadera clave es que Dolan busca una mayor inmersión del espectador y lo que consigue se acerca más a todo lo contrario, es decir, un distanciamiento emocional de una situación muy potente que nunca llega a explotar del todo, ni siquiera en cierta conversación con clara naturaleza catártica entre los personajes de Cassel y Ulliel. Todo ello neutraliza su fuerza dramática, limitándola casi en exclusiva a lo que los actores sean capaces de transmitir -y ahí también entra el trabajo de dirección actores de Dolan, donde pocas pegas se pueden poner-, y ellos salvan la película, pero no la convierten en una experiencia memorable.
En definitiva, ‘Sólo el fin del mundo’ es una película que arriesga y no triunfa en su cometido, pero al menos nos queda el destacable trabajo de su reparto para que el visionado de este nuevo trabajo de Xavier Dolan acabe mereciendo la pena, aunque yo os recomendaría dar antes una oportunidad a la notable ‘Silencio’ (‘Silence’). Más allá de eso hay una serie de errores derivados de las decisiones del propio Dolan que limitan, y mucho, sus posibilidades.
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