No es un fenómeno precisamente nuevo, pero cada vez es más habitual que los productores opten por realizar adaptaciones televisivas de películas que gozaron de cierto éxito en su momento. Algunas de ellas se quedan por el camino y tampoco son pocas las que no van más allá de su primera temporada, pero tampoco escasean las que logran salir adelante y tienen un vida más o menos próspera.
‘Snatch’ forma parte del último grupo, ya que la adaptación de la cinta de Guy Ritchie realizada por Crackle se encuentra en la fase final de rodaje de su segunda temporada. Sin embargo, la que nos interesa ahora a nosotros es la primera, que esta noche estrena Orange Series en España de forma exclusiva. Se trata de una obra que utiliza los mismos ingredientes de la película original sin llegar a su nivel pero dando al público un buen entretenimiento en esa línea.
De menos a más
Ritchie hizo gala de un estilo muy personal en ‘Snatch’, donde llevaba un paso más allá lo ya exhibido en ‘Lock & Stock’, su estimulante ópera prima que curiosamente ya gozó de una adaptación televisiva en el año 2000. Era una obra donde lo visual tenía una notable importancia y el montaje empleado exigía de un gran dinamismo para potenciar el singular cruce entre thriller y comedia que proponía, donde los diálogos tenían una importancia esencial.
Eso es algo que se conserva en su salto a la pequeña pantalla pero matizándose por la imposibilidad de mantener ese ímpetu de forma constante. Esto deriva en una sensación de cierta extrañeza durante sus primeros episodios, ya que uno reconoce en la serie todo aquello que disfrutó en la película, pero aparece de forma más dosificada. No voy a decir que sea una serie calmada, porque cada capítulo tiene un ritmo que para sí quisieran otras, pero sí que está varias revoluciones por debajo de la obra original.
Por ello, es posible que algunos se sientan decepcionados tras ver el primer episodio, ya que puede verse como un variante menos estimulante de la película en la que además aún la dinámica entre sus protagonistas, uno de los puntos fuertes de la serie, todavía no se ha engrasado por completo. No obstante, hay suficientes detalles en él para disfrutar si no nos empeñamos en estar comparando todo el rato con la original y el cliffhanger con el que se cierra el piloto deja sin duda con ganas de más.
Además, la serie acierta al utilizar lo sucedido ahí como hilo conductor de todo lo que acontecerá a lo largo de la temporada, logrando además que en ningún momento parezca que estén estirando el chicle para llegar a los 10 episodios que había encargado Crackle. Por el camino hay subtramas que van potenciando nuestro interés hacia los protagonistas y añadiendo algo que brillaba por su ausencia en la película: los personajes femeninos interesantes.
‘Snatch’ cumple con lo que promete
Y es que ‘Snatch’ sigue siendo una obra muy masculina, con tres personajes principales que funcionan prácticamente como hermanos entre sí y uno de ellos tiene una relación de lo más conflictiva con su padre -este punto también va mejorando según pasan los capítulos, ya que inicialmente queda como algo un tanto desconectado de la trama principal pese a la agradecida presencia de Dougray Scott-, pero Alex de Rakoff, creador de la serie, sabe ir más allá de eso.
Ya en su primer episodio conocemos tanto a Lotti como a Chloe, personajes que irán ganando presencia según avanza la primera tanda de episodios. Son además dos personajes bien diferenciados y que añaden algo a los protagonistas. Algo más le cuesta arrancar a Lily, la madre del protagonista, pero cuando pasa a la acción lo compensa con creces. Además, esto da una mayor variedad sin que por ello pierda esa carga de testosterona que tenía la película.
Por el camino todos reconoceremos recursos que nos harán pensar en la cinta original, desde combates de boxeos amañados hasta tejemanejes con diamantes, sin olvidarnos del campamento de gitanos. La duda que me queda es hasta qué punto eso es necesario o simplemente aviva más la inevitable comparación en la que la serie acaba saliendo perdiendo, pero tampoco por tanto. Ojalá vuelen más libres en la segunda temporada, donde, a decir verdad, no les va a quedar otra que hacerlo.
En la primera demuestran que tienen material para ello, pues la relación entre los personajes interpretados por Luke Pasqualino, Rupert Grint y Lucien Laviscount ya está asentada –les cuesta algunos episodios terminar de lograrlo, pero luego todo va sobre ruedas- y los actores muy hechos a los personajes. Una vez hecho eso, solamente queda divertir con un cóctel respetuoso con la película pero sin ser esclavo de ella. Recomendable.
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